Sobre las 23:00 del pasado viernes 26 de abril sufrió una traumática situación, cuando un grupo de delincuentes se coló en su vivienda. Uno de ellos vestía ropa de policía, asegurando que tenía una orden de allanamiento y así fue como consiguieron ingresar. Luego de esto una de las víctimas relevó que estos sujetos le pusieron un arma en su cabeza a su hijo y amenazaron con cortarle alguna extremidad.

La afectada que decidió contar el calvario que vivió fue Leonela Castillo, la madre de esta familia, en contacto con el periodista Gustavo Rey. La mujer reveló que todo comenzó cuando un sujeto vestido de policía se presentó en su finca situada en calle 12, entre Ruta Nacional 40 y Alfonso XIII. asegurando que tenía una orden de allanamiento para ingresar a su vivienda.

'Golpearon a mi marido, a mi papá de 62 años lo sacaron de la cama y lo tiraron al piso para pegarle. No eran policías, eran 6 hombres que venían con armas. Uno de ellos traía un arma parecida a la de los policías y los demás tenían revólveres. Los 3 niños estaban y a todos les apuntaban, a mi me hicieron sentar. Lo tenía alzado al más chiquito de 3 años y le empezaron a apuntar en la cabeza. Estuvieron una hora y me decían que podían quedarse más tiempo torturándonos, que podían matarme un niño, cortarle un brazo, una pierna o pegarles un tiro porque por acá no iba a pasar nadie', explicó.

Estos sujetos se llevaron un televisor, ropa de los adultos y de los niños, los útiles escolares de los menores, un ventilador, una play, la mercadería, carne y todo lo que tenía en la heladera. Se llevaron también dinero en efectivo. Sin embargo, lo más grave de todo es que lo que se llevaron los estudios médicos que le habían realizado a uno de los menores de edad. Sumado a esto, los objetos de valor que no pudieron llevarse los rompieron.

'Veía como le pegaban a mi papá y a mi marido, todo eso durante una hora. Veía como se llevaban todo sin poder hacer nada, las cosas que no se pudieron llevar las han roto. Rompieron el microondas, un horno, a la cocina le arrancaron la puerta, todo era con mucha maldad. Decían que alguien les había marcado la casa. Nadie nos ha ayudado, sólo la familia nos está asistiendo pero es muy difícil porque tenemos que empezar de cero', sentenció.