Los halcones del macri-bullrichismo le restregaron en la cara a Horacio Rodríguez Larreta el saludito que le mandó Marcelo Orrego a Patricia, el domingo por la noche. El video de esos segundos se viralizó en Twitter, la red social más política de todas, tras el posteo original del diputado Fernando Iglesias. El gesto del gobernador electo desnudó una estrategia pragmática, atada a la tradición sanjuanina de hacerse amigo del poder de turno en la Casa Rosada. Del futuro presidente o la futura presidenta. Da igual.

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Este miércoles en Banda Ancha el precandidato a senador orreguista, Emilio Achem, dio un paso más en esa dirección. Pidió el voto para su lista, sin atarse al Jefe de Gobieno Porteño. De cara al sol habló de usar la tijera si fuera necesario. Si algunos quieren apoyar a Patricia, pueden hacerlo en combinación con los elegidos de Marcelo. Fue una apelación conflictiva por varias razones.

La primera y más evidente es la 'traición' a Larreta. Sin embargo Achem le bajó el tono a esa posible factura. Si hubiera boleta única, no habría que pensar en cortar el voto porque simplemente no habría arrastre. Cada elector podría marcar en un mismo papel su preferencia, haciendo las combinaciones que más le gusten.

Entonces, a falta de boleta única, buena es la tijera. Cuando la declaración llegue a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sonará como una bomba. La lista de Achem es la que llevará la foto de Orrego impresa, como imán para atraer ese 51 por ciento depositado en las urnas el domingo pasado.

Orrego y sus precandidatos podrían sufrir una resta importante si condicionaran al electorado a depositar la boleta completa. No será así. El objetivo es, claramente, que el techo eventual de Larreta no limite la captación de votos para los legisladores de Marcelo. Buscan sumar a las palomas y a los halcones también.

Esto abre el otro frente de conflicto: con los precandidatos que están jugando a muerte con Bullrich, Juan Domingo Bravo para el Senado y Eugenia Raverta para Diputados. A ellos no les resulta indistinto compartir boleta con Patricia que con Horacio. A él lo desprecian. ¿Suena fuerte? Seguramente sí. Pero los epítetos de la interna de Juntos por el Cambio hace rato superaron ese límite.

Achem destacó el perfil de gestión de Rodríguez Larreta. Se identificó con ese rasgo. Pero esto no significa inmolarse por la victoria del Jefe de Gobierno Porteño, en una interna que se resolverá en apenas un mes. Orrego tiene la certeza que ni Horacio ni Patricia tienen. El sanjuanino ya fue elegido gobernador y asumirá el 10 de diciembre. Entonces tendrá que entenderse con cualquiera de los dos, si finalmente el próximo presidente o presidenta de la Nación surge del espacio amarillo. Hay altas chances de que así suceda.

Siguiendo este razonamiento, ¿qué sentido tendría para Orrego apostar todo su capital político en una pulseada ajena? Ninguno. La simpatía es con Larreta, sin descuidar el canal de diálogo con Bullrich. Quedó manifiesto el domingo por la noche, en medio de los festejos. Rodeado por el larretismo de primera línea en el búnker de avenida Ignacio de la Roza, Marcelo también bancó a Patricia. El guiño provocó estruendo en Buenos Aires.

Achem terminó de darle significación a ese brevísimo instante al sugerir el uso de la tijerita el 13 de agosto. La prioridad del orreguismo es sumar legisladores del palo, que tengan vinculación directa con Marcelo. Esa fue la receta histórica desde el regreso de la democracia. A mayor cantidad de legisladores en el Congreso, más músculo tuvieron los gobernadores para negociar con Nación.

La apuesta del orreguismo es destronar al PJ también en esta nueva instancia, quedándose con la mayoría. Es decir, con dos de las tres bancas en el Senado y dos de las tres bancas en Diputados. Hoy la relación es inversa, el peronismo tiene esa mayoría. Pero si se repitiera un resultado parecido al del domingo pasado, habría un giro histórico también en la distribución de escaños en el Parlamento.

Orrego ha sido muy cuidadoso. El martes habló en Banda Ancha antes de subirse al avión rumbo a Buenos Aires y dejó un mensaje de pacificación. Reconoció a Bravo y Raverta como una opción válida dentro de la interna venidera. Pero bancó la impresión de su foto en la boleta de Achem y Picón. Hay antecedentes de sobra que validan legalmente esa modalidad, aunque los halcones sientan que es injusto porque inclina la balanza. Nadie dijo que vaya a ser una competencia inocua.

Todo lo contrario. Eventualmente bajará a San Juan la sangrienta confrontación porteña entre halcones y palomas, aunque Orrego haya conseguido fabricar un limbo que lo mantiene flotando por encima de esa disputa foránea. Hasta último momento el sábado 24 de junio buscó la lista de unidad para senadores y diputados nacionales. Pero la propia Patricia rechazó confundirse con el larretismo en cualquier punto del país. Incluida San Juan.

Bueno, las reglas del juego no están dadas. O al menos el orreguismo todavía tiene margen para hacer retoques. Si Patricia no admitió la propuesta de Marcelo de ir con una sola lista para ambos presidenciables, ahora tendrá que soportar que hagan campaña con la tijerita. Sus elegidos van a patalear, pero ya no se trata de cuidarle el estado anímico a nadie. Ni siquiera a Larreta. Sino de construir la gestión que viene.

JAQUE MATE