En los 24 días que restan para ir a las urnas todo puede pasar. Por primera vez en 20 años hay final abierto para la Gobernación, con tres fórmulas muy competitivas. Pero este escenario sigue bajo la sombra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que puede alterar sustancialmente la cosas.

Más allá del tráfico de encuestas divergentes que ponen a uno por encima del otro, al cruzar las fuentes queda un diagnóstico más o menos unificado. Tres de las diez listas inscriptas para gobernador y vice disputan el liderazgo voto a voto: Uñac-Andino, Gioja-Gramajo y Orrego-Martín. El orden debería resultar indistinto.

Para quienes vienen siguiendo el proceso electoral desde la génesis, lo dicho tendrá sabor a obvio. Sin embargo, la política y la prensa tienen el deber de romper la burbuja y llegar incluso a quienes no tienen ninguna vocación por involucrarse en la comidilla electoral.

Una vez cada cuatro años resulta imperativo acercarse a este mundo viscoso, donde la interpretación se vuelve resbaladiza y lo que hoy es, mañana tal vez ya no sea más. Empezó la cuenta regresiva para decidir y, más temprano que tarde, los indiferentes tendrán que tomar una decisión.

Esta cuenta regresiva está muy condicionada a la resolución de la Corte Suprema en torno a dos causas iniciadas por la oposición en contra de la candidatura de Uñac. El jueves 13 de abril la Procuración emitió dictamen y le bajó el pulgar al asunto.

La fiscalía entendió que el máximo tribunal no es competente y debería dejar la controversia en manos de los sanjuaninos. Pero hay antecedentes de que los cortesanos no siempre escuchan esa postura. No están obligados, por otro lado. Entonces, hay sobradas razones para esperar alguna novedad en el cortísimo plazo. Esta semana, tal vez.

La Corte Suprema tiene dos causas presentadas por dos sectores de la oposición que reclaman lo mismo: inhabilitar a Uñac a ser candidato amparándose en el artículo 175 de la Constitución Provincial. Le cuentan como primer mandato el que desempeñó como vice de Gioja entre 2011 y 2015.

Una de las causas fue impulsada por abogados del PRO y la UCR, con la capitanía de Oscar Cuadros. La otra fue interpuesta por el candidato Sergio Vallejos, del espacio Evolución Liberal, en términos similares. Sin embargo, el libertario agregó una cautelar que tendría el efecto de parar las elecciones hasta que el máximo tribunal pueda resolver la cuestión de fondo.

Esa fue la divisoria de aguas. Esa cautelar fue la razón por la cual las presentaciones marcharon por carriles separados. Los letrados del PRO y la UCR, más cercanos a Orrego, no pidieron ni pedirían frenar el comicio. Vallejos sí. Esa jugada al extremo es la que tiene en vilo a todo el arco político.

Entonces la Corte Suprema tiene por delante un par de decisiones por tomar. La primera de ellas es admitir o no su competencia. Si se declara incompetente, habrá terminado el derrotero de la oposición. Uñac podrá levantar como trofeo la ratificación de su candidatura. 

Nadie pondría en duda la imparcialidad de los cortesanos en esta controversia. Ninguno de ellos podría ser tachado de peronista o kirchnerista. Si fallaran indirectamente a favor de Uñac, no habrá margen para acusarlos de tener algún interés espurio. Es la hipótesis que aguardan en Casa de Gobierno: que el asunto se agote ya mismo y se pueda votar sin exclusiones el 14 de mayo.

Si la Corte Suprema se declara competente, la oposición podrá festejar la victoria parcial. Quedará por delante la resolución de la cuestión de fondo y entones el resultado podría salir para un lado o para el otro.

Una alta fuente de la justicia provincial ensayó una predicción, en una charla periodística reservada. Está claro que dos de los tres cortistas de San Juan, Adriana García Nieto y Daniel Olivares Yapur, más el fiscal general Eduardo Quattropani, como integrantes del Tribunal Electoral, le dieron la razón a Uñac y lo habilitaron plenamente para competir por otro mandato.

Pero la Corte Suprema puede tener una interpretación constitucional absolutamente diferente del artículo 175. Lo reconoció la fuente judicial antes aludida. En el orden institucional argentino, la última palabra está allá, en Buenos Aires. Entonces, el solo hecho de que el máximo tribunal admita su competencia le pondrá muchos puntos suspensivos al comicio. Hasta que resuelva.

La mayor espada de Damocles es la cautelar que presentó Vallejos porque, aún antes de definir la cuestión de fondo, el calendario electoral podría quedar en suspenso. La campaña entraría en pausa. Y las mediciones en encuestas tendrían que reformularse con velocidad récord, para acomodarse a los nuevos escenarios posibles.

Si Uñac ganara la pulseada, con el aval de la Corte Suprema, podrá convertir ese fallo en un argumento valioso para el tramo final de la contienda. Sobre la hora del comicio.

Si, en cambio, el gobernador quedara impedido de competir, toda su lista tendría que reacomodarse. ¿Acaso Andino ascendería al primer puesto? ¿O entraría una figura hasta ahora ausente en la boleta, como el senador Rubén Uñac? Son conjeturas tan lejanas como cercanas, si se toma en consideración el estrechísimo plazo de 24 días que resta para ir a votar.

Mientras tanto, todo sigue como si esto no estuviera pasando. A decir verdad, todavía no sucedió. Todavía.


JAQUE MATE