Estaba partiendo rumbo a Calingasta para entregar un centenar de viviendas en Barreal cuando sonó el teléfono de Sergio Uñac. Era su amigo Daniel Scioli. De la aparentemente larga conversación sólo trascendió una mínima referencia, de boca del propio gobernador. Bastó para dimensionar las febriles operaciones en la previa de la inscripción de fórmulas presidenciales. 

El sanjuanino no se casó con nadie todavía. O al menos no lo dejó entrever. Aún así, la sola mención del contacto con el embajador pudo ser reveladora, como también la exposición del encuentro con Juan Manzur. El tucumano es habitué de San Juan por sus campos y plantaciones en la provincia. Viene mucho más de lo que se deja trascender. Esta vez fue evidente el interés de mostrar la cumbre el pasado sábado en el flamante velódromo cubierto.

Gobernadores tallando en la rosca nacional. Nada nuevo. Por el contrario, fue anunciado en la víspera. Los caciques provinciales intentarán no quedar al margen del armado presidencial. Si descansaran estos días estarían entregando la arquitectura del poder a Buenos Aires. Cada vez que eso pasó, raramente salió bien.

Uñac dijo a la prensa que el propio Scioli le confirmó su candidatura. Pese a los pedidos del kirchnerismo y el massismo, el ex motonauta no se bajará. Por lo tanto, el peronismo sanjuanino deberá elegir entre uno u otro. O no. Todavía está abierta la posibilidad de jugar con lista de consenso en la provincia, aportando a varias fórmulas presidenciales al mismo tiempo. Será difícil montar un esquema de esa naturaleza. Pero no imposible.

Lo dijo de modo explícito Uñac en el acto por el aniversario de la Fundación de San Juan, hace exactamente una semana. También lo admitió José Luis Gioja el viernes en Banda Ancha. El diputado nacional y candidato a gobernador dejó al desnudo una vez más el deterioro de la relación entre ambas corrientes internas del PJ sanjuanino.

Gioja sigue responsabilizando a Uñac por el percance con la Corte Suprema que puso de cabeza el mapa electoral de la provincia. Sin embargo, a la hora de contestar a la pregunta específica, dejó abierta la puerta a un entendimiento por una lista de senadores y diputados nacionales de consenso. Parece muy hipotético, muy alejado, pero si Gioja todavía no lo descartó es porque la experiencia le indica que puede suceder.

Para ello sería necesario un gesto de enorme generosidad y amplitud de parte de Uñac. Dicho sin eufemismos: que estuviese dispuesto a repartir lugares expectantes en la lista de senadores y diputados nacionales para ambos sectores del justicialismo. Ofrecer solamente los cargos suplentes sería equivalente a la ruptura.

En tal caso Gioja ya lo dijo en Banda Ancha: su agrupación va a competir, no va a sentarse como espectadora de la contienda. Será en la misma lista de Uñac o en otra diferente, pero tendrá representación en el cuarto oscuro. Por lo pronto quedaron todos dentro del mismo frente Unión por la Patria. Podrán elegir acoplarse cada uno a una lista presidencial diferente y disputar las PASO el 13 de agosto. Pero tendrán que encontrar algún margen de convivencia que les garantice no destruirse mutuamente en beneficio de la oposición.

Si solamente importara la simpatía no habría mucho misterio. Uñac tiene buen diálogo con el ministro del Interior, Eduardo 'Wado' de Pedro, pero parece sintonizar mejor con Scioli. 

Una importantísima dirigente uñaquista reconoció hace algunos días en privado lo que no puede decir en público: 'estamos con Scioli'. ¿A quiénes comprende ese 'nosotros' inclusivo? ¿Abarca al gobernador o solamente al segmento que él lidera? La cautela en las declaraciones públicas indica que es una decisión abierta todavía. Nadie anticiparía movimientos faltando cuatro días para el cierre de listas.

Uno de los factores importantes en esta construcción es el contexto: ¿será una primaria cordial, civilizada, o terminarán confrontando agresivamente? ¿Cuál sería el costo para Uñac si de repente se viera sumergido en una disputa que no le pertenece? 

Una cosa sería apoyar a Scioli, otra muy diferente sería enfrentarse con Wado o el sector que lidera Cristina. Nunca estuvo en sus planes embarcarse en una cruzada de ese tipo. Mucho menos por una diferencia que tienen los peronista bonaerenses por el reparto de diputados en su Legislatura. Sería un despropósito zambullir la cuestión sanjuanina en una disputa tan alejada. No tendría sentido.

Entonces, mientras Uñac va orejeando las cartas para lo nacional, en paralelo saca cuentas de la apuesta más efectiva en lo provincial. En apenas 12 días habrá que votar por gobernador y vice y solo por esas categorías, debido a la intervención de la Corte Suprema. Ese domingo 2 de julio, en menos de dos semanas, su hermano Rubén se enfrentará con Gioja al mismo tiempo que se estarán sumando, gracias a la Ley de Lemas, para retener el poder frente al desafiante Marcelo Orrego.

El dilema es concreto: ¿pueden construir una lista de consenso para senadores y diputados nacionales entre uñaquistas y giojistas, si todavía tienen que enfrentarse por la gobernación? Cada vez son más voces las que dicen que no. Que lo mejor sería jugar cada uno con un candidato presidencial distinto y definir directamente en la PASO del 13 de agosto. Pero las cabezas, Uñac y Gioja, aún no lo descartaron.

En palabras de Gioja, todavía debe correr mucha agua debajo del puente. Es muchísima, en verdad. En muy pocos días. Pero el puente no se va a romper.


JAQUE MATE