Otra vez pasa el tren por San Juan. Pero no, no es un anuncio ferroviario, que en tal caso sería una excelente noticia. Es apenas una metáfora. Pasa el tren de la oportunidad, si los planes y las cuentas de la ministra de Turismo y Cultura, Claudia Grynszpan, son más o menos acertados. La carrera contrarreloj, entonces, debiera estar apuntada a no perder esta chance.

En términos generales, la oportunidad se presenta atada al estatus sanitario de la provincia, que permite convivir con flexibilidades que todavía no pueden aplicar en distritos más grandes y densamente poblados. La ministra, que es la presidenta del Consejo Federal de Turismo, puso como ejemplo a Santa Fe. En la enorme y rica provincia de la Región Centro toda actividad gastronómica se corta a la medianoche. Como la Cenicienta. Mientras tanto, aquí acaba de extenderse la nocturnidad hasta las 4 de la madrugada, retomando el movimiento a las 6. Virtual paréntesis que en la realidad no detiene a nadie en ningún momento del día o la noche.

Esa flexibilidad va de la mano de otras, como haber ampliado el número de comensales por mesa a 8 personas o haber incrementado el factor de ocupación general al 70 por ciento en espacios cerrados. Todo está atado a los números epidemiológicos que son cada vez más benignos. Septiembre empezó con el nivel de casos activos de Covid 19 más bajo de todo el año y sigue cayendo. A diario se siguen liberando camas críticas. No se ha detectado variante Delta en San Juan ni siquiera como caso importado, a diferencia de lo sucedido en Mendoza.

Por supuesto son todas variables del momento. La pandemia ha demostrado capacidad de contagio y multiplicación cuando menos se espera. Pero evidentemente el avance de la vacunación -Argentina superó los 55 millones de dosis el fin de semana pasado- está impactando positivamente en este momento de calma, de tregua. Bienvenida sea. Entonces, pasa el tren de la oportunidad.

En el peor momento, cuando estaba todo el aparato turístico, gastronómico y cultural detenido, la ministra Grynszpan decía que había que prepararse para el día después. Que venía un mercado de viajeros a la medida de San Juan, menos masivo, con menos aglomeración. Es finalmente lo que empieza a despuntar en el horizonte.

Por eso el gobierno de San Juan se atreve a desempolvar la Fiesta Nacional del Sol. No será idéntica a la de 2020, 'El calor de lo nuestro', porque no podría fomentarse una reunión de más de 100.000 personas en el mismo espacio aunque sea a cielo abierto. Es un no rotundo. Pero entre lo ideal y no hacer nada, se encuentra lo posible. Palabras textuales de Grynszpan. Volverá la celebración mayor al predio ferial de Chimbas, con nuevas reglas, después de un año de letargo.

Antes, a fines de septiembre, reabrirá la sala principal del Teatro del Bicentenario. Y en octubre reabrirá el Auditorio Juan Victoria luego de haber recuperado el órgano de los daños ocasionados por el terremoto del 18 de enero. Primero será para los sanjuaninos y las sanjuaninas, pero la oferta cultural forma parte de la denominada economía naranja. Y es también un argumento de venta turística hacia afuera.

En pleno centro, en Ignacio de la Roza y Sarmiento, avanza la construcción del hotel 5 estellas, imprescindible para el turismo de convenciones que demanda alta calidad. Y sí, ya se reunió el buró que coordina el calendario de eventos, porque están dadas las condiciones para poner la maquinaria en funcionamiento. También está resuelto el proyecto del hotel termal en La Laja, con 70 habitaciones. Y la próxima concesión del hotel Termas de Pismanta, para que al menos la primera etapa esté en funcionamiento entre febrero y marzo. Y los domos en Ischigualasto para dormir con techo de cristal y vista a las estrellas.

La ministra presionó y Aerolíneas Argentinas prometió aumentar los vuelos a San Juan hasta recuperar la frecuencia diaria. Pero también hay avanzadas conversaciones con la empresa JetSmart, para que se sume con cuatro vuelos semanales entre Las Chacritas y Aeroparque. La limitación estaría en obtener el lugar en el aeropuerto metropolitano para operar. Superado ese obstáculo, el Domingo Faustino Sarmiento podría sacudirse la modorra después de la quietud.

Y sí, los viajeros se encontrarán con un aeropuerto a medio terminar. Habrá que licitar nuevamente. Pero hay más. Llegar por carretera a la provincia implica transitar por las deterioradas Ruta 20 y Ruta 40. La ministra Grynszpan solo pudo asentir en silencio. Es una materia pendiente que tiene más promesas que soluciones, de parte de las sucesivas gestiones en Vialidad Nacional.

A eso se le suma la calidad de las prestaciones que se ofrecen a los turistas. Llegaron espontáneamente mensajes de los televidentes de Banda Ancha para la funcionaria, para que intervenga el gobierno en los sobreprecios. Por un lado, Grynszpan justificó a los emprendedores y empresarios pyme porque tienen mayores costos. Pero por el otro, reconoció que es un tema de larga data. Y que si el valor que se pretende cobrar es de alta gama, entonces el desayuno no puede ser un saquito de té con una galletita de agua. Literal.

San Juan tuvo una ventaja comparativa a lo largo de toda la pandemia. Su casi aislamiento, por escasez de vuelos y rutas maltrechas, retardó el ingreso del virus. Además la menor densidad poblacional en comparación con otras grandes urbes, sirvió para contener los contagios. Se vivieron momentos angustiantes entre mayo y junio por la saturación de camas, es verdad. Pero bastaron un puñado de días de aislamiento para obtener un rápido resultado. Esta situación sanitaria hoy le pone a la provincia el cartel de destino seguro.

Tener menor riesgo de contagio es un excelente argumento de venta. Habrá que acomodar el resto de las condiciones, antes de que pase el tren.

JAQUE MATE