La campaña de saturación implementada por el gobierno de la provincia, sobre la importancia del lavado de manos, el distanciamiento social y, más recientemente, el uso del barbijo, parece haber impactado en un sector importante de la población. Pero no en todos. Se hace evidente cada jornada en las calles atestadas de vehículos y en las veredas del microcentro, tapizadas de personas que hacen fila para pagar alguna boleta. O simplemente caminando para mitigar el encierro.

El cuadro de situación llamó a la reflexión al comité de emergencia en estos días. La jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, volvió a protestar entre dientes en su conferencia de prensa de este miércoles. Hay más gente en la calle de la que debería haber. Siguen trepando los números de detenidos y los vehículos radiados de circulación, según el reporte diario oficial. Pero nada de esto alcanza.

Dijo una alta fuente de Gobierno, en una conversación reservada, que posiblemente haya llegado la hora de apelar a las imágenes más duras, que hasta ahora se han evitado para no infundir miedo. Por ejemplo, el estadio Aldo Cantoni totalmente convertido en un hospital de campaña.

Es cierto que las fotos se divulgaron cuando el gobernador Sergio Uñac recorrió las instalaciones. Fue un contenido de prensa. Se informó con sobriedad. Tal vez sea el momento propicio para invitar a los sanjuaninos, a las sanjuaninas, a imaginarse en esa internación. O atreverse a pensar en algún ser querido, peleando por su vida sobre el parquet deportivo.

Canal 13 mostró en vivo cómo avanzan las obras internas en el Cantoni. No terminó todo con la colocación de camas y colchones, sino que están acomodando ingresos para la circulación de personal de salud, pacientes, proveedores. También están acelerando las tareas de electricidad porque habrá que tener tomacorrientes en la proximidad de cada enfermo. Ahí, en el medio de la cancha.

Algún día el estadio volverá a ser escenario de grandes espectáculos deportivos, de recitales memorables, de sorteos de viviendas, volverá a tener las gradas repletas de hinchadas con la emoción en la garganta, de relatos históricos desde San Juan para el mundo entero. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo será eso posible. Lo real, lo tangible, está a la vista. El Cantoni está mutando en hospital de campaña.

El secretario de Deportes, Jorge "Coqui" Chica, reconoció en Banda Ancha días atrás que siente que algo "se retuerce" en su interior, cuando toma conciencia de lo que está ocurriendo en el icónico edificio de calle Urquiza y San Luis. Aún así, intentó encontrar el lado positivo. Efectivamente, la inversión realizada en infraestructura deportiva ahora está sirviendo para cuidar a los sanjuaninos.

Porque a la par del Cantoni, también se está acondicionando el estadio Marcelo García de Pocito, La Superiora en Rawson, el Papa Francisco en Jáchal, el Marta Orellana en San Martín. La lista continúa con los polideportivos techados. Si el pronóstico más negativo se cumple, habrá 40.000 sanjuaninos contagiados con el Covid-19. Unos 1.800 necesitarán algún tipo de atención, según la proyección de la ministra de Salud, Alejandra Venerando.

La imagen del Cantoni, sin embargo, tiene otro impacto. Allí irán los pacientes leves y moderados, para quedar cerca del Hospital Rawson. Desde allí se harán los traslados de urgencia, llegado el caso de que alguna persona requiera una atención de mayor complejidad.

Chica dijo también que quiere ser optimista. Que no le gusta pensar en las camas del estadio ocupadas por las víctimas del Coronavirus. Es comprensible que un deportista siempre proyecte una mirada positiva. Es parte de la naturaleza de quien está acostumbrado a dar batalla en cada competencia. Pero esa mirada positiva no puede ser una carta blanca para relajar el comportamiento social.

Sí, definitivamente ha llegado el momento de imaginarse en una de esas camas del Cantoni. Tener el coraje de ver el cuadro completo, como si se tratara de una dolorosa recreación cinematográfica. Solo que esta vez, no hay ficción ni relato histórico. Hay una chance concreta de que ocurra.

Queda una alternativa y está en manos de todos y todas. No habrá barbijo, guantes ni alcohol en gel que sustituyan el aislamiento domiciliario. Ni habrá segundas oportunidades para enmendar los errores.

JAQUE MATE