A la pregunta directa acerca de las medidas de Javier Milei, el 44 por ciento de los sanjuaninos considera que servirán para que el país pueda salir adelante. Si es mucho o es poco, da para un análisis extenso, con una buena dosis de especulación. 

Tal vez resulta más interesante detenerse en el 34 por ciento que opina en contra. Fundamentalmente, porque es un número que se repite en otras mediciones. Insinúa el núcleo duro que le dice NO al presidente libertario.

El dato fue subrayado por el consultor Antonio De Tommaso este miércoles en Banda Ancha. Es una cifra recurrente. Muy similar al 36 por ciento que entiende que no valdrá la pena el esfuerzo que están haciendo los argentinos en pos de un futuro mejor.

Ese 34 a 36 por ciento es, nítidamente, el sector que busca y buscará opciones en la oposición cuando llegue el momento de votar por legisladores nacionales, el año que viene. La duda legítima a esta altura y faltando todavía un año para aquella cita electoral es si el número funcionará como piso o como techo.

No está demasiado lejos de la pretensión que declaró el viernes pasado en Banda Ancha el operador uñaquista Mauricio Ibarra. Dijo que en 2025 el peronismo logrará 40 puntos. 

Si así fuera, en un escenario de tercios, podría alzarse con la primera minoría. Solo una de las tres diputaciones nacionales, pero por encima de La Libertad Avanza y de Juntos por el Cambio.

Es futurología. Nadie tiene la bola de cristal. Pero cada vez que De Tommaso suelta una encuesta, circula y pone a todo el arco político a especular.

La encuesta en cuestión, fechada en julio de este año, le sigue dando bien a Milei y a su motosierra, a pesar de los tarifazos, el incremento en el costo de la salud y la recesión brutal. El 51 por ciento sostiene que el sacrificio de los argentinos valdrá la pena en el futuro.

Sería una versión actual del apotegma menemista clásico: 'estamos mal pero vamos bien'.

El 44 por ciento considera que las medidas de ajuste servirán para que el país pueda salir adelante. El margen se achica con respecto al valor anterior, es cierto. Sin embargo, otro 22 por ciento dice que estas acciones del gobierno nacional al menos contribuyen a que la cosa no empeore. No está mal.

En estos valores, que se sostienen con cierta regularidad mes tras mes, se basa el gobierno de Marcelo Orrego para militar con tanta decisión las políticas libertarias de ajuste. Está claro dónde se encuentra la mayoría.

Si esta situación se prolonga, el dilema vendrá irremediablemente el año próximo, cuando Orrego deba competir con Milei por la representación en el Congreso Nacional.

La Libertad Avanza llevará candidatos propios. Para eso llegó Karina Milei a San Juan, para destrabar la conformación de su partido político. El plan es cortar los lazos de dependencia con Juntos por el Cambio. Está todo bien con los aliados en el parlamento, pero si pudiesen prescindir de ellos, mejor.

Orrego, por su parte, tendrá que defender la banca que Susana Laciar le dejó a María de los Ángeles Moreno. Cada voto en el Congreso es moneda de cambio en la relación con la Casa Rosada.

¿La mayoría que hoy está acompañando a Milei se dividirá con Orrego el año próximo? A eso juega el peronismo para entusiasmarse con la posibilidad de ganar el primer tercio, aunque le cueste perder una de las dos bancas que tiene hasta el momento con Walberto Allende y Fabiola Aubone.

Difícilmente el PJ logre dar un batacazo que le permita retener ambas diputaciones. Por eso aspiran al premio consuelo: salir primeros, por encima de libertarios y orreguistas. Aunque sea por una cabeza, como el tango.

El 34 por ciento de De Tommaso adquiere relevancia entonces. Ese número que se repite empieza a marcar una tendencia. Sugiere un núcleo duro, impenetrable para Milei. Representa el votante objetivo, que busca una alternativa opositora al dogma libertario.

¿Es piso o es techo? Imposible saberlo con tanta anticipación. Dependerá en buena medida del rendimiento de la gestión libertaria. Lo dijo Juan Domingo Perón y, más recientemente, el gran Pepe Mujica: 'El bolsillo suele ser el órgano más sensible, aun en los progresistas'.


JAQUE MATE