Resulta evidente que se repiten las mismas voces, los mismos rostros, del puñadito de dirigentes peronistas que se atreven a criticar abiertamente a Javier Milei. Son minoría. Los máximos referentes siguen recluidos. Esporádicamente publican algún mínimo cuestionamiento para marcar diferencias, sobre todo cuando el presidente ha cruzado el límite de lo aceptable. Pero nada más. Existe un miedo inconfesable a exponerse. Y, como dicen las abuelas, el miedo no es zonzo.

El miedo es un mecanismo de defensa, explican los psicólogos. Tiende a la autopreservación. 

En charlas de café surge la misma pregunta: ¿vale la pena ir contra Milei? Los más experimentados entienden que es pronto. Que recién comenzó su gobierno. Y cualquier avanzada peronista en su contra sería interpretada como un intento desestabilizador. Pero hay más detrás de esa pretendida cautela.

Salir a combatir las medidas de Milei presenta dos caras, según el análisis más frecuente de los dirigentes justicialistas consultados en estricto off the record. Media población está en contra del gobierno libertario. La otra mitad está a favor. Todavía es muy elevado el porcentaje que banca el ajuste. Elevadísimo. Esto impone recalcular tonos. Medir oportunidades.

En el fondo, subyace un resquemor adicional: ¿y si esta vez es cierto y la receta económica recesiva deriva en una recuperación milagrosa? Ojalá así fuera. Ojalá se cumpliera la promesa libertaria del crecimiento exponencial después de la asfixia. Pero el que se quema con leche ve una vaca y llora. Y hace rato que la derecha viene prometiendo segundos semestres que no llegan. ¿Hace falta citar el ejemplo de Mauricio Macri o se entendió la referencia?

Lo cierto es que Milei sintonizó con una parte de la sociedad y el resto de la política sigue patinando en el descrédito. Por eso fue tan rupturista el tono que usó el gobernador Nacho Torres, un dirigente nuevo y opositor al kirchnerismo. ¿Entonces? ¿Se puede disentir con el modelo no siendo justicialista o 'zurdo empobrecedor'? Bueno, el chubutense lo dejó plasmado.

Torres pudo sobrellevar los ataques libertarios con un currículum extremadamente limpio. No es una condición que pueda exhibir cualquier otro dirigente con mayor trayectoria. Los manchones son inherentes al ejercicio de la política, al menos en este país.

El debate sigue girando en torno de quién es el padre de la criatura. Es decir, quién tiene la mayor cuota de responsabilidad en la catástrofe económica y social que soporta la Argentina. La mitad que banca a Milei no tiene dudas: el problema viene desde hace décadas y Javier está haciendo lo que hay que hacer. La otra mitad mira con angustia cómo se licúa el salario, producto de una política insensible, esmerada en la macro y alejada de la gente.

En las últimas horas llegó un mensaje del Papa Francisco. Fue un video grabado para jueces argentinos. El Sumo Pontífice, que hace apenas un par de semanas se estrechó en un abrazo con Milei, les mandó a decir a los magistrados que ellos son el último recurso para frenar la vulneración de derechos. Bergoglio dijo que 'el Estado hoy es más importante que nunca'. Y que no alcanza con la legitimidad de origen para gobernar. Esa legitimidad hay que validarla con la gestión. Más claro, imposible.

¿Volverá a convertirse en el representante del maligno en la Tierra?

Este miércoles el ministro de Familia y Desarrollo Humano de San Juan, Carlos Platero, anunció que la provincia se hará cargo del 100 por ciento del financiamiento de los comedores escolares porque Nación suspendió todas las partidas. En honor al equilibrio fiscal, Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, siguen pasando la motosierra indiscriminadamente. La mitad de la población los banca.

El lunes el diario Clarín publicó una encuesta de la consultora Opina Argentina, con datos recabados entre el 19 y el 20 de febrero. La aprobación de gestión se divide en partes prácticamente iguales. La política económica presenta un leve declive en la valoración popular, pero sigue siendo altísima.

Con mucha mesura, este miércoles en Banda Ancha el ex intendente de San Martín y ex candidato a vicegobernador por el PJ, Cristian Andino, esbozó una crítica al presidente. Dijo que 'el costo lo está pagando la gente, no la casta'. Su frase bastó para que se genere una ola de reacciones en redes sociales. La militancia del ajuste sigue siendo enorme. Elevar la voz en contra implica aguantarse el cadenazo de inmediato.

También este miércoles el diputado libertario Fernando Patinella habló de la malaria. 'Las medidas de ajuste están golpeando, pero todos saben el origen', dijo el legislador. El discurso se adapta perfectamente al sentimiento de una ciudadanía resentida con el fracaso de la política. Milei tuvo el talento de seguir comunicando como si fuese un panelista de TV. Un relator de todo lo que está mal. La incógnita es hasta cuándo podrá zafar de su propia responsabilidad como artífice del rumbo actual del país.

Hasta entonces, el peronismo tenderá a resguardarse. Porque el miedo no es zonzo. El miedo aconseja esperar.

JAQUE MATE