La diferencia más profunda entre Orrego y Milei
Una anécdota inesperada en plena marcha por el 24M para pintar de cuerpo entero dos estilos absolutamente distintos: canales de comunicación abiertos versus construcción del enemigo público.
El domingo pasado una militante peronista de base hizo una confesión en plena marcha por el Día de la Memoria, rumbo al Parque de Mayo. Le dijo a este periodista que les había sorprendido gratamente la publicación del Gobierno de San Juan con la foto de los desaparecidos. Fue un inesperado gesto de acompañamiento, cuando soplan vientos de negacionismo a nivel nacional.
La misma militante reconoció que, en actitudes como esta, se advierte la raíz justicialista de Marcelo Orrego, aunque los caminos políticos se hayan bifurcado hace tiempo. Aunque hoy sean espacios opuestos e irreconciliables. El diálogo es un elemento constitutivo de esta gestión y marca una diferencia sustancial con respecto al estilo temperamental de Javier Milei.
El tema de los modales no es menor, aunque así lo considere el presidente del bloque Producción y Trabajo, Juan de la Cruz Córdoba. Este miércoles en Banda Ancha el diputado buscó bajarle el calibre a las ofensas recibidas.
Las formas no son una pavada. Tienen impacto directo. Colisionan frontalmente con el fondo. Es así que los exabruptos del presidente hoy ocupan tanto espacio en la opinión pública como las medidas propiamente dichas. Ahí radica la principal diferencia, la más sustancial de todas, con Orrego.
Hay ejemplos concretos para sostener esta afirmación, más allá del comentario escuchado en la marcha del 24M. Esta semana pasó por Banda Ancha el secretario general de UPCN, José 'Pepe' Villa. Consultado sobre los magros aumentos salariales para los estatales, el histórico líder sindical dijo que a la provincia no se le puede pedir más. Que Orrego está haciendo lo que puede frente a un escenario de motosierra.
Hay dos lecturas posibles frente a esta tolerancia explícita. La primera es que Villa haya pactado políticamente con Orrego. La segunda es que Villa, que tiene una larguísima trayectoria, haya entendido que no es tiempo de tensar la cuerda porque el resultado sería irremediable e irreversible.
Lo cierto es que desde que asumió Orrego junto con Milei en Nación, la provincia solamente ha perdido recursos. El resultado fiscal que que el presidente exhibe orgullosamente ha significado una hemorragia de financiamiento para los sanjuaninos y las sanjuaninas.
Sin ánimo de aburrir hay que citar rápidamente que Nación eliminó el Fondo de Incentivo Docente, eliminó Conectividad, eliminó los fondos para comedores escolares, eliminó el subsidio al transporte de pasajeros, eliminó todas las partidas para obra pública porque las considera un foco de corrupción y no ve en la obra pública hospitales ni escuelas, caminos o viviendas.
Pero no solamente 'Pepe' Villa manifestó en público una mirada contemplativa con Orrego. También lo hicieron dirigentes del amplio espectro opositor. El gobernador habla con cierta periodicidad con José Luis Gioja. Ninguno de los dos trató de ocultarlo. En los entornos de ambos es ampliamente conocido: tienen una relación de larga data que se remonta a la década del '90, cuando Gioja compartía la gestión con Humberto Orrego, el padre del actual gobernador.
Un dirigente muy cercano a Gioja reveló tiempo atrás que, en una de esas charlas frecuentes, el ex gobernador intentó poner algo de distancia para evitar confusiones. No puede haber cogobierno, aunque sí alguna colaboración que ya se hizo visible en la Cámara de Diputados.
La relación de Orrego con Sergio Uñac ha tenido vaivenes. Sin embargo terminaron acordando un cese al fuego cuando finalmente el uñaquismo se abstuvo de seguir dando batalla por un cargo en el IPEEM. Todo indica que el próximo miércoles cuando inicie el período ordinario de sesiones 2024 habrá cierto clima de armonía. Como diría Milei: 'no es gratis'. Hubo en el medio una serie de gestos para desinflar las tensiones.
El diputado del Frente Renovador Franco Aranda también reconoció en Banda Ancha que tiene charlas periódicas con Orrego. A esta altura resulta bastante evidente que es el método del gobernador: tener línea abierta con todos los referentes de la oposición.
Mantener los canales activos para contar con una red de consensos no es nada ni más ni menos que hacer política. En el mejor sentido de la palabra. Es lo que desprecia Milei. Y es lo que le reclaman al presidente los eventuales aliados. Cada vez que pudo, el León les contestó con más agravios.
Siempre habrá diferencias de fondo, medidas inaceptables de uno y de otro lado. El consenso surge como una herramienta fundamental. Establecer pautas mínimas de convivencia democrática implica ceder en lo periférico para ganar en lo sustancial. La intransigencia le costó muy cara al país y también a la provincia.
Por eso los modales no son poca cosa. No cuando de ello depende la gobernabilidad. Orrego parece haberlo entendido. Milei, todavía no.
La construcción del enemigo tiene un solo rédito: genera un núcleo duro dispuesto a dar la vida por la causa. El resto son todas desventajas. Los fanatismos en Argentina siempre terminaron mal.
JAQUE MATE