Australia se convirtió en el escenario de uno de los espectáculos más impresionantes de toda la naturaleza. Una invasión, en forma de tornado, cayó sobre la ciudad de Queensland del Norte.

Además de los incendios, las inundaciones y las tormentas, los australianos ahora padecen la llegada del roedor alado, lo cual genera condiciones insalubres porque transmiten la "rabia" y porque han sido señalados como causantes del coronavirus.

Además, los murciélagos impidieron que vuele la ambulancia aérea que atiende y socorre a los ciudadanos de la alejada ciudad de Inghan.

Estiman que serían unos 300.000 ejemplares los que se visualizan en el cielo.