En un acto de vandalismo que causó conmoción entre los feligreses católicos de la Capital, donde la imagen de la Virgen Medalla Milagrosa fue gravemente dañada sigue repercutiendo en muchos. La figura, ubicada en la plazoleta central de la intersección de calle Güemes y Ruta 40 en el Acceso Sur, estaba a punto de cumplir 30 años desde su instalación en 1994 cuando la decapitaron de manera totalmente repudiable.

El móvil de Canal 13 recorrió el lugar para constatar los daños y recoger las voces de quienes, desde la devoción, lamentan lo ocurrido. Un devoto de la Virgen Medalla Milagrosa expresó su dolor frente a las cámaras por tal acto cruel: "Realmente sorprendido y dolido de que tengan esa actitud. No sé cuál será el pensamiento de este tipo de gente". El creyente no ocultó su enojo ante el acto vandálico, calificando a los responsables: "Debe ser gente totalmente enferma", sentenció.

Consultado sobre si este tipo de incidentes era habitual en la zona, el devoto aseguró que no, que este es un hecho aislado: "Yo visito a La Virgen hace muchos años y jamás ha habido ningún problema. Si bien es cierto que me he encontrado con gente en el verano, a lo mejor, que venían, o sea, durmiendo ahí atrás, esas cosas, pero jamás haciendo ningún tipo de cosa". Reiteró además que se trata de una "zona tranquila", donde jamás se había registrado un acto de este tipo.

El devoto también relató el impacto emocional que le provocó encontrarse con la escena de vandalismo: "A uno lo shockea, lo pone mal, se pregunta, ¿por qué este tipo de vandalismo? O sea, no alcanzo a entender yo a esta gente con estas mentalidades, realmente, en mi cabeza no cabe, porque, no sé, me dolió muchísimo, me dolió muchísimo", expresó con voz quebrada.

La indignación por el hecho no se limitó a los vecinos. La intendenta de la Capital, Susana Laciar, también se manifestó consternada a través de sus redes sociales. la Jefa Comunal expresó por su parte que ordenó la restauración de la imagen dañada, como una medida inmediata para subsanar el daño hecho a este símbolo religioso tan importante.

En su mensaje, la jefa comunal repudió enérgicamente lo sucedido, calificándolo como "un acto que atenta contra los valores de respeto y convivencia que deberían unirnos como sociedad". Asimismo, hizo un llamado a la reflexión y al respeto por los símbolos religiosos y culturales que, según sus palabras, "son patrimonio de todos los vecinos, más allá de nuestras creencias personales".