Hizo ruido en Buenos Aires que el referente del GEN en San Juan, Marcelo Arancibia, cargara orgulloso con el mote de 'halcón'. Para los porteños, 'halcón' es sinónimo de derecha. Descendientes del radicalismo, esa postura ideológica les resulta incómoda a los oídos. El candidato a gobernador les hizo una necesaria aclaración.

'En San Juan los halcones somos muy opositores al gobierno provincial y las palomas son condescendientes', explicó Arancibia. Fue el pasado viernes en vivo en Banda Ancha. Encontró así una manera de pintar el espectro vigente de Juntos por el Cambio, en su versión 2023 denominada Frente Unidos por San Juan.

Arancibia debió gestar un punto de coincidencia con Marcelo Orrego para sostener el acuerdo opositor, pero eso no significa dejar en el pasado aquella vieja disputa acerca del 'colaboracionismo' basualdista con José Luis Gioja primero y Sergio Uñac después. Se llama pragmatismo. Para equiparar fuerzas con el oficialismo, había que confluir del otro lado de la grieta. Incluso pagando el costo de disimular las diferencias.

Esos matices se hicieron evidentes la semana pasada cuando estalló el conflicto docente. Orrego reclamó al gobierno que reabra el diálogo con este grupo que rechaza el acuerdo salarial logrado en la paritaria. Pero no fue mucho más allá. El santaluceño sabe que el año que viene podría tocarle a él enfrentar una negociación semejante, si gana las elecciones el 14 de mayo. El hombre es esclavo de sus palabras. Y el teorema de Baglini goza de buena salud.

Raúl Baglini, el mendocino autor del célebre 'teorema'

Raúl Baglini fue un histórico dirigente del radicalismo mendocino. Con algunas interrupciones, estuvo unos 20 años en el Congreso Nacional, primero como diputado y después como senador. Dicen que en un discurso suyo, en 1986, pronunció aquel concepto que el periodista Horacio Verbitsky bautizó como teorema.

El grado de responsabilidad de las promesas de un partido político es directamente proporcional a sus chances de llegar al poder. Es decir: a mayor proximidad con el poder, mayor prudencia. Y viceversa: a mayor distancia con el poder, mayor temeridad. Algo así estaría operando por estas horas en el espectro opositor. Orrego no puede, aunque quiera, echarle demasiado combustible a la protesta docente.

Arancibia goza de una mayor libertad en este sentido. 'Mientras el gremio UDAP no entienda que tiene que ser independiente del partido que gobierna, hay que suspender la paritaria', reiteró el viernes en Banda Ancha. Resulta inimaginable que Orrego rivalice tan frontalmente con Luis Lucero, el secretario general del sindicato docente mayoritario, cuando podría tenerlo sentado en frente en apenas un puñado de meses.

Mucho más al extremo jugó el otro candidato a gobernador de este mismo espacio, Eduardo Cáceres. No solo planteó la intervención de UDAP sino que llegó a vincular el suicidio ocurrido en el interior del Centro Cívico con la protesta de los autoconvocados. 

Tuvo una fuerte réplica del área Salud Mental, por la utilización política de una tragedia. Pero también generó muchas reacciones en redes sociales. Dicen que la publicidad no es buena ni mala. Consolidar un sector duro del electorado siempre será su objetivo. Nadie habló de construir mayorías. En Ley de Lemas basta con tener un segmento propio, de magnitud variable. Esa es la clara apuesta del exdiputado macrista.

Pero también hay una gama de temperamentos en el interior de Producción y Trabajo. Es vox pópuli: Fabián Martín es más halcón que Orrego. Por momentos, el intendente de Rivadavia protagonizó cruces más duros con el gobierno provincial que el diputado santaluceño. Algunos tuvieron impacto público. Otros quedaron en reserva, no trascendieron. Pero ocurrieron igualmente y dejaron cicatrices de ambos lados.

Por ejemplo, un dato inquietó al uñaquismo en el Carrusel del Sol, el viernes 24 de febrero. Vieron colaborando con el carruaje de Rivadavia a un notable dirigente opositor docente, Oscar Valdemoros. Se trata de un excandidato que supo rivalizar con Lucero aunque nunca logró llegar a la conducción de UDAP. Igualmente sigue siendo uno de los más activos promotores de la protesta, desde la disidencia. Su proximidad con Martín quedó manifiesta.

La ministra Cecilia Trincado hizo un llamado a la responsabilidad docente. Les pidió abrir las escuelas este lunes. Sabrá la funcionaria, de vasta experiencia, que su pedido no moverá la aguja en absoluto entre sus colegas educadores. Pero sí puede servir para librar la otra batalla: esa que está sucediendo en la opinión pública.

Los docentes tienen -como históricamente sucedió- el acompañamiento de la opinión pública. Los salarios docentes están igualados a la inversión educativa. Pagarles bien significa apostar al futuro de los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, la prolongación del conflicto terminará salpicando hacia todos lados. 

Pagará el costo el gobierno de turno, por supuesto. Pero habrá desgaste también para el trabajador. Por un lado, pesará el descuento del día de paro, si finalmente se concreta. Por el otro, podrá escucharse el reproche de algunas familias que ven clases normales en colegios privados, pero escuelas públicas paralizadas. El contraste duele. Ya pasó en décadas anteriores.

Todo cuanto suceda en adelante estará marcado por la proximidad del 14 de mayo. Para el gobierno cada día de protesta será difícil de compatibilizar con la campaña. Para la oposición, por el contrario, el malestar será una oportunidad. Igualmente hay una amplia gama de matices entre los halcones y las palomas. Nada nuevo. Nada que escape al teorema de Baglini.


JAQUE MATE