El tridente ofensivo de los vice
Con argumentos propios, muchas similitudes y circunstancias diferentes, Cristian Andino, Fabián Gramajo y Fabián Martín reclaman un lugar protagónico este 14 de mayo. Lo tendrán.
Costará encontrar un antecedente con candidatos a vicegobernador tan potentes y tan decisivos como los que ofrece esta grilla en 2023. De las 10 listas en carrera, tres condensan la atención por su competitividad. En todas ellas hay intendentes con peso específico. Sin embargo cada uno tiene rasgos propios. Y trayectorias diferentes, muy descriptivas del temperamento de los protagonistas.
Por supuesto los aludidos son Cristian Andino, compañero de fórmula de Sergio Uñac; Fabián Gramajo, el elegido de José Luis Gioja; y Fabián Martín, alter ego de Marcelo Orrego. Entiéndase que el orden es indistinto, mucho más en un comicio tan indescifrable como el que se avecina.
Andino pasó este martes por Banda Ancha y repasó su periplo. En pocas horas pasó de haberse resignado a una diputación departamental a ser convocado por Uñac para jugar en las ligas mayores. No es que una banca en la Legislatura sea poca cosa, pero el intendente de San Martín siempre se mostró reacio a diluirse en un recinto de 36 pares.
Luego de cuatro mandatos al frente de un municipio -doce años no consecutivos-, su aspiración era lógicamente disputar el ascenso. Sin embargo nunca se quebró: guardó rigurosamente las formas y se subordinó a las circunstancias. A la conducción de Uñac, puntualmente. En un momento delicado y con competidores de grueso calibre, había dos alternativas: allanarse o salir a disputar su propia cuota de poder. Optó por la disciplina.
Este martes el candidato a vice se encargó de subrayar este recorrido. 'Desde el 2015 siempre estuve con Uñac, nunca consideré ir con otro candidato', dijo rotundo. ¿Fue una referencia elíptica y una crítica velada hacia Gramajo, por haberse ido con Gioja? Todo indica que sí, pero Andino esquivó la respuesta. Contestó simplemente que él no iba a opinar de un tercero.
Gramajo fue posiblemente el candidato a vice más ruidoso, el que mayor estruendo provocó, por tratarse de una primera figura del tablero político sanjuanino. Como Andino, nunca se imaginó anestesiado en la Legislatura. Hace tiempo decidió ir por más, provincializar su propia corriente. Así el slogan 'Chimbas te quiero' se convirtió en 'San Juan te quiero'.
Su proyecto se volvió incompatible con el de Uñac y viceversa. Esa sociedad política exitosa que comenzó en 2015 y se prolongó en 2019 e incluso se tradujo en la interna partidaria justicialista del 2020, llegó a su fin. Sin embargo en política nada es definitivo. Los ejemplos son abundantes. Y las reconciliaciones, más aún.
El miércoles 26 de abril la primera dama chimbera, Daniela Rodríguez, pasó por Banda Ancha y le quitó dramatismo a la momentánea separación de Uñac. Dijo que Gramajo le adelantó al gobernador y al diputado Walberto Allende, en una reunión a solas en Casa de Gobierno, que iba a competir junto con Gioja.
El intendente chimbero se ajustó entonces al código político que reza: 'el que avisa no traiciona'. ¿Cómo podría haber deslealtad si están todos aportando a la misma canasta de votos gracias a la Ley de Lemas? Esa es su lógica y la que van a sostener a toda costa.
Lo cierto es que, en el fragor de la campaña, hubo y habrá roces. El escrutinio del domingo 14 de mayo también dejará lecturas y heridas por sanar. Si Gioja llegara a derrotar a Uñac en la interna, Gramajo podría considerarse victorioso y atribuirse una parte de esa victoria. Pero si Uñac volviera a imponerse, habrá asestado un golpe fuerte al cacique chimbero.
Doble interés tendrá entonces la Municipalidad de Chimbas. A través de Daniela, Gramajo debería retener la intendencia. Y debería lograrlo con una diferencia respetable, inobjetable, que no dejara dudas acerca de la conducción política en el departamento. Los números serán analizados con lupa, pormenorizadamente.
En la diferencia aparece un punto de encuentro. Es el histórico pragmatismo peronista. Andino dijo este martes que 'el 15 de mayo habrá que sumar a todos'. Palabras más, palabras menos, fue lo mismo que afirmó Gioja en Banda Ancha el martes 4 de abril. Le toque a quien le toque gobernar entre 2023 y 2027, tendrá que coexistir con una legislatura variopinta en un contexto económico y social muy frágil. Gestionar los consensos será indispensable. Vale para unos y para otros por igual.
Por eso Gramajo cuidó milimétricamente sus palabras en cada aparición pública. No atacó a Uñac ni sus políticas. Daniela sigue siendo la vicepresidenta del PJ provincial. Generacionalmente están cerca. Tienen varios años por delante para seguir viéndose las caras.
En este tridente de intendentes candidatos a vicegobernador falta Martín. Coqueteó con la posibilidad de encabezar una lista y disputar frente a frente con Orrego, aprovechando la sumatoria que permite la Ley de Lemas. Pero terminaron desistiendo de ese esquema de confrontación precisamente para evitarse una fricción interna que se sabe dónde empieza pero nunca dónde termina.
Abrir el martinismo como una corriente alternativa al orreguismo hubiera sido riesgoso. Sobre todo si se tiene en cuenta que ambos provienen de la misma cantera basualdista y la tropa es una sola. Relativamente. Siempre habrá simpatías por el estilo de Marcelo, más moderado, o el de Fabián, más filoso. Pero por el momento esas afinidades intestinas son muy secundarias. Los une fundamentalmente la histórica posibilidad de acceder al poder, destronando al justicialismo por primera vez en 20 años.
Martín se entiende bien con su tocayo chimbero y tiene buena relación también con Andino. Entre los tres hay un reconocimiento recíproco de virtudes en la gestión municipal. Pero elecciones son elecciones y al menos durante los 11 días que restan para ir a votar habrá que poner en valor las diferencias. Como nunca antes, los vices tendrán un rol clave. Sobre todo si el escrutinio se define por una cabeza.
JAQUE MATE