Un domingo tranquilo se convirtió en una pesadilla para una familia de Alto de Sierra, en Santa Lucía. Soledad  Escudero  creyó que iba a ser una tarde ordinaria terminó en un susto que todavía retumba en su hogar. "Todo sucedió el domingo, alrededor de las 7. Mi hijo estaba dentro de la casa haciendo la tarea cuando me dijo que mi niño más pequeño, Bruno, se había salido a la calle. Yo estaba alistando la ropa para bañarlo, así que le pedí que lo trajera de vuelta", contó Soledad, en Banda Ancha, con angustia en su voz.

Minutos después, la situación dio un vuelco inesperado. "Salgo para el patio, lo alzo a Vladimir, y noto que Bruno ya no está. Él siempre me avisa cuando sale. Pensé que se había ido a la casa de mi mamá, que vive a una cuadra", relató Soledad. Desesperada, Soledad comenzó a buscar a su hijo por toda la casa y en los alrededores. Le pidió a su sobrino que verificara en la casa de su madre, pero Bruno no estaba allí. Con el corazón en un puño, le avisó a su pareja y la búsqueda se intensificó.

"Sentía que algo no estaba bien porque Bruno siempre me avisa. Lo llamé y lo llamé, pero nadie lo había visto", comentó en Canal 13. 

La angustia alcanzó su punto máximo cuando finalmente vieron a Bruno en el descampado frente a su casa, escondiéndose entre los arbustos. "Lo vi cruzando agachado hacia otro arbusto. Cuando le grité, se volteó llorando y apuntó hacia los arbustos. Al entrar en la casa, me confesó lo que había sucedido: 'Un hombre me agarró fuerte del brazo, me tapó la boca y me llevó hacia el frente'", explicó Soledad.

El niño describió al hombre como alguien vestido de naranja, de tez blanca pero con la piel oscura, con ojos celestes y una voz grave. "Además, me dijo que lo había amenazado con un cuchillo y que si no hacía lo que él quería, lo mataría. Al revisarlo, vi un rasguño en su brazo y la marca de la mano del agresor", añadió Soledad.

El incidente terminó cuando Soledad cerraba el portón de su casa y notó un auto rojo pasando rápidamente, algo inusual en la zona. "El auto iba demasiado rápido, y las piedras en las calles suelen hacer que frenen. Pienso, al igual que los vecinos que lo vieron, que ese hombre podría estar involucrado".

El pequeño le expresó que tenía miedo. Afortunadamente la policía llegó rápido: "llegaron me empezaron a tomar los datos, me preguntaron si alguien se encontraba en mi domicilio. Allí ya estaban  mi mamá y mi hermana". Además comentó que empezaron a rastrear el lugar, sin embargo no hay novedades hasta el momento. 

Ahora en la zona cunde el pánico, los pequeños temen salir y los vecinos creen que vieron al potencial sospechoso, por lo que la cotidianidad se vio interrumpida.