La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la primera vacuna contra el chikungunya para personas mayores de 18 años que tienen un mayor riesgo de exposición al virus.

La vacuna del grupo Valneva se comercializará con el nombre de Ixchiq. La misma se inyecta en una dosis y contiene una versión atenuada del virus chikungunya, una técnica usada con frecuencia en este tipo de inoculantes.

“El chikungunya es una amenaza emergente para la salud mundial, con al menos 5 millones de casos de infección por el virus registrados durante los últimos 15 años. La infección por el virus chikungunya puede provocar enfermedades graves y problemas de salud prolongados, especialmente en personas de la tercera edad e individuos con problemas médicos subyacentes”, explicó Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la FDA.

El virus chikungunya se transmite principalmente a las personas a través de la picadura de un mosquito Aedes aegytpi, el mismo del dengue, que esté infectado. Los síntomas más comunes de la infección son fiebre y dolor en las articulaciones.

Otros síntomas pueden incluir sarpullido, dolor de cabeza y dolor muscular. Algunas personas pueden experimentar un dolor articular debilitante que persiste durante meses o incluso años. El tratamiento incluye reposo, líquidos y medicamentos de venta libre para el dolor y la fiebre.

El mayor riesgo de infección se encuentra en las regiones tropicales y subtropicales de África, el sudeste asiático y varios países de América donde los mosquitos portadores del virus chikungunya son endémicos. Sin embargo, este patógeno se ha extendido a nuevas áreas geográficas provocando un aumento en la prevalencia global de la enfermedad.

En 2023, los casos de chikungunya en la región de las Américas superaron los 210.000 en los primeros meses, según la OPS. Se registró un aumento de la circulación de chikungunya en cinco países de América Latina, superando ampliamente las cifras del mismo período de años anteriores.

“Lo que vemos este año son cambios en la magnitud y el momento. La epidemia es mucho más temprana y con más casos que en los últimos años”, dijo Thais dos Santos, asesora en Vigilancia y Control de Enfermedades Arbovirales de la OPS/OMS.

“La aprobación de hoy aborda una necesidad médica no cubierta y es un avance importante en la prevención de una enfermedad potencialmente debilitante con opciones de tratamiento limitadas”, agregó Marks.