Dosis contra el Covid 19 versus dosis de negación
Aunque parezca increíble solo el 22 por ciento de los que debían vacunarse entre 50 y 59 años aceptó hacerlo. ¿Hay tiempo para especular?
A riesgo de ser reiterativo, hay que insistir con el fenómeno que tristemente está sucediendo en San Juan. Están llegando vacunas como nunca antes, pero se siguen acumulando en los depósitos sencillamente porque hay poco interés por inmunizarse. Porque hay especulación. O simplemente porque todavía gana el temor sembrado de forma irresponsable por los efectos secundarios de las dosis. Hay una raíz común que es la negación.
Van los datos para entender mejor el contexto. El viernes llegaron 33.000 dosis de AstraZeneca y Sinopharm. El domingo, 21.600 más también de Sinopharm. Son 54.600 unidades en apenas 72 horas, en una verdadera avalancha de vacunas como nunca antes. Básicamente, porque no hay registro de ninguna otra pandemia de esta ferocidad en la provincia o el país al menos en la historia reciente.
El jueves pasado San Juan quebró su propio récord al vacunar a 10.000 personas en un solo día. Fue una noticia importante, porque significó que estaban las dosis en stock y se ajustó el operativo para poner a pleno funcionamiento los 25 centros habilitados para la aplicación.
La jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, reveló este lunes en Banda Ancha un número imprescindible que hasta ahora no había trascendido. Dijo que solo el 22 por ciento del segmento de 50 a 59 años de edad pidió vacunarse. Solo 2 de cada 10 personas a quienes les ofrecieron la posibilidad de inmunizarse, aceptó voluntariamente. El resto siguió de largo. Si hubiera sido una promo en un supermercado, podría decirse que fue un fracaso. Pero no, esto es mucho más grave.
Ante esa apatía, desconfianza o especulación, Salud Pública le puso punto final al plazo de inscripción para este segmento, para poder seguir adelante con otros grupos que están en espera. Fue así que entraron los de 40 a 49 años, los trabajadores considerados esenciales, mujeres embarazadas y que están dando de mamar, además de lo que quede de adultos mayores y personas con comorbilidad.
La primera población objetivo de 255.000 personas definida en un comienzo ya fue holgadamente cubierta con al menos una dosis de cualquiera de las tres vacunas que llegaron a San Juan. De hecho, según el parte oficial del 23 de junio, el más reciente, ya se aplicaron más de 241.000 primeras dosis. Y sí, por supuesto que 241.000 son menos que 255.000. Quedan algunas personas pendientes pero como la vacuna es voluntaria, no se puede poner en pausa el operativo hasta convencer hasta el último de los convocados. El que no quiera, tendrá que vivir con el peso de su propia decisión.
El 16 de junio se puso fecha de corte a los que tienen 50 a 59 años. Más adelante se podría reabrir la convocatoria. Pero con una peste como el Coronavirus, si hay una variable que escapa absolutamente al control humano es el tiempo. Se puede saber el cómo. Se puede saber el por qué. Pero raramente se pueda saber cuándo. Cuándo terminará todo. Cuándo podría infectarse una persona. Cuándo ese cuadro podría derivar en una situación grave.
La doctora Jofré alertó este lunes en Canal 13 sobre las muertes jóvenes, que todavía son minoritarias en el volumen diario pero ya no son tan raras como en el inicio de la pandemia. Dijo que los jóvenes suelen minimizar los síntomas. Se automedican. Suponen que tienen un catarro como tantas otras veces. Entonces llegan a la consulta cuando tienen complicaciones severas. Tristemente, cuando es demasiado tarde. Por eso ante la menor sospecha de haber contraído Covid 19, hay que hisoparse. Es la resolución más responsable por la propia seguridad y por los seres queridos.
Es cierto que San Juan está transitando una meseta. En los últimos 14 días la provincia estabilizó sus casos diarios en menos de 500 las peores jornadas. Los fines de semana, con menor cantidad de testeos también, el número es inferior, entre 200 y 300 diagnósticos positivos. Suponer que esa tranquilidad es sinónimo de victoria, sería cometer un error grosero. Los números siguen siendo elevados aunque la curva circunstancialmente haya dejado de subir.
Por ese motivo San Juan sigue teniendo 10 por ciento más ocupación de camas de terapia intensiva que el promedio país. Aquí está comprometido el 81 por ciento mientras que en el resto de la Argentina el valor es 71 por ciento. Con un agravante adicional: la provincia sigue sumando plazas críticas, entonces la ocupación baja también porque hay nuevos lugares y no tanto porque haya menos demanda. El personal intensivista sigue siendo el mismo, por cierto.
Ya está probado con estudios certificados por el Instituto Malbrán que San Juan tiene circulación de las variantes más agresivas, la andina, la británica y la Manaos. Y es cuestión de tiempo para tratar cara a cara con la variante Delta, la más feroz conocida hasta ahora. 'No podemos pensar que vamos a estar exentos', dijo Jofré.
Hay otra paradoja por estas horas. Por un lado, sobran las vacunas pero por el otro hay cantidades de sanjuaninas y sanjuaninos que siguen esperando la demorada segunda aplicación de la Sputnik V. Hasta ayer no había confirmación de la llegada de una partida específica. Está en estudio su reemplazo por la Cansino, que a pesar de haber sido desarrollada en China, tiene muchas similitudes con la rusa. A nivel nacional están iniciando los ensayos. Obviamente una resolución de esa naturaleza no podría tomarse a las apuradas.
Sin embargo, más allá de las personas que aguardan pacientemente que les completen el esquema de vacunación, hay muchas otras que parecen darle la espalda a esta posibilidad. Tal vez, esperando alguna otra marca con buena prensa. Esa espera también cuenta con una dosis de negación. De pensar que todo va a estar bien. Porque sí. Por puro instinto. Es terrible.
JAQUE MATE