De ganadores, perdedores y engañados
Algunas conclusiones preliminares de la gran primera elección sanjuanina. Moralejas y aprendizajes.
Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan
En el calor del escrutinio, en la dinámica de las horas que corrieron atropelladamente una tras otra hasta que finalmente llegaron los datos de las urnas, quedaron preliminarmente algunas conclusiones y muchos aprendizajes para los protagonistas de estas primarias y también para los que acompañamos cada uno desde su lugar el proceso electoral que todavía tiene una instancia más por delante, la que cuenta, el 2 de junio. Quedarán también otras lecturas más profundas que posiblemente hoy parezcan más ocultas y que podremos desentrañar con el correr de los días. Vamos con las más evidentes en esta oportunidad.
La primera de ellas fue la aplastante victoria de Sergio Uñac. No en los términos tradicionales porque, en rigor de verdad, el gobernador no fue reelecto. Lo será, si no pasa nada demasiado traumático en los próximos dos meses, en los comicios generales. Pero sí fue un triunfo en términos políticos porque logró ese requisito indispensable para catapultar su figura a nivel nacional: un respaldo holgadamente por encima del 50%. Con suma prudencia, él habló del 55% anoche en el PJ. Los números dirán que fue bastante más.
Con ese nivel de apoyo, el pocitano se convierte en un miembro indispensable de la mesa de toma de decisiones del entramado nacional justicialista, en la carrera mayor por la Presidencia de la Nación. ¿Estamos diciendo que Uñac califica para una candidatura presidencial o ser compañero de fórmula de Roberto Lavagna? No necesariamente. Porque ambas hipótesis requieren de una conjunción de factores que exceden sobradamente la voluntad de los sanjuaninos.
Pero barrer con votos la primera posta electoral en su propia provincia, para Uñac, es un muy buen primer paso. Dicho de otro modo: un nivel de respaldo menor, lo habría dejado fuera de carrera desde el inicio.
Puertas adentro quedaron las minucias sanjuaninas. El batacazo de Emilio Baistrocchi en Capital, truncando el sueño reeleccionista de Franco Aranda. Otros dirán que la aparición del ministro de Gobierno en escena, en realidad salvó al Frente Todos de un revolcón, que hubiera ocurrido si Aranda se medía virtulamente con Rodolfo Colombo este 31 de marzo. Los guarismos hubieran presagiado la derrota del 2 de junio. Aquí podría decirse que hubo una decisión acertada al abrir el juego de la interna justicialista, más allá del destrato que sufrió el intendente, que pasó de jugar en el equipo oficialista a ser casi una figura a contrarrestar. La clave, como dijo Uñac anoche, será sumar a los heridos para que no se divida el sufragio peronista en un par de meses.
Si el uñaquismo consiguió una clara victoria en la provincia y en la interna capitalina, tuvo que pasar el trago amargo de la derrota de Pablo García Nieto en Rawson. El diputado contó con todo el respaldo oficial para provocar un cambio de ciclo en el departamento del sur del Gran San Juan. Los encuestadores Antonio De Tommaso y Maximiliano Aguiar lo dieron ganador por amplio margen, de casi dos dígitos todas las mediciones previas. El director del IOPPS fue más allá, cuando erró groseramente en el boca de urna e insistía en la victoria que no había sido. Se terminó imponiendo la continuidad del giojismo en el distrito que se ratifica como único bastión de esa corriente interna justicialista, detrás de la candidatura de Rubén García. ¿Serán capaces de sumar también al resto del peronismo?
Moraleja aparte para los encuestadores, que terminaron defraudados por los datos que relevaron en la víspera o cometieron algún error técnico que los dejó en posición incómoda y en situación de dar explicaciones. No tanto hacia afuera. No tanto hacia los medios de comunicación. Ni siquiera ante el ciudadano común. Sino fundamentalmente ante quienes fueron sus clientes en la campaña, y tomaron decisiones parados en un escenario que no era.
JAQUE MATE