Más allá del tono coloquial que utilizó al ser presentado como nuevo candidato a gobernador, Rubén Uñac dejó un mensaje de alto impacto hacia adentro del peronismo. Ese lenguaje desacartonado y fuera de libreto, por momentos insolente, que ganó críticas en redes sociales, estuvo dirigido hacia la maquinaria justicialista que precisaba una inyección de adrenalina. 

El derribamiento de Sergio Uñac por parte de la Corte Suprema fue un golpe difícil de asimilar, aunque fuera esperable. Entonces el hermano mayor azuzó el ánimo herido de los dirigentes de base para no entregarse a la derrota. Cambiaron las reglas. Tendrán que salir a pedir el voto para Rubén, como garantía de continuidad, en un clima enrarecido, en una elección sin precedentes. El del lunes pasado fue un discurso de barricada en un momento de batalla.

Partiendo de esa mirada, cobró sentido el cierre del mensaje. Rubén abrió los brazos frente al atril y habló de unidad, de hacer una convocatoria amplia. Dos días después, en su primera caminata de campaña, José Luis Gioja lo reconoció como un 'amigo'. Tal vez el cambio forzado por la Corte Suprema permita desanudar el enredo central del justicialismo sanjuanino.

El rencor recíproco entre Gioja y Sergio pudo maquillarse gracias al resurgimiento de la Ley de Lemas que les permitió a ambos anotarse en la partida sin eliminarse y, de yapa, colaborarse con la sumatoria de votos. Pero las heridas están. Esa tirantez a nivel de cúpula fue filtrando hacia abajo, a punto tal de sedimentar los rechazos de un lado y del otro. Debajo del paraguas justicialista, los 'ismos' se volvieron incompatibles. Pero no irreconciliables.

Parece contradictorio. Pero no lo es. Algo cambió en el medio y fue el ascenso de Rubén. El senador está a punto de cumplir su mandato de seis años en la Cámara Alta, antes fue diputado nacional y vicegobernador de Gioja en el periodo 2007-2011. Pero esa extensa trayectoria política quedó la mayor parte del tiempo oculta detrás del bajo perfil.

El rol de Rubén fue siempre el de un operador. Supo tejer relaciones políticas al más alto nivel en el Congreso Nacional. En San Juan se convirtió en el alter ego de Sergio, una pared que le devolvió al gobernador cada rebote necesario. El hermano mayor lo definió de manera poco ortodoxa el lunes pasado, cuando delante del atril habló de los 'dos boludos'.

Fue la antítesis del marketing político. Nada más alejado de la pulcritud, el estilo norteamericano que de un tiempo a esta parte recomiendan imitar los consultores. 'Se van a cagar para ganarnos', fue una arenga en jerga peronista. Tanto como la muletilla de no sacarle 'el culo a la jeringa'. A los oídos del votante común estas expresiones habrán sonado desacomodadas. A los oídos del militante fueron combustible para salir más que nunca a bancar la continuidad del proyecto.

En esa línea, Rubén habló de la 'U' que se imprimió en los afiches de campaña, que es la 'U' de Uñac pero también debe ser la 'U' de unidad. Su temperamento dialoguista y su experiencia como armador político salieron a la superficie. Es evidente que decidió apostar por recomponer hacia adentro, primero. Después vendrá en tiempo acelerado la campaña hacia afuera. Una es la contracara de la otra.

Este jueves en Banda Ancha la diputada Fernanda Paredes aplaudió el gesto de Ruben. Dijo que no le sorprendió que hablara de unidad, pero le gustó que lo dijera. A la legisladora le tocó protagonizar duros cruces con sus compañeros del giojismo desde aquella explosiva e histórica sesión del 16 de diciembre de 2021, cuando el uñaquismo metió sobre tablas la eliminación de las PASO. Fue la bisagra. El bloque se rompió. La división se agudizó hasta plasmarse en dos listas paralelas dos años después.

El 14 de mayo se resolvió la nueva conformación de la Legislatura, las 19 intendencias y sus respectivos concejos deliberantes. Quedará para el 2 de julio definir nada menos que al próximo gobernador y vicegobernador. Será la pelea de fondo, pero estará confundida también con el segundo capítulo que ya empezó a escribirse: el de las candidaturas presidenciales, a senadores y a diputados nacionales.

Cuando Rubén habló de unidad, difícilmente se haya referido a la gobernación. Eso ya es irreversible. Competirán en listas separadas, como ya sucedió el 14 de mayo. Entonces la convocatoria tendría sentido solo pensando en la contienda nacional.

La última vez que se votó por legisladores del Congreso, en 2021, el Frente de Todos ganó por apenas un punto sobre Juntos por el Cambio. Dos años después nada indica que el margen se haya ampliado. Además habrá que combinar los candidatos para el Senado y para Diputados con una fórmula presidencial. No será una parada sencilla para ninguna fuerza, en un escenario súper dividido. Pero será especialmente compleja para el oficialismo, deteriorado por la inflación y la volatilidad cambiaria.

Cuando Rubén habló de unidad, posiblemente se refirió a esto, a enfrentar juntos los tiempos difíciles que se avecinan. La diputada Paredes consideró este jueves en Canal 13 que es posible confluir en una lista de unidad. No se atrevió a ir más allá, cuando fue preguntada sobre la chance de que Sergio Uñac y José Luis Gioja vayan en la misma boleta. Esa conjetura la excede ampliamente. Pero es la incógnita que guarda buena parte del peronismo local y tendrá que resolverse en un tiempo perentorio.

Faltan apenas cinco días para constituir las alianzas para estas elecciones nacionales y quince días para el cierre de listas. Los acuerdos son ahora. La diputada Paredes -sin perder la prudencia- se atrevió a poner sobre la mesa un elemento que puede apurar a los que toman las decisiones. Dijo que, si a nivel nacional los gobernadores y buena parte del peronismo están pidiendo jugar con una fórmula presidencial de unidad, sería coherente imitar el criterio en San Juan también.

El principio sería el mismo: bajar la espuma de la confrontación, mostrar orden interno para poder ordenar el país, evitar las divisiones para recomponer la esperanza. El factor Rubén ya entró en acción.


JAQUE MATE