El hecho pudo darse a conocer ya que una de las cautivas logró escapar del calvario al que era sometida junto con su familia. Esto sucedió en Lomas de Zamora, donde la DDI entró a un domicilio buscando a Enzo Matías Pereyra, de 27 años quien poseía antecedentes por amenazas con arma blanca.

Sin embargo el expediente de su causa llevaba la calificación de abuso sexual agravado, lesiones graves agravadas y reducción a servidumbre, de las cuales 3 de ellas eran menores de edad. Según los datos obtenidos el sujeto las habría tenido encerradas desde el inicio de la cuarentena. 

En el momento del allanamiento el hombre había escapado pero dejó encerrado en uno de los cuartos a las victimas quienes estaban gravemente heridas. Habían solo 3 de ellas ya que una escapó. 

Si bien Pereyra paso más de un mes prófugo, fue arrestado durante esta semana. Lo que ayudó a dar con su paradero fueron los tatuajes que lo delataron. Los mismos consisten en son dos lágrimas de tinta en su cara.

Una de las victimas contó su historia. Ella explicó que el hombre conoció a Micaela una de las damnificadas. Ambos se encontraban en situación de calle: Micaela tenía 13 en ese momento y Pereyra 25. Pasó el tiempo y en ese lapso, Micaela fue abusada por otro hombre y quedó embarazada. Tras la violación, la chica tuvo al bebé y volvió a la calle. Allí se reencontró con Pereyra y comenzaron una especie de relación en el marco de una situación de abuso, ya que ella era menor de edad. 

Al dar inició a la cuarentena, los dos se mudaron a la casa de la joven, cuyo hogar esta situado a media cuadra de la comisaría. En el lugar vivían dos hermanas más de Micaela quienes tienen 12 y 13 años. Al tiempo de instalarse comenzó la brutalidad. Insultos, golpes y el horror fueron lo que vivieron durante muchos meses las cuatro mujeres. 

No podían salir, las ataba de los pies  y las obligaba a quedarse paradas por horas para luego golpearlas. Cuando caía el sol, en medio del invierno, les exigía salir al patio desnudas y las amenazaba. Otro de los métodos de tortura era que en las noches de invierno las obligaba a bañarse con agua fría mientras las observaba. Ellas solo podía comer cuando el se los permitía. 

Tras las violencia comenzaron los reiterados abusos a las mujeres. Micaela fue quien logró escapar y hacer la denuncia que dio fin al calvario.