El dilema de la oposición entre 'golpistas' y 'cómplices'
Frente a la avanzada sin precedentes del gobierno de Javier Milei, ¿es tiempo de salir a resistir o de guardar silencio en nombre de la gobernabilidad?
La oposición tiene un fuerte dilema por estas horas, frente a la avanzada sin precedentes del gobierno de Javier Milei. ¿Es tiempo de salir a resistir las medidas por considerarlas dañinas para la mayoría de la sociedad en beneficio de los sectores más concentrados de la economía? ¿O es tiempo de guardar silencio, respetuoso de la voluntad popular expresada el 19 de noviembre con una contundencia innegable?
Ese dilema está tensionando las relaciones y está poniendo a los dirigentes opositores a rendir cuentas. Los más agresivos cargarán con el mote de desestabilizadores y golpistas. Los más moderados tendrán que llevar el cartel de cómplices. Sin medias tintas, porque Argentina no admite aquella ilusión de la ancha avenida del medio.
El gobierno de Milei extremó la confrontación ideológica, toda vez que su propuesta se asienta en la derecha más absoluta. Hizo campaña con un discurso de exterminio de 'los zurdos empobrecedores' y ganó con esa virulencia. El problema vino después y podría agravarse: tiene que gobernar para los 46 millones de argentinos, no solo para quienes lo eligieron.
Hasta ahora la única respuesta frente a las críticas ha sido: 'no la ven'. Implica una descalificación del otro, porque no es capaz de entender las supuestas bondades del nuevo orden libertario. Implica también la rigidez del nuevo oficialismo. Milei no está dispuesto a corregir o alterar ni siquiera una coma de su batería de medidas.
Si no es todo, es nada, como dijo Patricia Bullrich cuando quería ser presidenta. Su slogan cuadra a la perfección con su nuevo jefe.
Esta disquisición es la que pone en aprietos a la oposición. La movilización de la CGT, las dos CTA y algunos movimientos sociales este miércoles frente a los tribunales en contra del DNU de Milei desbordó todas las expectativas. En la ocasión, el líder del Frente Patria Grande, Juan Grabois, apuró a los ausentes: ¿dónde están Alberto Fernández y Sergio Massa?
Idéntico discurso se escuchó aquí, en la plaza 25 de Mayo. Uno de los referentes del Polo Obrero le recriminó públicamente al líder de la CGT sanjuanina, Eduardo Cabello, su silencio en medio de la jornada de protesta.
Para el Polo Obrero y los partidos de izquierda, la manifestación en las calles es habitual. Para la CGT, sacar la artillería sindical a la vía pública implica otro efecto. Su colaboración permanente con el gobierno de Fernández hoy le cuesta una recriminación recurrente: '¿Ahora salen a protestar? ¿Dónde estuvieron los cuatro años anteriores?'
Como se ha analizado en estas columnas, el presidente Milei tiene su crédito intacto en el sector que lo acompañó y que sigue siendo mayoritario. O al menos es lo que revelan las encuestas. El ajuste todavía no se vio, más allá de la escalada inflacionaria producto de la devaluación y la liberación de precios. El gobierno libertario responsabilizó por este estallido de la economía a la herencia recibida. El argumento sigue siendo válido para una gran parte de la sociedad.
Esta percepción es la que contiene el ataque opositor. La gestión de Milei apenas transita su día 18 desde la asunción. No hay antecedentes de un gobierno que en tan corto tiempo haya tenido cacerolazo y movilizaciones de tamaña magnitud. Tampoco hubo en los 40 años de democracia ininterrumpida una política de shock comparable a la que pretende implementar La Libertad Avanza. Todo es nuevo y los partidos tradicionales se quedaron sin manual de instrucciones.
Hay sí una regla aplicable para estos casos que sigue en plena vigencia: los opositores que tienen responsabilidad de gestión suelen ser más moderados que quienes están liberados. Basta con repasar la lista reciente de invitados a Banda Ancha para verificar esta división meridiana.
Mauricio Ibarra y Eduardo Camus fueron durísimos con Milei. Justificaron la movilización en las calles, a pesar de que la gestión recién empieza. El ex intendente de Rawson dijo que la gente sale a manifestarse 'en defensa propia'. Por su parte, el joven referente de Grabois dijo que 'cuando se toca la comida, la legitimidad popular se termina'.
Lejos de la vehemencia de Ibarra y Camus, los pocos funcionarios que aceptaron el convite para hablar con las cámaras encendidas guardaron la compostura. Las intendentas Daniela Rodríguez, Analía Becerra y Romina Rosas, el diputado nacional Walberto Allende y el diputado provincial Franco Aranda plantearon su disidencia con el DNU pero reconocieron la legitimidad del presidente.
Si seis de cada diez sanjuaninos votaron por Milei hace poco más de un mes, desconocer esa voluntad popular puede ser riesgoso para quienes tienen cargos de representación en la función pública. Las cinco elecciones del año 2023 dejaron en San Juan una serie de guarismos dispersos.
El peronismo que arrasó en los comicios municipales de mayo, perdió prácticamente todas las elecciones restantes. Juntos por el Cambio solo ganó la gobernación en julio, pero luego quedó en tercer lugar para las legislativas nacionales y las presidenciales. Las urnas todavía no se enfriaron. Decodificar ese mensaje le quita el sueño a varios.
La clave parece estar en saber medir los tiempos. Actuar en función del termómetro social. Después vendrá el pase de facturas. Aún así, quedará la duda flotando en el ambiente opositor: ¿hay margen para seguir especulando? ¿O es momento de actuar?
JAQUE MATE