Nuevamente vale echar mano a esa expresión anglosajona que suelen utilizar los consultores políticos: 'what if'. ¿Qué sucedería si finalmente prospera en el Congreso de la Nación Argentina esa propuesta nacida de la Liga de Gobernadores Peronistas para suspender por única vez las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en 2023? Pasarían varias cosas. Habría ganadores y perdedores.

Analizándolo desde San Juan, nunca será igual tener una campaña presidencial que comience en julio, orientada a las PASO de agosto, que tener una campaña presidencial que recién esté despuntando en septiembre para ir a votar por única vez en las generales de octubre. Como se puede apreciar, ese solo factor incidiría en la libertad de juego del gobernador Sergio Uñac para desdoblar y despegar las elecciones provinciales de las nacionales.

Si subsisten las PASO presidenciales, despegar las elecciones provinciales de las nacionales implicaría votar aquí hasta junio a más tardar. Pero si las PASO fueran suspendidas, Uñac podría extenderse un poco más y llevar los comicios provinciales hasta agosto inclusive.

Como en esta misma columna se ha analizado más de una vez, esa facultad exclusiva del Poder Ejecutivo provincial de fijar el calendario electoral es una herramienta política determinante. El oficialismo de turno siempre contará con ese instrumento para manejar las fechas a conveniencia propia.

Todo indica que la ventaja del gobierno provincial radica en escapar a una ola nacional adversa si es que así se presentara el escenario. Y encapsular la realidad provincial todo lo que se pueda. 

Obviamente en frente estará Juntos por el Cambio y esta decisión de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales tendrá un efecto secundario: quedarán liberados los referentes más importantes de la oposición, como Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y el mismo Mauricio Macri, para dedicarse ciento por ciento a San Juan. 

Desdoblar las elecciones en la provincia, despegándolas mucho de las nacionales, siempre traerá aparejada esa posibilidad de un mayor y más potente desembarco amarillo en la campaña en respaldo de Marcelo Orrego y sus referentes.

Juntos por el Cambio y puntualmente el PRO están muy necesitados de conservar el sistema de primarias que tanto resistieron y rechazaron en 2017 Macri, María Eugenia Vidal y el resto de la cúpula del partido gobernante por aquellos años.

Hoy esa circunstancia ha cambiado sustancialmente. Juntos por el Cambio necesita imperiosamente esa herramienta para poder liquidar una interna que hoy se presenta feroz e irreconciliable, que podría terminar en fractura si no existieran las PASO. Obviamente la división de uno siempre implica darle ventaja al oponente. En este caso, darle ventaja al Frente de Todos.

El oficialismo tiene en claro este panorama y a todas luces es uno de los principales motores para suspender las PASO por única vez el año que viene. La pantalla será el gasto político. Realizar las PASO impactaría en unos 23.000 millones de pesos que podrían ahorrarse. Detrás de ese argumento economicista en un país que pide gestos de austeridad, hay una cuestión bastante más profunda.

Es una estrategia de conservación del poder. Los gobernadores peronistas han sido los promotores de esta suspensión de las primarias. Pero en algunos sectores del Frente de Todos no termina de cerrar la propuesta. La posición de Cristina todavía es un misterio. La posición de Alberto Fernández es abiertamente en contra.

Aparentemente el último hilo de esperanza del presidente para buscar otro mandato estaría atado a la posibilidad de las PASO, para competir de alguna manera. El diputado porteño Leandro Santoro, que tiene línea directa con la Casa Rosada, ha sido categórico al decir que no comparte la eliminación de esta doble instancia electoral.

Pero se sabe que el PJ y aliados es mucho más grande que la voluntad del presidente, sobre todo en este contexto de debilidad. Alberto no está en condiciones de fijar las reglas. Los gobernadores peronistas, por el contrario, están jugándose a simplificar la cita comicial para defender los territorios de la mejor manera.

Esa mejor manera incluye ir a una sola vuelta, eliminar ese revolcón que podrían sufrir en las PASO presidenciales. 

Uñac ha sido uno de los impulsores a nivel nacional. San Juan se puso a la vanguardia en la corriente de suprimir las PASO. Aquí el oficialismo logró imponer el regreso de la Ley de Lemas, muy resistida por Juntos por el Cambio. No solo se opusieron los dirigentes locales sino fundamentalmente los nacionales. Esa resistencia desde Buenos Aires tampoco fue inocente.

Siempre subyace el temor al efecto contagio. Quien puede lo más, puede lo menos. Pensar en la suspensión de las PASO presidenciales ya no parece tan lejano, si el debate en las provincias se fue instalando y fue prosperando en efecto dominó. Sucedió en San Juan, sucedió en Salta y está pasando en Chubut.

Evitar el efecto contagio en lo nacional es prioridad para el PRO y la UCR. El motivo no declarado o declarado a medias es que tienen una urgencia vital de contar con este sistema de primarias para resolver las diferencias intestinas.

Por ahora todo es 'what if', como dirían los consultores políticos. Ensayar escenarios probables. Las posturas están cantadas. El resto dependerá de cómo se terminen de acomodar las piezas en el parlamento argentino y cómo se terminen de acoplar las conveniencias. Al fin y al cabo la derecha liberal de Javier Milei podría terminar siendo funcional a la simplificación del sistema electoral en pos de bajar el gasto y de quitarle recursos a la 'casta política'.

Habrá ganadores y perdedores incluso antes de ir a votar.


JAQUE MATE