Caucete fue el epicentro donde ocurrió la remoción de 61 de los 72 efectivos que se desempeñaban en la Comisaría 9°. La medida, que incluye al comisario, fue tomada debido a un insólito incidente de robo entre policías.

Según trascendió, una mujer policía denunció que una compañera le sustrajo una prenda íntima. La víctima presentó la denuncia correspondiente, pero al no ver acción por parte de su jefe, acudió a la Subsecretaría de Control de Gestión. Fue entonces cuando se tomó la drástica decisión de trasladar a la mayoría del personal de la comisaría.

En una rueda de prensa, el secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, explicó que se enteró de la situación el jueves por la mañana, cuando la decisión ya había sido tomada. “Los traslados los manejan desde la Jefatura de Policía con el asesoramiento de la Dirección de Personal y del resto de la plana mayor”, aclaró Sánchez. “Ha sido dispuesto un traslado generalizado de 61 efectivos a otras comisarías, incluso al comisario”, afirmó. 

El origen de la denuncia se remonta a unas semanas atrás, cuando una agente reportó el robo de un conjunto de ropa interior que había llevado para vender. Según se informó, el robo lo habría cometido una suboficial y el comisario no tomó medidas al respecto. Este hecho, que comenzó como un simple hurto, escaló rápidamente hasta resultar en el desplazamiento de casi toda la comisaría.

La Comisaría 9° estaba a cargo del comisario Julio Mereles, quien fue trasladado a la subcomisaría Santa Lucía Este. La jefatura de la seccional quedó en manos de Cintia Álamo. En cuanto al resto del personal, se sabe poco, aunque estarían cumpliendo funciones en diferentes dependencias. Las investigaciones continúan para determinar las medidas adicionales a tomar en este caso.