Es mucho más que una cuestión de 'peronómetro' la que empuja a los justicialistas orgánicos de Rawson a tener un candidato propio para disputar la intendencia. Huérfanos, quedarían diluidos entre Rubén García, Mauricio Ibarra, Carlos Munisaga, Juan Carlos Gioja y hasta Roberto 'El Yeyo' Sosa. El plazo para definir se termina y no hay humo blanco. Aparentemente solo una intervención directa de Sergio Uñac podría ordenar la tropa.

Hay varios anotados y cada uno tiene sus propios argumentos. Pero falta el consenso final. No logran acordar quién le pondrá el cuerpo a la candidatura a intendente cuando el resto de los competidores internos lleva meses en carrera. Mientras tanto, los militantes de base reciben invitaciones de todos lados para sumarse a campañas ya lanzadas. El tiempo apremia.

El presidente de la Junta Departamental es Marcos Andino, actual subsecretario de Promoción del Ministerio de Desarrollo Humano. Tiene aspiraciones y por el momento no acepta dar un paso al costado, más allá de que tampoco se ha lanzado abiertamente. Ante todo, es obediente a la consigna superior de no echar más leña al fuego. La interna de Rawson es una caldera hace tiempo. No parece que Andino pudiera empeorar las cosas.

Entonces Andino no termina de ser pero tampoco se retira. Su nombre seguramente terminará en alguna lista del PJ, aunque todavía no esté del todo claro dónde. Su sostén para confrontar con el giojismo en aquella interna partidaria de marzo de 2020 fue Pablo García Nieto, el otro gran protagonista de esta trama.

El Defensor del Pueblo ya compitió en la primaria de 2019 con todo el respaldo uñaquista y perdió frente al entonces giojista Rubén García. Esto es historia conocida. García Nieto nunca desarmó su espacio político. Lo sostuvo y lo hizo crecer. Eso siempre lo posicionó como uno de los dirigentes que necesariamente estará en la conversación.

En Banda Ancha reconoció que su sueño de ser intendente sigue intacto. Pero no ha definido nada aún. ¿Espera que se lo pida Uñac? Su estrategia es quedarse en la gatera hasta el final y salir a competir sobre la hora, si esa fuera la decisión colectiva. Algunos peronistas que lo vienen observando no terminan de avalar este plan de acción. Miran con preocupación el envión que ganaron otros rivales internos y apenas quedan dos meses para ir a votar.

A nadie se le cruza por la cabeza que el peronismo orgánico quede reducido a una candidatura a diputado departamental. Sin ofender la jerarquía legislativa, el premio mayor para cualquier dirigente municipal es la intendencia, no la soledad de una banca en Libertador y Las Heras. 

Es incomparable el poder de toma de decisiones y, fundamentalmente, la estructura disponible en uno y otro caso. Formar un gobierno demanda muchas personas. Sentarse en la Legislatura es prácticamente una cuestión unipersonal, con la asistencia de un par de asesores.

Los peronistas de la Junta Departamental no avalan la gestión de Rubén García. Lo dijo con claridad el titular de ANSES, Raúl Romero, este jueves en Banda Ancha. 'Hay que sacar a Rawson del letargo', sostuvo el dirigente, en una crítica abierta al actual intendente. 

También lo hizo un par de días antes en Canal 13 la delegada del Ministerio de Trabajo de Nación, Silvia Pérez. Compañeros son todos, pero rechazan hacerse cargo de esta administración.

Tanto Romero como Pérez están anotados entre los que quieren ser, pero ninguno se da por confirmado. Como Andino y García Nieto, tienen un mismo corset autoimpuesto: ninguno rompería con la disciplina partidaria. Esperan un consenso interno que no termina de cerrar o, en última instancia, un señalamiento desde Casa de Gobierno.

Uñac los conoce a todos, pero García Nieto es amigo personal desde la juventud. Por otro lado, nadie le niega al Defensor del Pueblo su militancia histórica siempre dentro del justicialismo de Rawson. ¿Son argumentos suficientes para terminar siendo el elegido? Posiblemente, aunque sin prescindir de los números que arrojen las encuestas.

¿Quién mide mejor? Esa termina siendo la pregunta ordenadora. Por la Ley de Lemas, Uñac ya tiene un ramillete de candidatos empujando para el mismo lado, aunque compitiendo entre sí. Ibarra por un lado, Munisaga por el otro, y sí, también Rubén García, aunque hayan circulado rumores sobre un renunciamiento electoral. 

En paralelo aparece en el radar el referente de Juan Grabois en San Juan, Eduardo Camus. Y el bloquista Claudio Bonomo, como aliado. Cada uno de estos nombres abre una lista diferente, todas prendidas de la boleta de Uñac. A ellos habría que sumarle el nombre que proponga la Junta Departamental, que todavía está en veremos. 

Hecho el repaso rápidamente, puede notarse con claridad el rezago del peronismo orgánico. Largar desde atrás nunca será ventajoso, valga la obviedad.

En paralelo estarán los peronistas que llevará José Luis Gioja en Rawson: su hermano Juan Carlos y 'El Yeyo'. Ambos hace tiempo vienen militando territorialmente pero les tocará una pelea desigual con el diverso abanico uñaquista, por una cuestión de números. A mayor cantidad de listas, mayor sumatoria de votos. Es tan simple como eso.

Sin embargo, para el peronismo orgánico, el de la Junta Departamental, no puede ser indiferente la participación de los giojistas en la contienda. Al fin de cuentas, apuntan a un voto muy parecido. O idéntico.

De todas formas, no es simplemente una cuestión de 'peronómetro' la que empuja a los justicialistas orgánicos a contar con un candidato propio. Es una obligación frente a la amenaza concreta de quedar borrados, simplemente por no estar.


JAQUE MATE