Poppy Burns es una nena británica de 12 años que desarrolló una extraña infección después de sumergirse en un jacuzzi. Los médicos tardaron en llegar al diagnóstico y concluyeron que sufre “la enfermedad más dolorosa del mundo”. Quedó en silla de ruedas.

Los profesionales que la atendieron, consideraron que padece un síndrome de dolor regional complejo, lo que la somete a un intenso sufrimiento y a tener que utilizar una silla de ruedas para ir a la escuela. De acuerdo a lo que informaron medios internacionales, los médicos evaluaron a la nena de 12 años, por primera vez, aseguraron que “no le pasaba nada”. Dos años después, fue diagnosticada con un síndrome de dolor regional complejo (SDRC), lo que le genera “un dolor persistente, severo y debilitante”.

Por su parte, su madre llamada Georgina Burns, contó cómo vive su hija después de sufrir la primera infección: “Desde principios de septiembre, ha ido a la escuela cuatro días completos”, contó a The Sun, acerca de cómo limita su día a día.

“A menudo, descubrimos que ella va a la escuela, se las arregla por un tiempo, pero luego todo se vuelve demasiado y termina en el hospital”, y sumó, “la peor parte es verla llorar de dolor pidiendo ayuda y sé que no hay nada que pueda darle”, expuso Burns sobre su sufrimiento.

Además dijo que, “es difícil ser diagnosticado. Durante un tiempo, sintió un dolor extremo, más del necesario para cualquier lesión que tuviera. Estaba gritando y los médicos decían que no le pasaba nada”, recordó la mujer, que solicita que se investigue sobre esta enfermedad para encontrar un diagnóstico rápido y eficaz.

De acuerdo al informe médico que le proporcionaron a la familia, se trata de una extraña afección, que suele ser provocada por una lesión, como la que tuvo la nena en el jacuzzi.