Fue necesaria la aclaración de Eugenia Raverta, bautizada en Banda Ancha como 'la pata sanjuanina de Pato'. Al lanzar el espacio de Patricia Bullrich para la presidencia de la Nación, sostuvo que invitaron a todos los referentes de Juntos por el Cambio, empezando por Marcelo Orrego. Y que de ninguna manera piensan interferir en lo provincial. La explicación funcionó como una vacuna contra la epidemia de internas que aqueja a la política en estos días: oficialismo y oposición por igual.

Partiendo de la clasificación porteña entre halcones y palomas, Raverta está militando decididamente con los primeros: el ala dura del macrismo. Por eso su vínculo con Bullrich se afianzó a punto tal de convertirse en la máxima referencia local de esta corriente. No les gusta Horacio Rodríguez Larreta, a quien consideran demasiado dialoguista, a punto tal de confundirse a veces con el kirchnerismo. Así, sin anestesia.

La guerra entre Patricia y Horacio es un espectáculo a la vista de todo el país. Si las rencillas nacionales bajaran a San Juan sin filtro, Raverta habría quedado automáticamente enfrentada al larretismo sanjuanino incipiente. El propio Orrego reivindica la 'gestión demostrada' del Jefe de Gobierno Porteño, como también lo hacen Fabián Martín y Rodolfo Colombo, por citar tres nombres propios.

Raverta se ocupó de trazar una línea bien gruesa entre lo nacional y lo provincial, en salvaguarda de la unidad siempre delicada. Si los comicios presidenciales empezarán a definirse en las primarias de agosto, bueno, no tiene mucho sentido enchastrar la carrera por la gobernación que se definiría a más tardar en mayo. Se puede perfectamente dar por concluida una cosa para recién entrar en la otra.

Importar la pelea entre halcones y palomas anticipadamente podría costarles una división demasiado cara para las elecciones provinciales. Una fractura más, además de la que ya detonó Javier Milei hace un par de semanas. Para la diputada nacional 'lilista' Mariana Zuvic, el libertario es funcional al oficialismo con esta actitud. Así lo dijo, categóricamente, el viernes pasado en Banda Ancha.

Tienen tantos puntos similares Milei con Bullrich, por ejemplo, que el voto de uno y otra se parecen bastante. Que compitan por separado siempre será una buena noticia para el Frente de Todos en su versión 2023. Esa separación igualmente parece irreversible.

Juntos por el Cambio no tiene grandes problemas internos en San Juan. Orrego verticalizó la horizontalidad. Aunque parezca contradictorio, funciona. Los partidos integrantes se sientan en torno a una misma mesa. Pero todos orbitan alrededor de Marcelo, en tanto y en cuanto es el más competitivo en intención de voto. Pueden aparecer otros candidatos a gobernador el año que viene, como de hecho sucederá porque así lo pide el nuevo sistema SIPAD. Sin embargo, nadie pondría en duda la prevalencia del santaluceño.

Hasta Eduardo Cáceres, que está militando una lista pura del PRO para el año que viene, reconoció este lunes en Banda Ancha que lo está pensando en términos de aporte de votos para el espacio. Es decir, llevarían candidatos propios para gobernador y vice, diputados, intendentes y concejales, con la perspectiva de sumar. Nunca disputarle abiertamente el liderazgo a Orrego, aunque en el fondo esa fuera la aspiración. No están dadas las condiciones. Marcelo se encuentra en la cúspide y, como se dice en el barrio, nadie come vidrio. Tampoco en Juntos por el Cambio.

De todos modos, este relativo orden interno tiene algunos desvíos. Sucede en el interior del PRO, que a comienzos de diciembre renovará sus autoridades. El proceso arrancó manchado por denuncias de todo tipo. Una de las repercusiones más ruidosas fue la renuncia de la vicepresidenta, Gimena Martinazzo, no solo al cargo de conducción partidaria sino también a la afiliación. 

Martinazzo se fue disgustada por la falta de respaldo tras la denuncia que ella presentó contra Cáceres por violencia de género (hasta ahora desestimada por la Justicia, aunque apelada). También le echó en cara a Enzo Cornejo, el presidente, haber cerrado las puertas del partido para el regreso de los disidentes y la incorporación de nuevas figuras.

Cornejo padeció una serie de denuncias en su contra. Una de ellas, de parte de la mismísima Raverta, por la rendición de los aportes hechos para la campaña legislativa de 2017. Sin embargo, la 'halcona' sanjuanina hizo a un lado los roces del pasado e invitó al presidente de su partido al lanzamiento del espacio de Patricia este lunes. Fue un gesto consecuente con aquello de no interferir con el armado provincial. Igualmente el diputado provincial no asistió.

Todos mandaron saludos, pero en la foto de los halcones bullrichistas no hubo un solo larretista sanjuanino. Parece obvio que así suceda, pero no por ello deja de ser un dato relevante. Los unos y los otros tienen perfectamente delimitado su ámbito. Van a militar cada cual por su figura presidencial preferida. Y el tiempo dirá quién acertó. Mientras tanto, buscarán garantías de que los cortocircuitos porteños no incendien la frágil armonía provinciana. Tan sencillo de decir, tan delicado de lograr.

Junto a Raverta estuvieron la ex lideresa de la Coalición Cívica sanjuanina, Claudia Rosas, hoy colaboradora directa de Pato en Buenos Aires. También estuvieron la concejala rawsina Verónica Benedetto y el dirigente radical Mario Capello, entre los más conocidos públicamente.

Puede tener y seguramente tenga Patricia otras simpatías en San Juan, pero por el momento no se hicieron visibles. Posiblemente todos estuvieron expectantes y cautelosos, hasta develar el temperamento del bullrichismo local. Raverta lo entendió rápidamente. La mejor versión es la que el contexto admite, para no herir susceptibilidades. Halcones herbívoros al menos por ahora.


JAQUE MATE