Una tortilla, no un revuelto Gramajo
Interesante metáfora de Roberto Lavagna el pasado fin de semana en San Juan, epicentro de una cumbre opositora pocas veces vista en la provincia y fundacional para el año electoral que ya comenzó.
Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan
Años atrás, cuando los sanjuaninos todavía mirábamos con mucha admiración y también un dejo de envidia hacia Mendoza, hacia la Fiesta Nacional de la Vendimia, no solamente nos quedábamos maravillados por el despliegue de cultura popular sino también por el centro de gravedad que se abría durante esos días para el arco político de la región. La Fiesta Nacional del Sol, definida este año como "El Calor de lo Nuestro", nos dio razones para mirar las cosas de otra manera.
Esto es así porque la celebración en el majestuoso predio Costanera Complejo Ferial San Juan se convirtió decisivamente en epicentro de la cumbre política más potente de la que se tenga memoria al menos en lo que va del año. Claro, la distancia de los grandes centros urbanos, los que están más cerca de los puertos, hace que se lave un poco el impacto reflejado en los medios de comunicación porteños. Pero las fotos quedarán en circulación durante semanas. Y la cocina opositora que confluyó en San Juan también se terminará de descifrar con el correr de los días.
Sergio Uñac pudo cosechar este fin de semana los frutos de su equilibrismo. Se mantuvo, con mucho esfuerzo, prescindente de las definiciones apresuradas. Nunca pronunció una frase de ataque sin retorno. Ni permitió que su imagen quedara abrochada a la de ningún referente excluyente. No estuvo en las reuniones de gobernadores anti-K, que cada vez van quedando menos. Ni tampoco fue a sumarse a los escenarios litúrgicos de la tropa cristinista. Se mantuvo aquí, con teléfono abierto para todos y todas. Y se permitió apenas una foto que marcó el primer paso en firme.
Esa foto fue con Roberto Lavagna. A todas luces, el ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner, es el preferido de Uñac. No lo dijo con estas palabras, pero no hace falta que lo haga. El veterano responsable de la reestructuración de deuda más importante que recuerde el país, también tiene un aprecio recíproco hacia la figura del sanjuanino. Lo mencionó como su compañero de fórmula ideal en caso de que prosperara su carrera hacia la Casa Rosada, según publicó el ultraoficialista Clarín.
Lavagna tuvo en San Juan, en la Fiesta Nacional del Sol, su segunda foto con Uñac. Pero sumó en esta modesta provincia del oeste argentino a un puñado de gobernadores con tono federal. Estuvieron desde el santiagueño Gerardo Zamora y el socialista santafecino Miguel Lifschitz hasta la catamarqueña Lucía Corpacci, el tucumano Juan Manzur y el salteño Juan Manuel Urtubey. De yapa, también se hizo presente el radical jujeño Gerardo Morales, uno de los pilares de Cambiemos a nivel nacional.
También hubo un racimo de legisladores nacionales e intendentes de grueso calibre, como la matancera Verónica Magario. Lo dicho: la delicadeza de Uñac para manejarse en la previa le permitió convertir a San Juan en territorio neutral para la compleja y dificilísima construcción de unidad frente al macrismo.
Que sea una tortilla y no un revuelto gramajo, como dijo Lavagna en una entrevista en Radio Sarmiento, dependerá exclusivamente del talento que tengan los protagonistas. Que la tortilla no se desarme, ni se queme, ni sea incomible para la gente, también.
JAQUE MATE