El operativo Garrafa Hogar, impulsado por el gobierno provincial para ofrecer gas envasado a precios accesibles, llegó a su fin tras cuatro meses de funcionamiento. El último día de distribución se llevó a cabo en la plaza del barrio Hualilán, en el departamento de Rawson, donde decenas de vecinos se formaron desde temprano para aprovechar los precios subsidiados, que distan mucho de los encontrados en el mercado local. 

Durante la jornada, los vecinos manifestaron su preocupación por el costo de las garrafas en los comercios y la necesidad de que el programa se extienda más allá del invierno.

"El precio de una garrafa de 10 kilos acá es de $9.000, y la de 15 kilos cuesta $14.000. Es imposible encontrar esos precios en el mercado", comentó Héctor, un vecino que esperaba en la fila para comprar su garrafa. "En el comercio, los precios varían mucho, llegan hasta $20.000 por una de 15 kilos. No sé qué haremos ahora que se termina el operativo".

El programa Garrafa Hogar permitió a cientos de familias acceder a gas envasado a un costo más bajo durante los meses de invierno, un alivio para muchos hogares que no cuentan con gas natural. Sin embargo, con el fin del operativo, los usuarios deben volver a comprar a precios de mercado, lo que ha generado incertidumbre.

"Estamos tristes porque este es el último día del operativo. Con la garrafa social podíamos ahorrar un poco durante el invierno, pero ahora volvemos a los precios que fija cada comerciante, que muchas veces son muy altos", explicó Marta, quien aseguró que en su barrio, San Miguel, una garrafa de 10 kilos puede costar hasta $18.000.

Los testimonios recogidos revelan la necesidad de extender el programa para apoyar a las familias más vulnerables. "El gobernador debería considerar extender el programa hasta fin de año, porque esto realmente ayuda a la gente humilde", opinó otro vecino. "No es solo cuestión de ahorrar, sino de sobrevivir, porque el gas es esencial en nuestras casas".

A lo largo de los cuatro meses de implementación, el operativo logró cubrir las necesidades de muchas familias, especialmente en los barrios donde el gas natural no está disponible. Aún así, algunos vecinos expresaron que la duración de las garrafas es limitada, lo que obliga a hacer un uso muy medido del suministro.

"En mi casa, una garrafa de 15 kilos nos dura aproximadamente un mes, pero eso es porque también usamos otros electrodomésticos para calefacción y cocina. Si dependiéramos únicamente de la garrafa, se nos acabaría mucho antes", comentó Julio, residente del barrio República de Líbano.

Otro de los reclamos más frecuentes entre los usuarios es la falta de regulación en los precios del gas envasado en los comercios. "Cada comerciante pone el precio que quiere, y eso es un problema. En un lugar te cobran $12.000 y en otro $20.000. Los jubilados, como yo, no podemos pagar esas cifras", manifestó don Alberto, quien aguardaba su turno para comprar su garrafa.

El programa, que comenzó en junio y finalizó en septiembre, brindó un respiro económico a las familias durante los meses más fríos. Sin embargo, la preocupación por lo que viene es palpable. "Es un peso muy grande para nosotros, sobre todo para los jubilados, que ganamos menos. Si no se extiende el operativo, la situación se va a poner difícil", concluyó Alberto.