El costo invisible de la crisis
San Juan se perdió un aparato de alta complejidad de última generación. Algunos proveedores de Salud Pública prefieren pagar multa a entregar el stock por la falta de precios de mercado.
La crisis económica tiene un costo visible, colectivo y urgente. Tan evidente resulta, que hasta el oficialismo macrista acompañó el proyecto opositor para declarar la emergencia alimentaria en Diputados este jueves. Pero el escenario presenta otro costo, invisible en principio, cuyo impacto puede resultar igual de grave.
Hablamos de la salud. Si bien hay una división entre los servicios públicos y privados, cubiertos estos últimos por obras sociales y medicinas prepagas, lo cierto es que todo el sistema está monitoreado permanentemente por las autoridades oficiales.
Es así que la contabilidad de camas disponibles para internación suma hospitales, clínicas y sanatorios en su inventario. Ídem con la aparatología de alta complejidad. Lo importante es que exista el recurso, después se verá quién y cómo lo solventa. En los casos extremos, será el Estado quien pague.
Las idas y vueltas de la economía, el nuevo estallido del dólar y la incertidumbre a futuro dejaron su marca en San Juan. Una alta fuente de Salud Pública reveló que la provincia perdió la oportunidad de contar con un resonador magnético de 5 Teslas, un aparato que nos hubiera puesto a la vanguardia de Argentina y de buena parte del continente.
Era una inversión privada, que estaba en vías de concretarse hasta que sobrevino la devaluación y la operación fue cancelada hasta nuevo aviso. El resonador magnético no llegará al menos hasta que aclare un poco el panorama. No es que falten los aparatos de este tipo en San Juan, pero los que hay son de 1,5 Teslas. No abundaremos aquí en detalles técnicos. Alcanza con comprender por estricto sentido común la dimensión del salto tecnológico que nos perdimos.
Y vale emplear la primera persona del plural. Hablar de nosotros porque, como dijimos antes, cualquier inversión en salud, pública o privada, reditúa en la disponibilidad de un recurso más allá de que algunas veces sea el Estado quien tenga que pagar, si el paciente no cuenta con la cobertura médica apropiada.
El secretario técnico de Salud Pública, virtual viceministro del área, Roberto Correa, blanqueó además en Canal 13 una situación que también desencadenó la devaluación de agosto y que está complicando todavía más las cosas. Algunos prestadores que ganaron licitaciones y habían cotizado con valores previos a la corrida cambiaria hoy prefieren retener los insumos, pagar las multas por su incumplimiento, pero resistir hasta saber a ciencia cierta cómo podrán reponer el stock.
Abonar las penalidades que les aplique Salud Pública les resulta menos dañino que desprenderse de esos insumos a un valor totalmente desfasado. El problema es de los pacientes, porque la necesidad del cuerpo no puede ser sometida a los vaivenes de la economía, ni a las decisiones empresarias de autopreservación de su patrimonio. Es un cuadro complejo, invisible hasta ahora.
El ministro de Hacienda de Nación, Hernán Lacunza, está obligado a presentar el próximo 15 de septiembre el proyecto de Ley de Presupuesto 2020. Ya trascendieron algunos parámetros, como una inflación del 34% y un dólar promedio de 67 pesos. Puede ser una ficción total o no. Pero en todo caso es el marco para elaborar el presupuesto provincial también.
En Salud ya están trabajando en este sentido, aunque la urgencia es terminar 2019 con los números equilibrados y la tarea cumplida, amortiguando los daños colaterales. El presupuesto original de 12.000 millones de pesos se tuvo que reajustar. El nivel central, que no incluye a los hospitales Rawson ni Marcial Quiroga, ni a la Obra Social Provincial, pasó de una previsión de 3.000 millones de pesos a 3.500 millones. Con ese reajuste deberían resolver los mayores costos detonados por la inflación.
Es un incremento presupuestario del orden del 16%, que parece muy discreto, en comparación con la inflación galopante. Según los datos oficiales de INDEC dados a conocer ayer, en los últimos 12 meses ya superamos el 54% de aumento de precios minoristas. Los costos de Salud resultan siempre superiores.
El problema es ahora. El costo, posiblemente lo veremos más adelante. El futuro, resulta prácticamente una ilusión.
JAQUE MATE