El miedo y el AMBA sanjuanino
Dos datos concretos de Epidemiología permiten entender cómo está la provincia en pandemia. Un vistazo de Caucete al Gran San Juan.
El miedo puede ser la gran divisoria de aguas desde que arrancó la Fase 3 en San Juan. Están aquellos que tienen pánico de contraer el virus y llevarlo a sus hogares, a sus seres queridos, y aquellos que se sienten a salvo de la enfermedad por distintas razones, particularmente por su juventud e inmunidad a prueba de gérmenes. Frente al temor, ese reflejo animal asociado al instinto de supervivencia, está la información. Comprender aunque sea preliminarmente lo que está sucediendo en la provincia por estas horas.
En ese sentido, la jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, dejó información de suma utilidad este lunes, después de un largo fin de semana de silencio oficial. Fue la primera voz de Gobierno que se escuchó luego del mensaje de Sergio Uñac el viernes pasado, cuando dio por controlado el brote y sentó posición política al decir que los sanjuaninos necesitamos salud y también necesitamos trabajar. Esa será la línea de largada de todas las decisiones a futuro: el resguardo del estatus sanitario evitando como se pueda el cierre masivo de fuentes laborales.
Entre los datos suministrados por Jofré, el primero fue la distribución de casos por departamento. Nuevamente Caucete quedó a la cabeza del ranking, con 158 personas diagnosticadas. Es más o menos la mitad de la población contagiada en la provincia. Ahora bien, interpretar que este es un problema de cauceteros sería tan equivocado como temerario. Sería engañarse peligrosamente.
Es cierto que el departamento del Este es el más afectado por el Coronavirus, en términos estrictos. Pero la situación cambia drásticamente si se observa ya no cada departamento del Gran San Juan por separado sino como una unidad. Como lo que efectivamente es: un solo conglomerado de vasta extensión y alta densidad poblacional, la mayor de toda la provincia. Podría decirse que es la versión local del AMBA.
Entonces, en vez de desagregar Capital con 55 casos, Rawson con 46, Santa Lucía con 42, Rivadavia con 21 y Chimbas con 14, habría que sumar la realidad conjunta, porque la peste no se frena al llegar a la Avenida Benavidez al norte, a Comandante Cabot al sur, a Pueyrredón o Aristóbulo del Valle al Este, o a Santa María de Oro o San Miguel al oeste. El virus no entiende de límites distritales. No los respeta tampoco.
En el Gran San Juan se concentran, según los números de Epidemiología, 178 casos de Coronavirus contra 158 de Caucete, el segundo conglomerado urbano más importante de la provincia. Sigue siendo mucho más alta la tasa de incidencia en el departamento del Este, porque tiene una población mucho inferior. Pero mirar la enfermedad como algo que está haciendo desastres allá pasando el puente, sería tanto como tapar el sol con un dedo.
El segundo dato relevante aportado por Jofré fue los grupos etarios que más se contagiaron de Coronavirus en San Juan hasta ahora. Se afianza la tendencia. Un tercio corresponde a los jóvenes de entre 21 y 30 años. Si se incorpora también a los infectados de hasta 50 años, esa banda de edades concentra las dos terceras partes del total de casos positivos en la provincia. Los fallecidos, como en el resto del país y del mundo, son fundamentalmente los adultos mayores. Como ya sucedió en otros lados, se contagian los hijos y los nietos, y se mueren sus padres y abuelos.
Entonces, la información dura y apenas interpretada, arroja un resultado nítido: la pandemia está instalada en los dos principales conglomerados urbanos de la provincia, tanto Caucete como el Gran San Juan, y el virus se transmite aceleradamente entre los más jóvenes. Más se contagian, más se sobrecalienta la curva. La tasa de letalidad está atada. Dos de cada 100 personas que contraen la enfermedad no logran sobrevivir.
Contra el pánico, la información. El Covid-19 tiene a esta altura un manual de funcionamiento bastante claro, que permite circular con un margen aceptable de seguridad. Es lo que se aprendió bajo el rótulo de "protocolos". El brote que forzó el retroceso a Fase 1 se controló efectivamente, pero a partir de la Fase 3 comenzó a escribirse un nuevo capítulo. La conclusión se conocerá recién dentro de 14 días. No bajar la guardia es nuevamente la mejor defensa.
JAQUE MATE