Un ayudante fiscal, con domicilio en el Médano de Oro, en Rawson, fue víctima junto a su hijo de un brutal robo en su casa el sábado pasado en horas de la madrugada. Tres delincuentes, a punta de pistola, los maniataron, golpearon y les robaron de todo. Fue sobre las 00:20, cuando las víctimas llegaron a la vivienda. El funcionario judicial, identificado como Pablo Orellano, de 45 años, se quedó en el comedor viendo televisión, y su hijo, de 13 años, se fue a dormir.

A los minutos, Orellano comenzó a escuchar ruidos en la puerta de ingreso. La observó y descubrió que por una pequeña ventana que tiene la puerta, uno de los asaltantes ingresó su mano para poder abrirla desde el lado interno. El damnificado intentó mantenerla cerrada pero, como eran tres, la terminaron abriendo. Dos de los malvivientes ingresaron con armas de fuego y el tercero, con una barreta que había levantado del fondo del domicilio.

Allí le apuntaron con el arma y le dieron un barretazo en una pierna. Ante el grito de dolor, su hijo se levantó. Cuando llegó al comedor, el menor se topó con la terrible situación y los asaltantes decidieron maniatar a padre e hijo. Los llevaron a uno de los dormitorios y comenzaron con su raid delictivo. Previo a ello, lo amenazaron de muerte al funcionario judicial para que dijera dónde tenía el dinero. Los delincuentes empezaron por el comedor. 

De allí, alzaron unos $12.000 que tenía encima de la mesa. Luego, siguieron por el televisor, un Samsung de 50 pulgadas, y un parlante. Después, siguieron por los dormitorios. En uno de los placares, encontraron uno $8.000 más, zapatillas, pantalones y buzos. También, se robaron cuatro celulares, herramientas y una máquina de cortar césped. Finalmente, huyeron en un vehículo que los esperaba afuera. Fue el menor el que pudo liberarse y después hacerlo con su padre. 

Inmediatamente, llamaron al 911 y, desde el CISEM, se comunicaron con la subcomisaría Médano de Oro, cuyos efectivos fueron hasta el domicilio en cuestión. En el lugar, entrevistaron a la víctima, quien les contó lo ocurrido. Llamaron a una ambulancia para atender a Orellano. Lo examinaron y le colocaron una venda en su pierna. No fue necesario su trasladado hacia el hospital Rawson. 

La causa está siendo investigada por el Tercer Juzgado de Instrucción, por el delito de robo agravado por el uso de arma de fuego y por ser en poblado y en banda. Según pudo describir, los asaltantes iban con su rostro cubierto. Dejaron la barreta tirada en el suelo, elemento que podría servir para la investigación. La vivienda no cuenta con cámaras de seguridad, sino solamente con un cierre perimetral de alambre y una tela olímpica.

(Fuente: Tiempo de San Juan).