De covidiotas, contagios y muertos
San Juan superó la barrera de los 300 casos positivos diarios. Un sindicalista reveló la pérdida de su hermana y le puso humanidad a las cifras.
Entre las pocas certezas acerca de la pandemia hay una particularmente implacable: es cuestión de tiempo para que los contagios se dupliquen y haya cada vez más pacientes internados, algunos en condición grave y conectados a un respirador para sobrevivir. Desde ese punto de vista, no debió sorprender que San Juan superara los 300 casos diarios este miércoles. Sin embargo, cruzar esa barrera psicológica abandonando la franja de los 200 debería estremecer. Aún así la conmoción puede convivir perfectamente con la indiferencia o, peor aún, con la militancia anti-vacunas, anti-barbijos, anti-distanciamiento.
Abril se despide con más revelaciones, además del recalentamiento de la curva de contagios y el inminente agravamiento de medidas restrictivas desde Nación. El lunes pasado la Real Academia Española (RAE) quebró su ortodoxia para reconocer el uso de un término acuñado durante la pandemia, nacido del idioma inglés pero rápidamente adaptado al castellano. La palabra 'covidiota' fue aceptada formalmente para definir a aquellas personas que rechazan el cumplimiento de las reglas sanitarias para evitar el contagio del coronavirus. Se puede utilizar como sustantivo tanto como adjetivo.
La expresión surgió en la prensa estadounidense y europea, para referir a los sectores que globalmente desconocen la gravedad del momento y tejen conjeturas acerca de los supuestos intereses oscuros que tienen los gobiernos o vaya uno a saber quién más, para mantener a la población cautiva del miedo. El asunto no merecería mayor atención si no fuera porque las conductas de desprecio hacia los protocolos y las vacunas constituyen un ataque al interés general. Dicho de otro modo, cada acto de rebeldía pone a más personas en riesgo. Más internados. Más muertos.
Vale abrir un paréntesis. Las aglomeraciones populares que también obviaron el distanciamiento social hicieron su aporte. No ocurrieron para desconocer la pandemia ni fueron un acto militante contra los protocolos, pero igualmente vulneraron las reglas sanitarias. Pasó con la despedida de Diego Maradona en noviembre del año pasado. Y pasó también a principios de abril en el funeral del Wey Zapata, en San Juan. Aún así ambos casos fueron hechos puntuales. El crecimiento sostenido de las estadísticas epidemiológicas obedece a un fenómeno que excede ampliamente a estos eventos.
Los números reflejan el sacudón planetario que ha significado el Covid 19. Pero a veces las cifras se deshumanizan. Entonces es imperativo ir a las historias de carne y hueso. A los rostros con nombre y apellido. Al dolor de las familias que ni siquiera pudieron despedirse, sencillamente porque la peste lo imposibilita.
Justamente fue lo que puso el sindicalista de las escuelas técnicas, Daniel Quiroga, este miércoles en Banda Ancha: humanidad. Se refería al desafío de mantener las clases presenciales, a las estadísticas de contagios todavía muy bajos en el sistema educativo, cuando sorprendió con una revelación. Le tocó a él en carne propia. Perdió a su hermana por Covid 19.
Le sucedió lo mismo que a las familias de los 525 sanjuaninos y sanjuaninas que se llevó la pandemia hasta el momento. 'Yo lo comento porque es una experiencia terrible. Uno deja de ver a su ser querido. Lo internan y no lo ve más', explicó Quiroga con la pena todavía a flor de piel.
Las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación son alentadoras. Hasta el momento tan solo el 0,11 por ciento de los y las estudiantes se contagió de Coronavirus y apenas un poco más del 2 por ciento del personal docente y auxiliar. Aunque sean mínimos, los casos han sucedido y el impacto emocional en los establecimientos se está haciendo sentir. Quiroga dijo que sus afiliados se lo transmitieron. ¿Y si les toca a alguno de ellos? Nadie está exento.
Es cierto que la vacunación priorizó a los trabajadores y las trabajadoras de la Educación. Esta semana comenzó la aplicación a profesores y profesoras de Nivel Medio. Es una larga maratón que recién empieza. Quedarán todavía en espera los universitarios.
'Esto es como vivir en una guerra', reflexionó el sindicalista de las escuelas técnicas. Un combate contra un enemigo muchas veces subestimado. Ya no solo son las autoridades de Gobierno sino los médicos de las clínicas y sanatorios quienes imploran a la sociedad un mayor cuidado. La única forma de aplanar la curva es asumir la realidad que le toca transitar a esta generación y seguir adelante adaptándose al reto. Se ha dicho hasta el cansancio en esta columna. Nadie eligió ser protagonista de este momento histórico. Simplemente sucedió.
De todos los niveles y modalidades educativas, posiblemente las escuelas técnicas hayan sido las más perjudicadas. Sus egresados tienen títulos habilitantes para ejercer distintos oficios, pero antes deben cumplir con las denominadas prácticas profesionalizantes. No se pudieron llevar a cabo en 2020 y se extendió el plazo hasta bien entrado el 2021. No se puede asistir a un taller de manera virtual. Ahí se agotó la bimodalidad. Una nueva interrupción de las clases presenciales sería catastrófico. Pero aún así, es un resorte que no se puede descartar. Será la última alternativa. Dependerá de que la provincia sea capaz de ponerle freno a los contagios antes de llevar al colapso a las terapias intensivas.
A las teorías conspirativas, mejor dejarlas para otro momento.
JAQUE MATE