Irse bien
Todas las derivaciones del mensaje político del gobernador en un punto de inflexión. Los debates inminentes.
El pasado viernes 10 de diciembre Sergio Uñac marcó un punto de inflexión. Cruzó el umbral de la primera mitad de su segundo mandato. Empezó a descontar los días que le restan al frente del Poder Ejecutivo provincial. Los últimos 24 meses. Más allá de la discusión constitucional todavía pendiente acerca de si puede o no puede ir por otra reelección en 2023, dejó una pista bastante indicativa acerca de cómo imagina su futuro. Habló en primera persona.
Fue con motivo de la asunción de los nuevos ministros y ministras del gabinete. O, mejor dicho, fue a propósito de los que se tenían ir forzosamente. Colaboradores de larga data que concluían su ciclo: Felipe De los Ríos en Educación, Andrés Díaz Cano en Producción, Tulio Del Bono en Ciencia y Raúl Tello en Ambiente. También partió Fabiola Aubone de la cartera de Gobierno, pero por haber sido electa diputada nacional. Su caso no encuadra en la categoría de despido.
Uñac admitió que no era un momento fácil. Tuvo palabras de reconocimiento para los eyectados. Pidió desdramatizar el cambio. Y empezó a hablar de sí mismo, de su recorrido desde que debutó como intendente de Pocito en 2003 hasta que se convirtió en vice en 2011 y finalmente en gobernador en 2015 por primera vez.
'Yo he desdramatizado este momento porque a mí me gusta mucho establecer nuevos desafíos en mi vida personal y laboral. A mí me gusta mucho entregarme a esos desafíos y hacer que sean parte de mi vida normal y natural. Me gusta mucho llegar a nuevos lugares', dijo Uñac en tono autorreferencial. Sus palabras sonaron mucho más pesadas que el simple discurso de consuelo para cuatro exfuncionarios.
Lo más fuerte venía a continuación. Advirtió que le gusta mucho llegar a un lugar y establecer banderas, hacer sentir su arribo con una impronta propia y metas planificadas. 'Pero lo distintivo es que a mí también me gusta mucho irme de un lugar. Irme bien', sostuvo. Vale la cita textual porque no requiere de interpretación alguna. Quedó explícito.
Faltaba más. Detalló a qué se refería con marcharse bien: 'Irme con la naturalidad de haber cumplido con los objetivos que por lo menos yo me propuse. Irme pensando que la democracia es renovación'. Esta última frase se convirtió en título. Decir que la democracia es renovación es un principio elemental del sistema. Está implícito en la convocatoria periódica a elecciones. Aún cuando un dirigente haya sido reelecto, primero debió someterse a las urnas. La voluntad popular ratifica o castiga.
Uñac pudo haber ponderado la gestión de los cuatro ministros y secretarios de Estado que se iban simplemente. De hecho, así sucedió. Destacó el desempeño de De los Ríos en la educación, el aporte original de Díaz Cano en la planificación estratégica para Pocito, la concepción del Estado como promotor de la ciencia de parte de Del Bono, y el tratamiento integral de residuos implementado por Tello. Pero el gobernador decidió ir más allá y dejar una definición política que trascendiera a los funcionarios salientes.
Decir que la democracia es renovación retumbó también en los municipios, luego de que el intendente de Sarmiento, Mario Martín, habría planteado una reforma constitucional para habilitar un tercer mandato consecutivo. El jefe comunal hizo punta en una idea que varios venían mirando con ganas. De los 19 intendentes, 11 no podrán repetir en 2023. Uñac les bajó el pulgar. Tendrán que buscar heredero o heredera.
Aún así, el gobernador eligió hablar en primera persona y el detalle -no menor- agitó las charlas de café el fin de semana, con especulaciones de todo tipo. No parece recomendable hacer conjeturas precipitadas. Por ahora alcanza con seguir los pasos que está dando el conductor del Frente de Todos.
Desde que José Luis Gioja impulsó la enmienda constitucional en 2011, cada gobernador puede ir hasta por tres mandatos consecutivos. Desde ese punto de vista, Uñac estaría perfectamente habilitado para buscar la rereelección en 2023. Sin embargo, un sector de la oposición -particularmente el radicalismo- y una parte de la interna peronista, le objetan ese derecho partiendo de una interpretación jurídica.
La misma indica que al ser indivisible la fórmula de gobernador y vice, y como Uñac fue vicegobernador entre 2011 y 2015, ese debería contarse como su primer mandato. Desde esa perspectiva, el que empezó en 2019 sería su tercer periodo. La cuestión podría terminar en manos de algún tribunal superior para que brinde una interpretación del texto normativo. Es lo que se conoce como 'acción declarativa de certeza'.
Pero sin entrar en la cuestión jurídica, Uñac dejó una sentencia política de peso. Y una definición personal más aguda aún, cuando habló de su vocación por llegar a nuevos lugares e irse bien. Eligió hacerlo frente a su gobierno en pleno. En el momento de inflexión. Cuando empieza a correr el último plazo. Faltando todavía dos años para administrar.
Esta última observación, el tiempo que resta, es crucial. Es lo que detiene las especulaciones precipitadas. Uñac no tiene ningún apuro para decidir. Consiguió salvar el año electoral pintando la provincia de azul frente a una amenazante ola amarilla que barrió buena parte del mapa argentino. Tiene margen para actuar.
La primera medida anunciada luego de las legislativas fue la reforma electoral para suprimir las PASO en 2023. Este domingo Diario de Cuyo publicó que a fin de este año el Ejecutivo promoverá una modificación preliminar. Mandará un proyecto a la Cámara de Diputados para sacarse de encima un corset. Hoy el gobierno está obligado a cambiar la ley electoral con 18 meses de antelación. Al achicar ese plazo, podrá patear para más adelante el debate sobre las primarias pero fundamentalmente, la discusión sobre el mecanismo sustituto para garantizar la participación de varias listas.
Entonces el discurso de Uñac acerca de la democracia como símbolo de renovación, se convierte también en un punto de partida inequívoco para aquel otro debate que queda por delante. Fue, sin lugar a dudas, un mensaje para el conjunto de los partidos políticos con representación parlamentaria. En particular para los socios del Frente de Todos. Tal vez, más específicamente para los compañeros peronistas que están pensando en el regreso.
JAQUE MATE