Entre la devoción por Horacio y la cordialidad con Patricia
Hubo una sugestiva foto, con alto contenido político, justo en la víspera de la llegada de Bullrich a San Juan. Especulaciones en medio de una interna feroz.
Entre los 150 dirigentes de todo el país que reunió en Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta puso a su lado, pegado a su hombro derecho, a Marcelo Orrego. Del otro lado, a Rogelio Frigerio. Un gesto imposible de ignorar, en la multitud reunida para esa foto que significa mucho hacia el interior de Juntos por el Cambio. El mensaje quedó claro: esta es la estructura federal que está armando el jefe de Gobierno Porteño para sustentar su candidatura presidencial de 2023.
Un día después de difundir esa imagen bien pegado a Larreta, Orrego recibe en San Juan a la contrafigura de su presidenciable preferido: Patricia Bullrich. Producción y Trabajo tiene buena onda con la presidenta del PRO y exministra de Seguridad de Mauricio Macri, pero la cordialidad no podría jamás equipararse a la devoción explícita por Horacio.
Más allá de las gestualidades evidentes, ni Orrego ni el resto de la mesa de Juntos por el Cambio en San Juan saldrá a pintarse anticipadamente. No le cerrará la puerta a ninguna figura nacional, amparándose en el discurso de unidad para ponerle fin al ciclo kirchnerista. Porque esa sigue y seguirá siendo una de sus cartas fuertes: del otro lado está Cristina. Hasta ahora ese argumento les ha servido mucho para desplazar a segundo plano las propias rencillas internas. Pero que las hay, las hay.
No en San Juan, por cierto, donde Orrego hace tiempo logró ordenar Juntos por el Cambio convirtiéndose en cabeza indiscutida del espacio, verticalizando la organización. Con su doble candidatura a gobernador y diputado nacional en 2019 terminó de validar sus jinetas. Nadie tiene tantos votos como él, por lo tanto el resto de los socios de Juntos por el Cambio no puede más que acompañar.
Sin embargo no es una cuestión de látigo, sino de oportunidad. En toda la oposición empiezan a ver en Orrego la chance de ganar la provincia en 2023. Los entusiasmó la paridad obtenida en las urnas en 2021 con el Frente de Todos. Quedaron apenas a 1,2 por ciento de distancia, suficiente para que el peronismo y aliados pudieran sostener la victoria, aunque muy lejos de los batacazos de antaño.
Entonces a fuerza de votos Orrego se convirtió no solo en la cabeza de Juntos por el Cambio sino en el interlocutor deseado del resto de la oposición. Los contactos con Consenso Ischigualasto se reactivaron a partir de la sanción de la nueva Ley de Lemas, bajo el título de Sistema de Participación Amplia y Democrática (SIPAD). Bastó esa movida del oficialismo para que confluyera la resistencia del otro lado.
Más allá del pataleo contra el nuevo sistema electoral y la promesa de judicializarlo, en el fondo Orrego y compañía saben que vuelven los lemas y sublemas como nuevas/viejas reglas de juego. Empezaron a moverse en consecuencia. Por eso se concentró esta semana la mesa política de Juntos por el Cambio con representantes de toda la provincia en la sede de Avenida Ignacio de la Roza y Ameghino. Por eso se abrieron las puertas como nunca a nuevas incorporaciones. Tendrán que fabricar y multiplicar las candidaturas en cada departamento para poder dar una batalla pareja contra el oficialismo.
Sergio Uñac ya deslizó que San Juan tendrá elecciones provinciales en fecha diferente al calendario nacional. Rechazó hablar de adelantamiento o de desdoblamiento, aunque lo sea. Más allá de la discusión semántica, habrá votación primero para gobernador, vice, diputados, intendentes y concejales, posiblemente terminando el primer semestre de 2023. Y después quedará para agosto y octubre, en primarias y generales, el comicio para presidente, vice, senadores y diputados nacionales.
Este calendario tentativo le quita presión a Orrego en cuanto a la definición nacional. Podrá seguir abonando y estrechando sus vínculos con Rodríguez Larreta, como de hecho lo está haciendo, sin darle la espalda a ninguno de los otros aspirantes a la candidatura presidencial. Así le dio una cordial bienvenida al radical Facundo Manes, al liberal Ricardo López Murphy -aunque el economista no aparece en el radar de los presidenciables- y este viernes también a Bullrich con el mendocino Alfredo Cornejo, los halcones.
Hay orreguistas más afines con 'Pato'. Les seduce el tono duro, sin concesiones, de la exfuncionaria delarruísta. Dicen que les gusta 'la fuerza de Patricia'. No parece ser el caso de Orrego. Y donde manda capitán...
Orrego ha rechazado la división entre 'halcones' y 'palomas', aunque ya se convirtió en una útil categorización para comprender al macrismo. Los 'halcones' son los carnívoros, los que están dispuestos a polarizar sin punto de retorno. Bullrich está bien inscripta en ese grupo y no ha tenido piedad. Ni siquiera con los propios, con las 'palomas'.
Este segundo grupo es más dialoguista. Se presenta como la versión moderada del macrismo, abierta a alianzas con el peronismo que no se identifique con Cristina. Orrego se entiende mejor con esta versión de Juntos por el Cambio. Se suma a esa identificación natural una mirada pragmática: Larreta es quien mejor mide hoy dentro del espacio.
Bullrich no ha tenido concesiones con el Jefe de Gobierno Porteño. La última confrontación a cielo abierto fue en ocasión del vallado en Recoleta, para contener las manifestaciones en respaldo a Cristina. La exministra de Macri arrinconó a Larreta por haber cedido y no haber resistido con la Policía Metropolitana, cueste lo que cueste, sea cual fuere el saldo.
En la conducción del PRO sanjuanino todavía se ilusionan con que haya un entendimiento entre ambos, más cerca del calendario electoral presidencial. Incluso, que termine cerrándose una fórmula Larreta-Bullrich. Pero eso es tan solo una expresión de deseos. Está todavía dando vueltas por ahí Mauricio, con opinión gravitante y pretensiones aún no blanqueadas. ¿Será candidato finalmente o funcionará como Cristina en 2019, como articulador de los distintos elementos?
Orrego no está al margen de estas cavilaciones nacionales. Lo demostró esta semana con esa sugestiva foto al lado de Horacio, bien pegados, un día antes de recibir a Patricia. Porque una cosa es la devoción y otra la cordialidad.
JAQUE MATE