Todavía no duermen. Están en la puerta del hospital Rawson desde la madrugada de este jueves y a cada segundo tratan de entender qué pasó, qué pudo haber desencadenado semejante hecho aberrante y se preguntan por qué no percibieron de antemano que esto podía suceder. Así, está tratando de superar las horas, la familia de Julieta Herrera, la mujer baleada en Rawson junto a sus dos hijos, por su ex pareja. Micaela, la hermana de la mamá herida, dijo que Julieta hacía 6 meses que se había separado y que ahí comenzó a ser víctima de violencia. Sin embargo, agregó: “Nunca pensamos que sería capaz de esto, menos con sus hijos”.

Enfocados en la recuperación del niño más grande, que es el que está en estado delicado, pues fue sometido a “algunas cirugías”, Micaela dijo que su hermana y el menor de sus sobrinos están fuera de peligro, pero en estado de shock. A la vez, repitió en numerosas oportunidades que nunca pensaron que José Luis Miranda sería capaz de dispararle a su familia. La misma con la que había vivido hasta hace unos 6 meses.

Desde la puerta del hospital y con la voz temblorosa, Micaela comentó que su hermana estuvo en pareja con Miranda durante 10 o 12 años y que a mitad de este 2023 “dejaron de estar juntos”. Tras esa separación, ella se quedó en la vivienda que los 4 compartían y fue luego de esa decisión, que la vida de Julieta se volvió un infierno.

“La amenazaba todo el tiempo, pero nunca habíamos presenciado ningún hecho violento. Hace unas semanas entró a la casa y le quitó el celular a mi hermana. Ahí fue cuando ella hizo una exposición, pero algo tan grave nunca vivimos”, dijo y comentó que ellos nunca imaginaron este desenlace, pues tenían una “buena relación con él”.

“Nosotros lo conocemos de toda la vida, pero desde hace 6 meses él cambió repentinamente. Estamos en shock. Él trabaja creo que de presentiste, porque cuando se separaron dejó hasta el trabajo. Fueron meses en los que pasamos muchas cosas y nadie entendía nada. Creemos que hasta estaba metido en la droga”, agregó Micaela y dijo que, tras la exposición policial, Miranda no podía acercarse a Julieta.  

“Era muy raro que los llamara –a los hijos- y mi sobrino más grande no quería verlo seguido, no quería compartir tiempo con él. El Más chiquito tiene autismo y es como que no entiende mucho de lo que pasaba”, agregó y comentó que su hermana está a punto de recibirse de maestra de grado.

“Él la amenazaba y siempre le decía que iba escracharla y que le iba a arruinar la carrera. Ella siempre decía que tenía miedo que él se matara, pero nunca que fuera capaz de una maldad hacia ella y menos a los niños. Realmente estamos muy triste”, agregó y dijo que desde la familia de este hombre no recibieron ninguna llamada, pues no tenían mucho vínculo.