Arranca la última semana antes de ir a votar por primera vez en pandemia. Sí, ya hubo otras experiencias en el Foro de Abogados un par de veces, en el Partido Bloquista y en la Universidad Nacional de San Juan. Pero estas primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias serán las primeras en su tipo. Las que movilizarán al padrón completo en contexto de pandemia, en un momento muy afortunado por la baja cantidad de contagios, pero pandemia al fin. Ese ha sido y será el sello de un comicio atípico, abúlico, apático, narcótico.

Vencer la indiferencia ha sido el mayor desafío de cada uno de los cuatro frentes electorales que se pondrán a disposición del electorado el próximo domingo. Cada uno tiene sus particularidades, por cierto. Pero en el fondo, comparten esa carrera cuesta arriba de convencer al ciudadano de renovar su apuesta por la democracia, ir a sufragar aunque poco haya por definir si casi todos los partidos políticos se echaron para atrás cuando pudieron presentar una interna real. Optaron por las listas de unidad y convirtieron a esta PASO en apenas un trámite.

Aquí en San Juan, el Frente de Todos tendrá la enorme tarea de someterse a un plebiscito de carácter nacional, provincial y municipal. De ida y de vuelta, todo entrará en la misma canasta: los aciertos y errores de Alberto Fernández, los de Sergio Uñac y los del intendente del distrito. En algunas ocasiones pesará más la buena onda con el jefe comunal. O el disgusto con la recolección de residuos. En otros casos, jugará la gestión provincial, el clima relativamente sereno en medio de un tembladeral externo. Y en otros pesará más la afinidad con el proyecto nacional y popular que lidera Cristina. O los que no le perdonan al presidente la fiesta de cumpleaños de Fabiola. O haber perdido la fuente de ingresos por los confinamientos.

El abanico de reacciones puede ser mucho mayor, pero vale esa caprichosa enumeración para entender el punto. El Frente de Todos se someterá a un plebiscito transversal, donde Nación, Provincia y Municipio jugarán en paralelo. A veces pesará más una punta que la otra, pero terminará jugando el promedio.

El Frente Juntos por el Cambio partirá del núcleo duro macrista e intentará sumar a ese voto volátil, que va y que viene. Fue el voto que lo hizo presidente a Mauricio Macri en 2015 (aunque no en San Juan, porque aquí no ganó nunca, a contramano del resto de Cuyo). Y fue también el voto que lo hizo presidente a Fernández cuatro años después. Este sector de la oposición buscará por todos los medios hacer notar las pifias del Frente de Todos y fundamentalmente trazar un futuro amenazante si amplía sus mayorías parlamentarias, con el fantasma de Venezuela, Nicaragüa, Cuba y todo lo que se le parezca.

Pero el Frente Juntos por el Cambio también tendrá que asumir el recuerdo todavía fresco de su propia gestión. Que la pandemia estropeó todavía más lo que parecía imposible de empeorar, es cierto. Pero que los cuatro años de gobierno macrista elevaron la inflación y la pobreza, además de dejar una deuda fenomenal a pagar en los próximos 100 años, también es innegable. Es todo muy reciente. A su favor, este espacio podrá argumentar que las promesas de recuperación del PJ y aliados siguen en veremos. Argumentos gastados de uno y otro lado.

Aquí se terminaría la película, si no hubieran terceros en discordia. El Frente Consenso Ischigualasto intentará quebrar su condena y acrecentar aunque sea simbólicamente su capital electoral. Su cuota mínima fue despreciada por el orreguismo y el desagravio solo podría ganarse en el cuarto oscuro. Solo captando un volumen inesperado de puntos podrían enrostrarle a esa otra oposición su decisión de cerrar las puertas a una gran coalición.

Tal vez por ese motivo la receta de Consenso Ischigualasto haya sido atacar a diestra y siniestra. Al Frente de Todos, por supuesto. Y a Juntos por el Cambio en su versión local, por 'colaboracionista', por ser oposición solo en lo nacional y acuerdista en lo provincial. La estrategia de los 'dinosaurios' -sin intención de ofensa- es morder en ese núcleo duro que probablemente esté esperando mayor dureza.

Y finalmente el Frente de Izquierda Unidad, que será el único donde el elector pueda elegir entre dos fórmulas. Desde ese punto de vista, sería el único interesante dentro del cuarto oscuro. Una de las dos listas se impondrá sobre la restante. Este espacio honrará el sentido de las PASO. ¿Esta condición hará la diferencia? ¿Podrá romper su discreto volumen y acoplarse a la tendencia de otras naciones latinoamericanas donde la ideología comunista o socialista ha ganado terreno? San Juan nunca ha sido tierra fértil en ese sentido.

Más allá de la oferta electoral para el próximo domingo, están también los defraudados. Esos que no le deben fidelidad ni fervor a niguna fuerza. Que les cuesta mucho renovar las expectativas, si la crisis que se agravó en 2018 y 2019 empeoró con la pandemia en 2020. Y la recuperación que muestran algunos números en 2021 todavía no llegó al bolsillo de la mayoría. Ese grupo es interpelado en esta oportunidad para volver a las urnas, aunque posiblemente no tenga ganas ni entusiasmo de apostar por ninguna de las opciones. Y sí, también: en pandemia. 

Restan los últimos días para generar clima electoral. Siempre será positivo recordar que el voto, más que una obligación, es un derecho. Que esquivar la urna no perjudica a ningún dirigente, tal vez a las minorías solamente. Pero en definitiva, el ausentismo no modificará el curso de las cosas. Solo será un mensaje para interpretar. Tal vez ya esté todo dicho.


JAQUE MATE