Ni Cristian Andino ni Fabián Gramajo dejaron de hacer campaña en todo 2024, aunque no sea año electoral. Intentaron aprovechar el envión que tomaron cuando fueron candidatos a vicegobernador el año pasado, para llegar con cierta ventaja a las legislativas de 2025. Se parecen bastante en el entusiasmo y las aspiraciones. Pero también tienen diferencias marcadas. Una de ellas es la cuna peronista.

El chimbero no tiene que mostrarle la ficha de afiliación a ningún militante. El sanmartiniano, sí. Por eso fue un acto premeditado salir a pintarse con Cristina Fernández de Kirchner en medio de la interna nacional, pagando el costo de la sobreactuación. Si Ella va a polarizar con Javier Milei, todo aquel que quiera anotarse en la carrera tendrá que jugar con esas reglas.

Pragmático, Andino lo entendió de ese modo. Aunque terminó su cuarto mandato de intendente con muy buena imagen, aunque alguna encuesta lo alienta a seguir embalado, el acompañamiento del PJ garantiza un piso de competitividad. Ya tiene medio guiño de Sergio Uñac, que sigue liderando a un sector importante del partido. Con el senador viene incluido el malón de intendentes. Pero las cúpulas no siempre tienen atadas a las bases.

Si Andino tiene una debilidad, radica precisamente ahí: en esa militancia romántica que levanta las banderas de Perón y Evita, de Néstor y Cristina. Cristian demostró buen pulso para la gestión y siempre cuidó el tono de sus declaraciones. Esa moderación que le sirvió para proyectarse electoralmente, hoy requiere un poquito más de carácter. Fue entonces cuando apareció el repentino e inédito compromiso con Cristina.

A Gramajo nadie le va a pedir explicaciones acerca de su pertenencia al justicialismo de base. Además de su gestión notable en Chimbas, el ex intendente puede lucir orgulloso su raíz peronista. Hasta ahora Andino lo vio al líder de 'San Juan te quiero' como un precandidato complementario: mientras uno aporta el voto militante, el otro pisa fuerte en el voto independiente. Se sobreentiende quién es quién.

El problema para Cristian, como van las cosas, es que el escenario tiende a extremar posiciones. Javier Milei eligió a Cristina como rival y todo el que asoma entre ambos tiende a desaparecer. Le pasó al pobre Ricardo Quintela. Hasta Axel Kicillof corre ese riesgo. Entonces la moderación, hacerse el distraído, no es opción.

Andino salió a pintarse con CFK en el marco de la interna y cosechó una catarata de reproches. Primero, de parte de los anti-K. Porque si Cristina tiene un piso duro de seguidores, también tiene un techo impenetrable de gente que no la tolera. 

Por otro lado le saltaron a la yugular a Andino algunos peronistas que le facturan su cortísima afiliación y su tradición templada, siempre alejado del fervor camporista. Esta reacción quedó plasmada en redes sociales.

En esta caldera, el oficialismo orreguista sacó tajada. El diputado macrista Enzo Cornejo le tiró con todo a Andino, en varios medios de comunicación. Lo hizo también el viernes en Banda Ancha. Lo criticó por 'colgarse de este personaje nefasto con tal de encontrar un rédito político'.

Claramente Cornejo identificó en Andino uno de los candidatos que jugará el PJ el año próximo. Marcar las contradicciones del oponente es una receta de manual.

Con seguridad Andino será una de las expresiones que jugará el PJ en 2025, con el aval de Uñac. Por otro lado estará Gramajo, que viene haciendo su camino en soledad pero con diálogo permanente con José Luis Gioja. Tal vez en los dos jóvenes se agote la oferta justicialista el año que viene. Tal vez no.

Gioja no descartó hacer el intento. Consultado a quemarropa en Banda Ancha sobre la posibilidad de que regrese al Congreso, el ex diputado nacional contestó que no es tiempo de pensar en eso. Por lo tanto, la idea está en el aire. Sus más fieles seguidores lo vienen deslizando y la versión está instalada en las mesas de café.

Como Gramajo, Gioja tampoco tendrá que explicarle a nadie su alta concentración de justicialismo en sangre. Andino, que puede sacar ventaja en sectores independientes, entendió que Cristina y Milei están dejando poco margen para las medias tintas. Por eso se peronizó con CFK. Y no fue un descuido.


JAQUE MATE

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