La Universidad Nacional de San Juan es una de las dos casas de altos estudios más tradicionales y propias de la provincia, con un arraigo en el mismo ADN cultural de esta tierra y esta sociedad. La otra es la Universidad Católica de Cuyo. Pero la UNSJ tiene un plus y es el componente político. Ese ejercicio democrático de darse a sí misma un cogobierno conformado por los cuatro estamentos, también la convierte en un objeto de deseo. Hay que saberlo interpretar, porque abundan las miradas distorsionadas.

Es grande la tentación de hacer lecturas lineales acerca del sector político-partidario al que obedece cada corriente universitaria interna. En algunos casos está bastante claro, en otros no tanto. Hay agrupaciones peronistas, hay radicales y hay socialistas o incluso comunistas. Pero los papeles se terminan de quemar cuando aparecen alianzas que, fuera del ámbito de la UNSJ, jamás podrían ocurrir. Acuerdos entre académicos de centroizquierda y centroderecha, por ejemplo. Entrecruzamientos ideológicos que tienen que ver con una lógica propia de una construcción de poder muy diferente.

Entre este jueves y el próximo se conocerá al sucesor o sucesora de Oscar Nasisi. Con cinco candidatos en carrera, ninguno podría soñar con superar el 50 por ciento en primera vuelta para evitar una definición en balotaje. Esa dificultad ha impregnado las listas de acuerdos que solo se pueden comprender en esa dinámica interna. Un par de ejemplos servirán para graficar.

El candidato a rector Jorge Cocinero es señalado a menudo como un dirigente de centroderecha, por sus adversarios más identificados con el justicialismo. Lo hacen sottovoce, pero lo hacen. ¿Quiénes están más identificados con el PJ? Bueno, claramente Tadeo Berenguer y, en segunda instancia, también Roberto Gómez. Por supuesto Emilio Fernández entra en el lote peronista, toda vez que fue ministro de Gobierno de José Luis Gioja. Como Rosa Garbarino quedó vinculada a la Cruzada Renovadora y La Alianza (emparentada con la UCR), desde que fue ministra de Educación de Alfredo Avelín.

Pero teñirlos así a cada uno pecaría de infantil. Pretender que la UNSJ quedará gobernada por el peronismo o el radicalismo o alguna expresión de centroizquierda o de centroderecha sería una simplificación imperdonable. Cocinero, señalado por los peronistas como un dirigente afín a la derecha, tiene el respaldo importante de sectores históricos de la Franja Morada, como el actual secretario de Bienestar Universitario, Alfredo Daroni. Y de un dirigente notable del socialismo como el director del Departamento de Ciencias Jurídicas, Conrado Suárez Jofré.

Su lista también está referenciada con la fórmula conformada por Eduardo Carelli y Paula Mateos en Filosofía. Centroderecha y centroizquierda en una misma dupla. ¿Es una incoherencia? No, en absoluto. Es parte de la construcción política universitaria que se ufana de darle la espalda a las prerrogativas externas. Pensar en términos de interna peronista dentro de la UNSJ es, en el mismo sentido, un absurdo. Sospechar que tal o cual dirigente justicialista podría arrogarse la victoria este jueves, es desconocer la rebeldía de un electorado inmanejable.

Esto no implica que no hubiera operaciones cruzadas. Existieron históricamente y en este atípico 2021 fueron posiblemente más visibles que nunca. Pero eso no significa que vayan a inclinar la balanza. El traspié judicial visibilizó la grieta entre peronistas y radicales, entre los dirigentes más afines al Frente de Todos y los más cercanos a Juntos por el Cambio. Pero se terminó de liquidar cuando unieron cabezas casi todos en la conferencia de prensa del jueves 10 de junio. Hasta Garbarino, quien posiblemente se hubiera favorecido por el fallo contra los docentes regularizados, se pronunció categóricamente en sintonía con sus rivales.

Uno solo se quedó en la vereda de calle Mitre y Jujuy aquel día de conferencia de prensa: el decano de Ingeniería, Berenguer. Tal vez calculó que no le convenía aparecer junto a Nasisi en la misma semana en que había recibido condena por la muerte de Fernando Reinoso. Tuvo que aclarar, más tarde, que no especuló con quedarse al frente del Rectorado transitoriamente, forzando la renuncia del actual conductor.

Este momento enrarecido por el fallo judicial, afortunadamente subsanado, se sumó al contexto extraordinario de pandemia. Desde Nasisi hasta el último de los consejeros directivos y jefes de departamentos se excedieron un año en sus mandatos. Están todos desgastados desde lo político y desde lo administrativo también. No puede decirse que hubo piloto automático, pero se gobernó en la emergencia. Las grandes decisiones fueron quedando para más adelante, para cuando asuman las nuevas autoridades, con la legitimidad del voto expresado en las urnas.

Gane quien gane, habrá un cambio de mando en la UNSJ. Aunque el poder está muy repartido, porque por encima del rector o rectora está el Consejo Superior, habrá una reconfiguración en una institución poderosa, que tiene opinión gravitante y vínculos estratégicos con cada sector de la provincia. Por supuesto que el resultado del comicio tendrá impacto fuera de los muros universitarios. El círculo rojo estará atento al veredicto. Pero ese guarismo difícilmente se pueda atribuir a una influencia externa. Habrá seguramente alguno por ahí que intente ponerse la cucarda. Pero no. En la UNSJ, los trapos sucios se lavan en casa.


JAQUE MATE