La semana cierra como empezó: con Fabián Gramajo en el centro de la escena. El lunes, en esta misma columna, se reflejó la jugada del intendente para provincializar su estructura. Lo que vino después fue una olla a presión. En el uñaquismo recibieron la noticia con malestar. Las heridas internas no sanaron aún. Por eso acusan al chimbero de colaborar poco para detener la hemorragia.

Difícilmente habrá tomado por sorpresa a Gramajo la reacción de sus compañeros. Habrá medido el impacto de su movida y los daños colaterales. Al levantar la persiana de 'San Juan te quiero' en Capital declaró sus intenciones de corto y mediano plazo.

Detrás del cartel 'Massa presidente' está también la intención de ganar espacios en la futura conducción del Partido Justicialista. En marzo de 2024 habrá que renovar autoridades y Gramajo todavía no reveló ninguna intención, pero es evidente que tiene aspiraciones.

Un operador muy cercano a Sergio Uñac reconoció que recibieron la noticia con fastidio. Lo sintetizó con una pregunta directa y explícita: '¿Gramajo piensa que le vamos a pedir de rodillas que sea presidente del partido?'. Eso no pasará.

El chimbero jura que seguirá militanto dentro del justicialismo, pero en el uñaquismo sospechan que puede pegar el salto en cualquier momento. Por ahora es una cuestión de cálculos, en un momento bastante inoportuno.

El peronismo se está jugando la última ficha para no desaparecer del mapa, literalmente. En apenas 9 días se liquidará el ballotage entre Sergio Massa y Javier Milei. Si les toca perder la Nación, como ya perdieron la provincia, afrontarán cuatro años en el llano. O el desierto. Les quedarán los municipios, pero la escala de poder será infinitamente menor a la que venían acostumbrados.

Si a este achicamiento se le agrega la división interna, el panorama podría resultar aún más sombrío. La pipa de la paz entre Sergio Uñac y José Luis Gioja el 14 de septiembre tuvo sus bemoles, pero aparentemente un acuerdo de base se mantendría: ambos darían un paso al costado para dejar que tomen el control partidario los intendentes.

El mismo vocero uñaquista repitió palabras textuales del gobernador, dichas esta semana en confidencia: 'Yo no voy a estar, yo no quiero estar'. Sería la prenda de cambio. Si Uñac se baja de la pelea por la presidencia partidaria, Gioja quedaría obligado a hacer lo mismo. Sería un gesto de ambas partes para dar por terminada la interna que, de uno y otro lado, reconocen que les terminó costando la derrota frente a Marcelo Orrego.

Si Uñac y Gioja se apartan -y esto de ninguna manera significa su retiro- llegará el turno de los intendentes. Los jefes territoriales asumirán el 10 de diciembre, serán los interlocutores del nuevo gobierno y en ellos quedará cifrada la expectativa para reconstruir un partido agrietado por las diferencias. Por eso generó ruido la ambiciosa jugada de Gramajo.

En apenas un mes, tendrá que dejar la intendencia de Chimbas. Asumirá Daniela Rodríguez, su esposa. Fabián seguirá ejerciendo la jefatura territorial, pero desde otro lugar. El mayor riesgo para Gramajo sería diluirse con el paso de los meses. Debe llegar con cierta visibilidad al 2025, hasta las elecciones legislativas de mitad de mandato, como posta imprescindible para el 2027. 

Pensar tan anticipadamente parece una locura, visto con ojos de ciudadano común. Para la política no tiene nada de extraordinario. Los planes son a largo plazo, siempre. Si Gramajo lo está viendo, en frente suyo también. Por eso el lanzamiento de 'San Juan te quiero' alteró los ánimos. Nadie espera que sea una oficina para repartir votos de Massa y nada más.

'Fabián se equivoca. Esto nos separa más', dijo el vocero uñaquista, a pocas horas de haberse reunido cara a cara con el gobernador. La jugada del chimbero sigue siendo motivo de deliberación en todo el espectro justicialista. El próximo lunes habrá una reunión de intendentes electos en Rawson, donde lógicamente el anfitrión será Carlos Munisaga. Ya sucedió lo mismo en 25 de Mayo. En cada tertulia se aborda el futuro del peronismo.

El principal resquemor frente a Gramajo es que su estructura 'Chimbas te quiero', provincializada como 'San Juan te quiero', vitualmente se puso a competir con el peronismo orgánico. Si en cada municipio hay una sede del gramajismo, antes hubo una junta departamental del PJ. Y no, no hay lugar para todos.

Le facturan a Gramajo que su movida autonomista se contradice con el cargo que ocupa Daniela: hasta marzo será la vicepresidenta del partido a nivel provincial. Él mismo encabeza la junta departamental de Chimbas. ¿Qué sentido tiene hacer una construcción paralela? 

La sospecha es que está preparándose para librar la batalla por la presidencia del PJ en cuatro meses. O, al menos, llegar con mejores chances para negociar un sitio relevante en la próxima conducción.

Gramajo tiene argumentos para alimentar su ambición. El más importante de todos es haber sostenido la victoria peronista en su departamento, aún con viento en contra. Pero también tiene lesiones. Fue parte de la interna fallida de 2023. Su nombre estuvo impreso en la boleta de Gioja.

El peronismo tocó fondo. La división clásica entre uñaquismo y giojismo tiende a desaparecer. Pero siempre habrá espacio para nuevos 'ismos'. Y nuevas disputas por el poder.


JAQUE MATE