Cristian Andino y Fabián Gramajo comparten varios atributos. Integran la misma generación con hambre de renovación y de ascenso. Fueron candidatos a vicegobernador en 2023 y, tras la derrota, se mantuvieron en campaña permanente para llegar con vida al 2025. Ahora también les toca poner el pescuezo y soportar los tarascones de sus propios compañeros peronistas.

El pecado de ambos es querer estar. Es absolutamente legítimo, pero tiene un alto costo. Se explica bien con un viejo refrán, transmitido de generación en generación, que recomienda medir bien los tiempos, porque el primero que asome la cabeza será el primero en recibir los disparos. Una vez más la realidad confirmó la sabiduría popular.

Desde Walberto Allende hasta Facundo Perrone y Mario Herrero plantearon en público y delante de las cámaras que no es tiempo de candidaturas, ni de subir fotos sonrientes a las redes, como si hubiera empezado la campaña, porque para eso falta mucho. Fueron tiros directos para Andino y Gramajo. Los dos son buenos entendedores.

¿A qué obedeció este fuego amigo? A varias razones. Posiblemente la primera sea la interna jamás resuelta del intenso Partido Justicialista. Pero hay otros factores mezclados en esta trenza. Las apetencias personales, por encima de cualquier otro aspecto.

Allende está transitando su segundo mandato consecutivo como diputado nacional y a lo largo de estos siete años pudo construir un capital político importante. Logró retener la presidencia de la Comisión de Minería, sin ir más lejos. Eso le dio poder en el diálogo con las empresas mineras de todo el país, incluso con Javier Milei en la Casa Rosada y Marcelo Orrego en la Gobernación. Como dirían los chicos, es un montón.

En principio, Allende se excluyó de la carrera electoral del 2025. Consideró que su ciclo estaba cumplido. Pero más recientemente recalculó el GPS. Reconoció que 'le están pidiendo' que continúe. Si no sale a marcar territorio desde ahora, si permite que Andino y Gramajo sigan sin interferencias, más adelante será demasiado tarde para levantar la mano y decir: 'yo quiero ser'.

Perrone y Herrero, en cambio, no tienen ninguna aspiración personal por una candidatura en 2025. No lo han revelado, al menos. Pero los une el ADN giojista. Desde esa perspectiva hay que interpretarlos a ambos. Están reservando el lugar para José Luis Gioja, aunque el propio interesado no haya manifestado su vocación de competir el año que viene.

¿Hay alguna posibilidad real de que Gioja vuelva?, le preguntó este periodista al diputado Herrero hace un par de semanas. Respondió con otra pregunta: ¿alguna vez Gioja se fue? Esa dialéctica de decir sin decir es muy indicativa de lo que puede suceder. Perdón por el trabalenguas. Pero así se cuenta la política, de toda la vida.

El peronismo pondrá en juego dos bancas el año próximo: la de Allende y la de Fabiola Aubone. La tercera banca a renovar es la que hoy ocupa María de los Ángeles Moreno, la suplente de suplente de Susana Laciar. Ese espacio le pertenece a Marcelo Orrego y merece una columna aparte.

El peronismo, que pondrá en juego dos bancas, encara el 2025 con la resignación de que solamente podrá retener una. Hay consenso entre los consultores de que se repetirá el reparto de tercios, entre el PJ, La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio.

Por lo tanto, esa única banca que podría ganar el justicialismo tendrá un valor especial desde lo político, no tanto desde lo parlamentario. Una golondrina no hace verano. Pero el hecho simbólico de transitar otra campaña, con todo el aparato de difusión puesto al servicio de uno solo, siempre será importante para quien tenga la vocación de estar.

Es el caso de Andino y de Gramajo. A ninguno de los dos les va la vida por sentarse en el Congreso y alejarse del territorio. Pero competir en 2025 sería de gran utilidad para contar los porotos y cotizar mejor en 2027.

Hasta hace un tiempo parecía que la contienda iba a ser entre ambos. Pero a esta altura, nada es seguro. Mucho menos si prospera la eliminación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que impulsa Javier Milei y que podría contar con el acompañamiento de Unión por la Patria.

Si el PJ estuviese forzado a presentar una lista de unidad, habrá refriega interna. Nadie cederá gratis. Guarda: Andino y Gramajo tampoco.


JAQUE MATE

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