Durante la Segunda Guerra Mundial se hicieron conocidos los aviones japoneses suicidas, cuyos pilotos estaban dispuestos a estrellarse contra el enemigo. Era un ataque devastador y final. Desde entonces la maniobra se extendió a otros ámbitos, como la política. La figura se ajusta bastante a lo que está sucediendo en Rawson, donde buena parte del peronismo se convirtió en kamikaze. No importa la cantidad de bajas propias.

El intendente Rubén García pasó de ser la gran revelación del giojismo en 2019 a la gran decepción para sus propios compañeros. Al menos así lo definió, como una decepción, el concejal Fabián Olguín este jueves en Banda Ancha, el día después de la interpelación. El legislador es uno de los impulsores del juicio político que incuban hace semanas y que solo han demorado por prudencia, en una arremetida que por momentos parece totalmente desbocada.

A García lo acusan de una cantidad de irregularidades administrativas, pero en el fondo hay un quiebre político que alumbra esas desprolijidades. Dicho en otros términos, el intendente perdió el crédito que alguna vez tuvo -si es que lo tuvo- en el Concejo Deliberante. Le facturan haberse alejado, haber descuidado el vínculo. Su disputa, en realidad, está un escalón más arriba. Se distanció de su mentor, Juan Carlos Gioja.

Entonces García, que llegó de la mano del giojismo pero perdió el vínculo, tuvo que refugiarse en el uñaquismo al que nunca perteneció. Como cantaba Facundo Cabral, 'no soy de aquí ni soy de allá'. En esa posición de visible debilidad política, Sergio Uñac mandó a los suyos a aplacar las tensiones en Rawson. Se lo pidió al secretario de Estado de Seguridad, Carlos Munisaga, cuando tempranamente empezó a militar su candidatura para 2023. Se lo encomendó también a la Junta Departamental del PJ encabezada por Marcos Andino.

Pero ese impasse tenía plazo. Sirvió durante los días de pandemia y confinamiento, durante los cuales García pudo gestionar con relativa calma. Muy relativa, porque tuvo encontronazos con el presidente del Concejo Deliberante, Juan Carlos Salvado, quien aprovechó haber quedado transitoriamente al frente del Ejecutivo para cerrar acuerdos con el Sindicato Municipal que el intendente no compartía. Fueron escaramuzas. Se disimularon hacia afuera, en honor a la convivencia política imprescindible.

Esa frágil tregua iba a romperse más temprano que tarde, en la víspera de 2023. García tiene intenciones de ir por la reelección. Lo asiste la Constitución Provincial, tiene derecho a un segundo mandato consecutivo. Pero las circunstancias políticas no podrían ser más inconvenientes, sin siquiera entrar en mediciones de imagen o intención de voto.

El manto de piedad que tendió Uñac sobre Rawson se evaporó. El giojismo se mueve con autonomía e independientemente de las sugerencias del gobernador. La corriente interna tiene 8 de las 12 bancas del Concejo Deliberante. Los 4 ediles restantes entraron por el Frente Con Vos/Juntos por el Cambio. Al intendente no le quedan amigos en el Legislativo y es un problema.

Por eso prosperó el virulento pedido de interpelación, que se consumó el pasado miércoles con duros cruces. Al día siguiente el concejal Olguín insistió en que hay fundamentos para analizar el juicio político. Es una hipótesis no deseada por el uñaquismo, que mira la cuestión desde afuera y con la ñata contra el vidrio, como el tango. Llevar la confrontación al extremo en Rawson puede provocar daños colaterales difíciles de medir con anticipación.

Rawson no solo tiene el padrón electoral más numeroso de la provincia sino que es el gran bastión del PJ en el Gran San Juan. Con Chimbas conforman el eje Norte-Sur que le permite al Frente de Todos compensar la fortaleza de Juntos por el Cambio en el eje Este-Oeste, que va de Santa Lucía a Rivadavia. Capital queda en el medio de esta cruz, haciendo pinino.

En las elecciones legislativas de 2021 el Frente de Todos apenas sacó unos 5.000 votos más que Juntos por el Cambio en Rawson. Una lágrima. Por supuesto aquel comicio es incomparable con uno de carácter provincial y municipal, donde la maquinaria se pone en funcionamiento con otra potencia. Pero el espectáculo kamikaze puede deteriorar la devoción popular con el peronismo. Tal vez sirva como ejemplo el cajón que quemó Herminio Iglesias en el cierre de campaña de 1983. Casi 40 años después no cabe duda de que aquel error le costó la elección presidencial al justicialismo. Significó la victoria de Raúl Alfonsín.

¿El juicio político al intendente podría tener un efecto equivalente al del cajón de Herminio Iglesias? La comparación es aventurada. De todas formas, no es necesario llegar a ese extremo para comprender las derivaciones que puede enfrentar el justicialismo no solo en lo departamental sino también en lo provincial.

Los compañeros tienen, de todos modos, una gran ventaja a partir del nuevo sistema electoral sancionado por la Cámara de Diputados. Esta versión renovada de la Ley de Lemas les permitirá abrir el abanico de candidatos y sumar votos entre ellos aunque sean enemigos acérrimos. Pero primero hay que llegar a la competencia. El gran riesgo a esta altura es detonar el tablero mucho antes.

En una conversación reservada un importante referente del justicialismo rawsino protestó: '¡le estamos dando protagonismo al PRO que no existe!'. Fue una observación simple. En la interpelación al intendente García pudo repartir críticas a diestra y siniestra la concejala macrista Verónica Benedetto. ¿Cuántos vecinos la habrán conocido gracias a este episodio? Sean muchos o pocos, todo habrá sido ganancia para la oposición en términos de construcción.


JAQUE MATE