A la diputada Fernanda Vallejos le pasó más o menos lo mismo que a su líder política, Cristina Fernández de Kirchner. La actual vicepresidenta tuvo sus teléfonos pinchados durante un tiempo -¿ya no?- y el contenido de sus comunicaciones privadas luego fue impunemente ventilado por algunos periodistas porteños. Así surgieron expresiones impresas en remeras: 'Soy yo, Cristina, pelotudo'. También alguna recomendación de sutura para el exgobernador José Luis Gioja y otros.

Vallejos no fue espiada. Se entregó sola en el mismo instante en que grabó un audio de ¡11 minutos! para purgar la frustración por los resultados electorales del domingo, sin medir el calibre de sus palabras. Que tildara al presidente Alberto Fernández de 'ocupa' de la Casa Rosada fue lo más livianito. El pasaje apenas sintetiza una cuestión más de fondo: no lo bancan más.

La legisladora nacional por provincia de Buenos Aires nunca fue mesurada para hacer declaraciones. Sin embargo, un sincericidio de este calibre jamás hubiera salido de su boca frente a un medio de comunicación porque significa echarle nafta al fuego. Es todo lo que no debe hacerse en una situación crítica como la que transita la coalición de gobierno. Pero lo hecho, hecho está. Pidió disculpas. Hay cosas que una vez rotas no se pueden volver a unir.

Luego la usina de versiones estuvo a la orden del día. Que Cristina habría dado el ultimátum después del domingo. Que el propio Máximo Kirchner habría ido a Olivos con Wado De Pedro para pedirle -¿demandarle?- al presidente un cambio en lugares claves. Que Sergio Massa intervino y no intervino. Que estuvo con unos y con los otros también. Incomprobable pero posible, básicamente porque ya nadie cuida los modales hacia afuera.

Si Fernández sostiene a Santiago Cafiero en la Jefatura de Gabinete, a Martín Guzmán en Economía y a Matías Kulfas en Producción, habrá ganado la pulseada. Caso contrario, la habrá perdido. Es a todas luces un punto de inflexión en una coalición que fue exitosa en lo electoral, hasta que dejó de serlo.

Sin la guaranga pero sincera declaración de Vallejos, el kirchnerismo de San Juan también tuvo lo suyo para decir. La mayoría se llamó a silencio. Viajes a Buenos Aires sobre la hora. No es oportuno hasta que no aclare el panorama. Afortunadamente hubo dos voceros indiscutiblemente ligados al cristinismo que salieron a marcar posición. Lo hicieron este jueves en Banda Ancha.

El chimbero José 'Pepe' Camacho defendió a capa y espada a Alberto. Responsabilizó al macrismo por la situación crítica de la economía, agravada por la pandemia. Pero no se privó de hacer un planteo a tono con los tiempos que corren: 'Le exijo al gobierno que se ponga los pantalones largos y haga como hizo Perón, que ponga precios máximos'. Quedó el registro en video.

El diputado del Frente Grande Horacio Quiroga también salió a hablar en público. Primero dijo que no es tiempo 'pretender esconder al kirchnerismo debajo de la alfombra'. Nítidamente, tuvo tono de reproche. Utilizó términos más acomodados que Vallejos para más o menos afirmar lo mismo. Y se permitió hacer una bajada local, que seguramente dolerá´.

'No es la especulación electoral la que explica todo. Si miramos las cosas desde ahí nos vamos a equivocar muy feo', dijo Quiroga. ¿Qué quiso decir? Que falta más política. Que la Legislatura en esta instancia debería ser el espacio de confrontación de modelos. Nada más alejado del clima de paz y amor construido entre uñaquismo y orreguismo, que permite transitar sin sobresaltos la gestión.

Aunque el Frente de Todos logró mantenerse a flote el pasado domingo, la diferencia con Juntos por el Cambio fue la menor de todas las que se recuerden. Apenas cinco puntos. En la elección general del 14 de noviembre pueden pasar dos cosas: que el oficialismo amplíe su ventaja y consume una victoria inapelable; o no.

Entre Vallejos, Camacho y Quiroga podría sacarse un promedio. A coro hay un clamor K hacia Alberto para acelerar las decisiones y jugar más a fondo que nunca. Si quedaba alguna duda de ello, Cristina se encargó de despejarla con una carta impiadosa.

No parece que sea el rumbo elegido por el presidente. En medio del tembladeral, se expresó a través de sus redes sociales. Una frase particularmente tuvo dedicatoria: 'tenemos que dar respuestas honrando el compromiso asumido en diciembre de 2019, de cara a la sociedad. No es este el tiempo de plantear disputas que nos desvíen de ese camino'. 

Mientras tanto, recibió en Olivos al gobernador Sergio Uñac, uno de los poquísimos sobrevivientes del domingo. La foto de ambos, sin terceros en el medio, tuvo un calibre mayor en este contexto. El sanjuanino sentó posición con un gesto. Sin pronunciar ninguna declaración todavía. 

Uñac rechazó un ofrecimiento para integrar el gabinete. Tendrá que decirlo él en primera persona, pero su decisión está tomada. Se quedará a resistir la ola en San Juan, cruzando los dedos para que no termine de estallar todo por los aires.

El gobernador sí tomó algunas decisiones en su patria chica. Pidió a cada sector redoblar el esfuerzo sin dramatizar el resultado del domingo. Fue un planteo a la medida del que aparentemente habría hecho el propio Alberto cuando encomendó a los suyos 'bajar la espuma'.

El drama está y la espuma no alcanza para apagar el incendio. Tal vez sea tiempo de pensar en minimizar los daños, como último recurso.


JAQUE MATE