Golpeado todavía por el resultado de las elecciones del 13 de abril, Luis Lucero dejó una advertencia para la nueva conducción de UDAP este lunes en Banda Ancha. No fue una amenaza, ni un mal augurio, sino simplemente un aviso con trasfondo profético: vienen tiempos difíciles, tanto o más que los actuales.

'Sangra por la herida', estarán pensando en el búnker de Patricia Quiroga, la emergente sindical que terminó con la dinastía de la Agrupación Celeste en San Juan. Es posible que Lucero esté muy atravesado todavía por la frustración de la derrota. Al fin de cuentas, pasaron solamente cinco días.

O no. Hay un contexto delicadísimo que le da marco a la pulseada por los salarios. Independientemente de que haya continuidad o cambio de signo político en la Casa Rosada, nadie pronostica bonanza en el corto plazo. Todo lo contrario.

En las elecciones de UDAP votó solamente el 40 por ciento del padrón de afiliados. Es cierto que la Lista Verde arrasó en el comicio, pero hubo una enorme mayoría que prefirió no asistir a las urnas. Es una señal preocupante desde el origen mismo de la nueva gestión. Por eso Quiroga anunció que llamará a los autoconvocados para integrarlos. Está forzada a construir consensos.

La actual conducción de UDAP llegará hasta junio. Desde ahí en adelante será Quiroga la encargada de entenderse con las ministras Cecilia Trincado y Marisa López. Y contener a los trabajadores de la Educación asfixiados por la inflación atroz. 

Le tocará a la flamante secretaria general rendir una prueba de fuego: sostener el diálogo con el gobierno de Sergio Uñac sin arriesgar su legitimidad en las bases que acaban de votar por el cambio. Quiroga no tiene un cheque en blanco en sus manos. Para ella la transición ya comenzó: a partir de ahora cargará sobre sus hombros el peso de ser oficialismo. El nuevo oficialismo de UDAP.

La función es muy abarcativa. Lucero analizó en Banda Ancha otras dificultades que debió afrontar, más allá de la cuestión salarial. Por ejemplo, el abastecimiento de medicamentos en la farmacia sindical, por el desfasaje entre recursos y costos de reposición. 

También reparó en el pago que deben hacer los jubilados mensualmente para sostener el coseguro. Además del descuento por recibo de sueldo, tienen que desembolsar 4.400 pesos por ventanilla. En total es una fracción de lo que deberían abonar para garantizar el equilibrio de las cuentas de salud. Pero aún así el monto genera disconformidad.

Por encima de estas cuestiones propias de la administración sindical está el malestar por los salarios que no alcanzan. Luego de una agotadora protesta de autoconvocados el gobierno terminó cediendo. Se garantizó un ingreso mínimo de bolsillo de 180.000 pesos a partir de los haberes de marzo, con la adición de una suma fija para los que menos ganan.

En palabras del propio Uñac fue una salida política más que una decisión de índole técnica. Todavía están sacando cuentas en el Ministerio de Hacienda para activar el otro 10 por ciento de aumento que debe impactar en los sueldos de abril.

En paralelo, el Índice de Precios al Consumidor sigue registrando valores históricos. Hay que retroceder 20 años para encontrar un valor mensual más elevado que el informado el viernes pasado. Y siempre se puede estar peor. Sépase disculpar el pesimismo.

En marzo el INDEC registró una inflación del 7,7 por ciento. Más allá del voluntarismo de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, acerca de que Argentina tocó fondo y ahora solo queda salir a la superficie, las proyecciones privadas no son alentadoras. En consecuencia, el malestar de las y los docentes está apenas adormecido.

Lucero aclaró y subrayó este martes que el traspaso de mando con Quiroga será sobre el 10 de junio y ni un día antes. Entonces le tocará a ella sentarse en la revisión paritaria prevista para julio. Será su gran debut y recién entonces podrá mostrar su perfil como negociadora. ¿Tendrá margen la nueva secretaria general de UDAP para sostener el temperamento dialoguista de su antecesor? ¿Sumará a los autoconvocados? En tal caso, ¿cuánto durará la luna de miel con unos y con otros?

El secretario general saliente advirtió que un amplio sector en la asamblea de autoconvocados rechaza la representación sindical sin importar quién esté al frente. Es un fenómeno de alcance mundial y se replica en distintas provincias argentinas también. Revertir el descreimiento parece una quimera. 

Otro subgrupo de autoconvocados tiene identificación política, bajo la óptica de Lucero. Son muchos y muy diversos los intereses que pueden confluir en torno de una sola bandera unificadora: la mejora del ingreso. Sin embargo y como quedó de manifiesto en la protesta de marzo, el concepto de 'salario digno' puede ser muy diferente en la cúspide y en la base de la pirámide docente.

Para los ingresantes, la pelea siempre buscará superar la canasta básica. Para los jerárquicos entrará en juego el Impuesto a las Ganancias, que puede restarles más que el propio aumento que consigan. En esa diversidad surgieron fisuras dentro del reclamo. Por momentos dejó de ser uniforme.

Quiroga y su equipo llegan con la responsabilidad de entender esta complejidad, interpretarla y traducirla en la mesa paritaria. Son negociaciones finas y llevan tiempo. A menudo no pueden prosperar cuando una multitud rodea al Centro Cívico, descreída de lo que está sucediendo a puertas cerradas.


JAQUE MATE