El cuento del juez, el rencor y el auto viejo
La designación de Carlos Lorenzo como Juez de Paz de Capital revivió la interna peronista del 2023 con Emilio Baistrocchi. ¿Qué le queda al PJ en el municipio?
'Rencor, mi viejo rencor', cantaba Carlos Gardel en los años '30. La letra escrita por Luis César Amadori hablaba de un desengaño amoroso. Pero sirve bastante bien para musicalizar el sainete peronista que hizo eclosión este jueves, tras la designación de Carlos Lorenzo como Juez de Paz de Capital.
Apenas se consumó la votación en la Legislatura, Emilio Baistrocchi se descargó en redes. 'Hay más jueces en esta unidad básica que en tribunales, una vergüenza', escribió el ex intendente, ya sin recato alguno, contra el flamante magistrado.
La cualificación de Lorenzo nunca estuvo en discusión. Su formación jurídica lo convirtió en el hombre de consulta de Sergio Uñac durante el acalorado 2023. No solo fue el Asesor Letrado de Gobierno, fue mucho más. Fue el ideólogo de la ingeniería electoral que desarmó las PASO y fabricó el SIPAD, entre otras novedades.
Amparado en esa cercanía con Uñac, Lorenzo desafió a Baistrocchi el año pasado al anotarse como candidato a intendente. Compartían partido político y sus listas debían ser complementarias gracias a la ley de lemas. Pero rivalizaron abiertamente.
Las críticas de Lorenzo a la gestión municipal retumbaron a lo largo de toda la campaña. Emilio sintió que fue el blanco de un plan orquestado desde Casa de Gobierno para desestabilizarlo. Su relación con Uñac pendía de un hilo. Lorenzo fue un ejecutor.
El escrutinio fue muy mezquino con el ex Asesor Letrado y hoy Juez de Paz. Aportó muy pocos votos a la agrupación justicialista. Baistrocchi tampoco pudo alcanzar la reelección. Finalmente tuvo que entregarle las llaves de la Intendencia a Susana Laciar. El rencor quedó en carne viva.
De la larga lista de 21 nuevos funcionarios judiciales, Baistrocchi solo apuntó contra Lorenzo. También hubo otros integrantes de la escudería uñaquista consagrados como flamantes miembros de la familia judicial. Por ejemplo, el ex secretario legislativo Nicolás Alvo. Pero ninguno provocó la misma reacción. El motivo tiene anclaje en este rencor surgido en 2023.
Tras asumir como Juez de Paz, Lorenzo habrá cerrado su carrera política. Quedará inhibido permanentemente, como ya les sucedió a otros referentes importantes del gobierno anterior. Pero dejará una estela de militantes todavía disponibles para actuar en las elecciones futuras. A ellos se dirigió Baistrocchi.
Por eso remató su posteo en redes con una apelación al 2025 y al 2027. Escribió: 'Para recordar el año que viene!!! Y el otro. Y el otro. Impresentables'. Alejado del PJ luego de 18 años de afiliación, Emilio está conformando su propio partido, Hacemos por San Juan. ¿Tendrá chances de llevarse a alguien consigo, también desencantado por el giro de Lorenzo?
Por el momento ni siquiera los concejales que acompañaron la lista de Baistrocchi pegaron el salto. Tanto Betty Muñoz como Ariel Palma ratificaron su pertenencia al PJ orgánico. Solo Horacio Lucero se mostró junto a Emilio tras la ruptura, aunque tampoco renunció a su afiliación justicialista al menos por ahora. Hasta hoy el bloque sigue funcionando en unidad en el Concejo Deliberante.
Entonces Baistrocchi ya está afuera. Lorenzo también. El peronismo capitalino perdió a dos de los tres candidatos que representaron al espacio hace apenas un año, el 14 de mayo de 2023. Solo queda dentro del partido Leonardo Gioja. ¿Eso significa que le tocará liderar el proyecto rumbo a 2027? Falta tanto y falta tan poco, que cuesta mucho hacer proyecciones.
Si algo demostró Javier Milei con su aplanadora violeta es que las estructuras tradicionales perdieron peso. Que los aparatos de movilización y fiscalización ya no son lo que eran. Que son otros los mecanismos vigentes para acceder al poder. El presidente ganó sin un solo gobernador a su lado. La moraleja todavía está en elaboración. Se quemaron los manuales.
En este marco uno de los justicialistas enojados y apartados de la estructura usó una metáfora días atrás para referirse a la situación actual del partido. Dijo que es como esos autos viejos, que pasan echando humo por todos lados, dejando un rastro de aceite en la calle, que llama la atención pero que, en definitiva, nadie quiere. ¿Será tan así? ¿O será, como cantaba Gardel, por puro rencor?
JAQUE MATE