Con la voz temblorosa y todavía con el pánico latente por lo que le tocó vivir, S.C, una mujer de 39 años, contó con detalles el dramático episodio que vivió el lunes al mediodía y que puso en riesgo su vida. La víctima identificó a su agresor como Pablo Badilla, quien fue su pareja durante cinco años y que pasadas las 13 horas del lunes después de una discusión, la roció con nafta y cuando iba a prenderle fuego, ella corrió a su dormitorio donde se encerró. 

Allí alcanzó a llamar a la Policía para denunciar por primera vez a su ex pareja. "Tengo miedo. Si no me encierro, me mata", comentó la mujer llorando detrás del teléfono. S.C tiene cuatro hijos adolescentes y comenzó su relación hace unos cinco años con su agresor, la convivencia comenzó hace cuatro años y medio y según cuenta, las agresiones comenzaron al poquito tiempo de comenzar a convivir. Según la mujer, también sufría abusos sexuales. 

A lo largo de los años no solo era agresiones verbales y físicas que no le comentaba a nadie: "Nunca denuncié porque me daba miedo, él me amenazaba pero después me pedía perdón y me decía que no volvería a pasar. Llegué a pensar que la culpa de todo lo que me tocaba padecer era por mi culpa. Yo pensaba que mis hijos no sabían nada de lo que me pasaba pero ellos me dijeron que más de una vez escucharon que él me pegaba, eso es lo que más me duele". 

La mujer relató que en un momento comenzó a ir a una psicóloga pero él la obligó que dejara de asistir. Mientras la violencia iba creciendo, también crecía el temor por denunciar. Es que el sujeto ya tuvo antes denuncias por violencia de género por parte de una pareja anterior. "Él tiene un primo con un alto rango en la Justicia y él siempre se escudaba con eso. Con los años me di cuenta que todo lo que su ex mujer denunció era verdad", comentó.