No está obligado Sergio Uñac a blanquear su candidatura, si la inscripción de listas será recién el sábado 25 de marzo. Sin embargo, él mismo se impuso el final del mundial de Qatar como plazo. Así logró conservar la centralidad del espectro político, porque todo el abanico, oficialista y opositor, depende de sus movimientos. Hacerse a un lado lo pondría en plan de retiro y abriría el juego de la sucesión. En cambio, coquetear con la continuidad lo preserva en su jerarquía de conductor. Este martes dio otra señal en ese sentido.

Fue fugaz, casi imperceptible. Una declaración interrumpida en la vorágine de una rueda de prensa improvisada en los jardines de Casa de Gobierno, bastó para mantener encendida la expectativa. Fue la respuesta a una pregunta del cronista de Canal 13, Alejandro Sánchez. ¿Cuándo confirmará su candidatura? 'En este año o el próximo vamos a estar anunciando, pero yo tengo muchas ganas', contestó el gobernador.

'Yo tengo muchas ganas', palabras textuales para acercar la definición sin consumarla. Precisamente para guardarse esa carta, como quien dosifica la mano en un partido de Truco. El fin de semana pasado Uñac le dijo a Diario de Cuyo que revelará su decisión en los próximos 15 días. Es decir, en el transcurso de esta última semana de 2022 o la primera de 2023. ¿Seguirá pateando la confirmación, seguirá estirando la intriga para retener la atención absoluta?

Sabe Uñac que un anuncio de tal naturaleza lo pondrá en primerísimo plano nuevamente, con todo lo que eso conlleva. Por un lado habrá horizonte. El uñaquismo tendrá combustible para seguir adelante. Las aspiraciones del banco de recambio deberán esperar hasta 2027. Por otro lado, será el inicio oficial de la guerra judicial y política sobre la constitucionalidad de la candidatura

Ya entró de manera preventiva una acción declarativa de certeza, con la firma de Dignidad Ciudadana y el acompañamiento moral de todo Juntos por el Cambio. Sostienen que Uñac está transitando su tercer mandato porque le cuentan como primero el que desempeñó como vice entre 2011 y 2015. Entienden que la fórmula es indivisible. Por lo tanto, gobernador o vice deben ser registrados como una sola unidad.

Uñac tiene una lectura diferente. Considera que confundir gobernador y vice es ilegítimo. Por lo tanto, está transitando su segundo mandato y defiende su derecho a postularse por otro consecutivo el año próximo. Pero, planteada la controversia, habrá pelea judicial. La presentación preventiva de Dignidad Ciudadana fue apenas la primera demostración.

La titular del Séptimo Juzgado Civil, Vilma Emilce Balmaceda, rechazó in límine la acción declarativa de certeza al pronunciarse incompetente. El promotor de la causa, Gustavo Fernández, prometió apelar frente a la 'denegación de Justicia'.

Cuando Uñac confirme su candidatura, esta semana o la que viene, quedará nuevamente expuesto a una ola de cuestionamientos políticos de parte de la oposición. Pero también de sus propios compañeros alineados con José Luis Gioja. Tempranamente el diputado nacional reunió doctrina jurídica para argumentar el impedimento constitucional del gobernador de ir por otro mandato. Sin embargo, hasta ahora hubo una cuidada administración de esas municiones. Apenas alguna declaración suelta por ahí, pero nada más.

¿Lealtad Justicialista dejaría que Juntos por el Cambio monopolice la batalla y se convierta en el alter ego de Uñac en la Justicia? ¿O tomará parte e irá a tribunales contra el gobernador cuando se confirme la candidatura finalmente? ¿Cómo impactaría un conflicto semejante en la forzada convivencia interna del Frente de Todos, apenas remendada gracias a la Ley de Lemas?

Nada indica que Uñac vaya a recular, más allá de que pueda estar meditando el momento más oportuno para el lanzamiento. Como se dijo antes, excluirse de la contienda sería tanto como levantar la barrera y darle paso a los que siguen. ¿Acaso alguien reúne el consenso de todo el uñaquismo para considerarse 'el heredero natural'? 

No es uno solo, hay varios con esa potencialidad. Está el intendente de Chimbas, Fabián Gramajo, con un sugestivo giro en su comunicación en las últimas semanas. Ya no les habla solo a los chimberos. Dio el paso siguiente para provincializar su figura. Su estrategia visible puede resultar inquietante en Casa de Gobierno, donde no terminan de decodificar las intenciones. Pero también altera los planes en el giojismo, que nunca lo perdió de vista.

Cristian Andino es otro de los intendentes disponibles para eventualmente tomar la antorcha de Uñac. A diferencia de Gramajo, el jefe comunal de San Martín guardó las formas. No ha hecho ninguna jugada política por fuera de los límites de su municipio. Sin embargo, se mantiene latente. Tiene aspiraciones y una alta imagen positiva. Fácilmente podría convertirse en candidato si se dieran las condiciones.

En el gabinete, dos ministros también fueron sondeados como sucesores: Alberto Hensel, de Gobierno, y Fabián Aballay, de Desarrollo Humano, en orden indistinto. Pero hoy parecen empujados a volver a las trincheras. Hensel a Sarmiento y Aballay a Pocito, donde el oficialismo puede tener problemas para retener las intendencias en 2023.

No será solo una cuestión de índole constitucional la que debería enfrentar Uñac cuando vaya por otra reelección. Fundamentalmente tendrá que medirse en votos contra Marcelo Orrego. Esa es la clave final del próximo comicio. Aún teniendo el asunto legal resuelto, el gobernador tendrá un oponente altamente competitivo en un contexto desfavorable para los oficialismos en general.

Nada indica que Uñac vaya a bajarse de la contienda. La demora de la confirmación sería más una estrategia que una meditación todavía inconclusa. Sin embargo, la indefinición siempre dejará el final abierto. ¿Y si el gobernador resolviera no jugar? El tablero cambiaría drásticamente. Es la opción menos probable. Pero, en rigor de verdad, todavía es una posibilidad.


JAQUE MATE