Ahora o nunca
Apretar el botón rojo era la única alternativa para aligerar las cargas en hospitales, clínicas y sanatorios. Aún así el esfuerzo podría ser inútil.
En dos semanas, San Juan pasó de 3.000 a 5.000 enfermos simultáneos de Coronavirus registrados por Salud Pública, en números redondos. Vale la simplificación de las cifras para comprender la magnitud. En 14 días los infectados crecieron el 60 por ciento. Los contagios pasaron de 200 casos diarios a más de 500. Como recuperarse demanda mucho más tiempo, el sistema sanitario quedó al borde del colapso. El nivel de ocupación de terapia intensiva aquí superó al Área Metropolitana de Buenos Aires, siempre comparando datos oficiales. Por eso apretar el botón rojo era la única alternativa para aligerar las cargas en hospitales, clínicas y sanatorios. Aún así el esfuerzo podría ser inútil.
Lo planteó con bastante claridad el secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, este lunes en Banda Ancha. No es un fin de semana largo como cualquier otro. No hay descanso para quienes tienen responsabilidad de gestión. Instalado en el centro de monitoreo CISEM, el funcionario reveló un tramo muy significativo de la reunión de gabinete del pasado sábado en Casa de Gobierno. El propio Sergio Uñac les advirtió a puertas cerradas que hay que aprovechar al máximo estos 9 días de confinamiento para alcanzar los resultados esperados. Porque de ese éxito dependerá el futuro de la provincia. No solo el futuro sanitario sino también el económico, tan angustiante uno como el otro.
'Esta medida debe ser lo más efectiva posible. Estamos en una situación de impacto muy alto de la pandemia, el más alto desde que comenzó, y la única forma de evitar que esto siga escalando es que haya menos circulación', dijo Munisaga. El cierre de escuelas, clubes deportivos, instituciones culturales y religiosas, oficinas públicas y la mayor parte del comercio, bares y restaurantes vació las calles. Pudo verse desde el sábado en adelante. La mayor preocupación ahora radica en lo que sucederá con el correr de los días, sobre todo este miércoles, jueves y viernes, únicas 72 horas hábiles de los 9 días de confinamiento.
Mandar a todos y todas a sus domicilios particulares no es una estrategia diseñada en San Juan ni en Argentina. Es una receta tan antigua como aprendida. Puesta en acción una y otra vez en distintas partes del mundo, durante la primera, la segunda, la tercera y la cuarta ola. Sacar a las personas de las calles implica que quien está infectado y lo desconoce, no siga transmitiendo el virus por ahí. Se reducen drásticamente los contactos estrechos. Se corta la cadena de contagios que se agravó exponencialmente desde la llegada de las nuevas variantes.
Uñac les pidió a sus ministros bajar un mensaje certero, acerca de 'aprovechar la oportunidad, aprovechar la medida y hacerla efectiva'. Cualquier evasión, cualquier trampa al confinamiento, fundamentalmente las reuniones sociales, estará conspirando contra el interés colectivo. Sin embargo, el control tiene muchas limitaciones. Apenas se puede sostener en la vía pública, sin invadir la intimidad de los hogares. Puertas adentro, todo puede pasar. Entonces el compromiso individual adquiere más que nunca una relevancia vital. Porque sí, es una cuestión de vida o muerte.
Uñac no habló hasta este martes, cuando lo hizo con el móvil de Canal 13 en la Plaza 25 de Mayo. Sin embargo ha tomado decisiones. Por ejemplo, excluyó a la obra pública de las actividades exceptuadas. Fue más allá del DNU de Alberto Fernández. En San Juan el parate de la construcción no discrimina. Esta medida va en la misma dirección: son 9 días claves para atacar a la peste. Hacerlo a medias sería doblemente riesgoso, porque del estatus sanitario dependerá el retorno a la normalidad protocolizada anterior al confinamiento.
Roza lo obvio. Solamente un cambio importante en los números de ocupación de camas críticas permitirá que Nación le afloje el lazo a San Juan. Esa variable está directamente vinculada a la razón de contagios. La gran apuesta por estas horas, apenas habiendo transcurrido las primeras tres jornadas de confinamiento, es que al finalizar la semana o incluso empezando la semana próxima se pueda apreciar una disminución de casos diarios.
El equipo de científicos de la UNSJ que conduce el doctor Daniel Patiño informó a un grupo de periodistas días atrás que el pico de contagios en San Juan ya sucedió. Que la curva de aquí en adelante debería entrar en etapa de descenso. La velocidad con que se logre será también un tema determinante. Y el nivel donde se ameseten los contagios diarios también será crucial. De poco serviría que se estanque la estadística otra vez en valores demasiado altos, independientemente de que se haya superado el pico de la curva.
Mientras tanto, la ocupación de terapia intensiva en San Juan cerró este lunes en un valor elevadísimo, del 85 por ciento, quedando tan solo 32 camas críticas disponibles en toda la provincia, contando 25 del sector público y apenas 7 del privado. A la hora de tener una emergencia, estos números tan estrechos ponen a los pacientes en competencia. Las camas serán para los más graves. Los otros tendrán que ir a una internación de menor complejidad. No es lo óptimo. Ya pululan por redes sociales comentarios con experiencias de este tipo. No es sencillo conseguir lugar, sin importar que se trate de un paciente con Coronavirus o con cualquier otra dolencia.
Por eso es ahora o nunca. Los números cantarán al finalizar este confinamiento si fue suficiente o no lo fue. Si hay que seguir cerrando y asfixiando a miles de familias que se quedaron sin el ingreso de un día para el otro. Nadie se salvará solo. Es ahora o nunca.
JAQUE MATE