El vicegobernador Roberto Gattoni quedó en el centro de la escena involuntariamente este jueves, por una frase que que pudo haber salido de boca de cualquier funcionario de gobierno. Pero no fue cualquiera, sino la segunda autoridad de la provincia. Y tuvo la puntería de pronunciar una específica combinación de palabras que alteró la sensibilidad de todos y todas.

Dijo el vice que los sanjuaninos y las sanjuaninas deben cuidarse mucho porque hay circulación viral comunitaria, posiblemente sin notar que estaba anticipando una etiqueta que todavía no tiene la provincia aunque más temprano que tarde llegará certificada desde Nación. Su declaración en Radio Colón retumbó en redes sociales. Se volvió viral. Como todo lo que cae en esa bolsa de anonimatos, una captura de pantalla bastó para detonar las reacciones. El contexto y las explicaciones se desvanecieron. Los argumentos también.

Poco después y frente al alboroto, a través del diario digital de Canal 13 San Juan Gattoni aclaró que se refería estrictamente a la circulación viral por conglomerado, que es básicamente lo que sucede oficialmente desde el 19 de agosto, cuando estalló el brote de contagios en Caucete. 

Es decir, no hay más novedad que la ya conocida. El estatus sanitario cambió de un día para el otro. Una vez que llegó, el virus no se irá nunca más. Habrá progresivamente más contagios. El desafío es dosificar los casos para evitar los picos y no sobresaturar el sistema sanitario. Todo esto se sabe desde el principio.

Más allá de la aclaración de Gattoni, la jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, debió elaborar un comunicado que repitiera lo que se sabe: que en San Juan todavía no se puede hablar de circulación viral comunitaria, sino de circulación viral por conglomerado. Aún así la ola siguió golpeando. Las preguntas angustiadas siguieron llegando a la línea de Whatsapp de Banda Ancha.

La pandemia sacudió la vida de toda la humanidad sin dejar rincón del mundo libre de la peste. En Argentina este viernes se cumplen 190 días desde que el presidente Alberto Fernández decretó la cuarentena a partir de las cero horas del viernes 20 de marzo. Desde entonces un embrollo de nuevas palabras se convirtió en parte de la cotidianidad. Términos como aislamiento, distanciamiento, protocolo, hisopado, curva epidemiológica, contacto estrecho y tantos otros aparecieron en el léxico aunque no siempre se hayan utilizado con exactitud.

En ese concierto surgió la expresión "circulación viral comunitaria", que rápidamente se asoció al peor estadío del Coronavirus. Es el equivalente a tocar fondo. Eso que se buscó evitar por todos los medios o retardar cuanto fuera posible. Tal vez haya llegado el momento de desdramatizar. Bajarle el tono al tremendismo. 

La circulación viral por conglomerado, que existe en San Juan, se explica de la siguiente manera: en cada nuevo caso se puede identificar dónde se contagió la persona y de quién se contagió. En el siguiente estadío, la circulación viral comunitaria, ese nexo epidemiológico se torna borroso. Entonces la transmisión del germen puede haber sucedido en cualquier parte. La segunda es peor que la primera, está claro. Pero curiosamente, el salto de una a la otra no debería alterar la vida cotidiana.

Es decir, cuando el Gran San Juan tenga la certificación nacional de ciudad con circulación viral comunitaria, habrá que seguir manteniendo el distanciamiento social, cubriéndose nariz, boca y mentón con el barbijo y lavándose frecuentemente las manos. También habrá que seguir evitando las aglomeraciones. Preferir quedarse en casa toda vez que sea posible. Evitar el uso del transporte público. Más de lo mismo.

El gobernador Sergio Uñac comenzó la semana hablando de la posibilidad de que San Juan estuviera caminando rumbo a la circulación viral comunitaria, sencillamente porque no queda provincia argentina libre de Covid-19. También, porque la pandemia se ha federalizado. De los contagios nuevos diarios, la mitad ocurre en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la otra mitad, en el interior del país.

Bueno, parece oportuno salir de la negación. Un cambio de clasificación funcionará apenas como el reconocimiento oficial de una realidad que cambió drásticamente el 19 de agosto. Mejor dicho, que se reveló el 19 de agosto, pero que había comenzado a incubarse varios días antes. Primero, con el ingreso de algún infectado por pasos clandestinos. Después, con una reunión numerosa que sirvió para diseminar el germen. Es decir, una modalidad cantada. Idéntica a la que había operado en otros lugares del país y del planeta.

El paso siguiente será la circulación viral comunitaria. La convivencia con asintomáticos que ni siquiera saben que tienen el germen. Mucho menos son conscientes de que lo están traslandando y contagiando a su alrededor. No es lo deseable, pero es lo esperable. Tanto así, que el gobierno lanzó el 28 de julio el "Plan de Seguridad ante la Circulación Viral". Era prudente estar preparados, a la luz de los resultados.

El pecado de Gattoni fue ponerle nombre a la realidad. Habló de "circulación viral comunitaria" y omitió agregarle "por conglomerado". Una sutileza que altera mucho los ánimos, pero modifica muy poco el presente. La pandemia está afincada en San Juan. El control depende mucho de las autoridades, pero también de una plena toma de conciencia colectiva. Esperar el rótulo de Buenos Aires para empezar a cuidarse es el peor pecado de todos.


JAQUE MATE