El hecho ocurrió en el estado de Texas. Taylor Rogers denunció que al personal del Departamento de Policía de Santa Fe, argumentando que mientras era arrestada, los uniformados la tiraron sobre un hormiguero de hormigas rojas que le mordieron la cara y el cuello.

Según informó FOX 26, Rogers llevaba a su hijo de 9 años al colegio cuando un agente de Policía comenzó a gritarle que se detuviera. La mujer se asustó, se metió en el carril de autobuses y condujo en dirección contraria.

El policía Rubén Espinoza chocó el vehículo de Rogers. El uniformado la sacó del auto y la puso contra el suelo mientras la esposaba. La mujer comenzó a gritar, pero un policía le advirtió que su hijo podía oírla. "La demandante no quería que su hijo la oyera sufrir, así que se quedó callada mientras sufría un dolor insoportable. El video sacudiría la conciencia de cualquier persona razonable que lo viera”, se detalla en el documento judicial.

Se destaca también que el policía Christian Carranza, retorció la pierna de Rogers con fuerza excesiva durante la detención. El abogado de la mujer, Randall Kallinen, mostró el sábado fotografías de la detenida después del incidente. En las imágenes se puede ver cientos de mordidas de hormigas. "¿Es tortura? Sí, es una palabra fuerte, pero yo lo llamo tortura", afirmó el letrado, agregando que "cuando la Policía te sujeta en una cama de hormigas rojas y estás diciendo hormigas rojas y gritando, y te mantienen allí, ¿qué es eso?".