El rechazo a la nueva Constitución en Chile se consolidó con un aplastante 61,92% de los votos. Este hecho claramente condiciona la gestión de Gabriel Boric, que llegó a la presidencia con un proceso constituyente en curso y cuya asunción venia vinculada a la promesa de cambiar la Carta Magna de 1973, heredada del pinochetismo.

“Uno de los aspectos (de la nueva disposición) era una mayor participación del Estado en lo que tiene que ver con el control de las grandes multinacionales”, dijo el politólogo Sergio Guzmán que hizo incapié en el aspecto comunicacional para explicar el resultado, “¿Cómo es interpretado? esto está acompañando por una cuestión instalada y tradición en cualquier instancia electoral: las Fake News, la falsa información”.

Al respecto aseguro que esta premisa de mayor intervencionismo, fue traducida como un avance sobre la propiedad privada, “en realidad lo que se buscaba era un control del Estado en vistas a una mejor distribución del ingreso”, explicó.

Remarcó el hecho de que el mayor parte del rechazo venga de la zona de La Araucanía, “donde está la zona en constante conflicto con los pueblos mapuches. Se reinterpreta que este es el sector que quiere avanzar sobre la propiedad privada”.  

Por último volvió a poner el foco en lo comunicacional, “sirve de aprendizaje, mucho tiene que ver ahora cómo se va a trasmitir esta cuestión que tiene que ver con una posición política e ideológica”.