Sergio Massa tenía cara de pocos amigos. Aún así recibió a los sanjuaninos Franco Aranda y Gabriel Castro el martes pasado a las 5 de la tarde. Fue un gesto importante que, a pesar de las noticias complicadas, ofreciera ese momento reservado para el Frente Renovador que se edifica aquí, en la tierra de Sergio Uñac.

Después del fin de semana largo, la actividad empezó marcada por otro cimbronazo en el Frente de Todos. A Massa le preocupa la relación irremontable de Alberto y Cristina. También la falta de rumbo económico. Fundamentalmente la indiferencia del presidente frente a propuestas concretas que recibió de manos del tigrense.

La tensión escaló tanto que Massa estuvo a punto de sumarse a esta disputa a cielo abierto, el miércoles pasado, con alguna declaración pública. Pero finalmente no sucedió. Ganó la cautela. Se extendió un poquitito más la tregua, aunque parece ser un tema sin reversa.

En los minutos que duró el encuentro entre Massa, Aranda y Castro, se habló un poco de todo. Especialmente de la construcción en San Juan. Sin embargo, la alta política nacional eventualmente empezará a meter la cola en lo local.

Hubo otro encuentro político al que no asistió Aranda pero sí Castro, en el que estuvieron presentes referentes del Frente Renovador de todo el país, a excepción de Formosa y Santa Cruz. En esa cumbre se habló específicamente de las urgencias que emergen. Están presionando a Massa para que se abra de la gestión y se dedique a hacer política.

El massismo empezó a mostrar alguna autonomía y aquí resulta curioso el punto de encuentro con la estrategia de Cristina y de La Cámpora, que es tomar distancia en función de un gobierno que ya no representa la amalgama de lo que alguna vez fue el Frente de Todos.

Si Cristina se tomó la licencia de empezar a marcar estos matices, incluso cada vez con  mayor intensidad, el massismo le empezó a reclamar a su conductor que haga lo mismo. Para ello pareciera que el requisito sine qua non es dar un paso al costado, dejar la Presidencia de la Cámara de Diputados y empezar a recorrer el país.

Los sanjuaninos de todas maneras no temen que esto rompa la relación con Uñac ni mucho menos, porque claramente los mandatarios provinciales están jugando un partido aparte. Merced a eso constituyeron la Liga de Gobernadores. Sería compatible que prospere el Frente Renovador como una de las patas del Frente de Todos en San Juan, aunque la continuidad de la alianza a nivel nacional hoy esté en coma profundo. A la espera de un milagro.

Este escenario revuelto ha fortalecido inesperadamente a Aranda. Está sosteniendo diálogos con cada uno de los sectores. Con Uñac por supuesto, pero también con José Luis Gioja. Con algunos intendentes, además. Todo, aún oculto, sin exhibir a la luz del día. Este armado avanza con monitoreo constante del Frente Renovador desde Buenos Aires, que lleva un registro prolijo de las acciones políticas en San Juan.

Detrás de todo está la idea de Massa presidente en 2023. Por ahora Uñac no ha obstaculizado ni ha entorpecido los planes, entendiendo que es un armado más, que puede confluir en lo provincial independientemente de lo que suceda en lo nacional.

La estrategia del gobernador implica generar espacio para que todas las expresiones encuentren su lugar dentro del Frente de Todos, al menos aquí en San Juan. Luego, si en las elecciones presidenciales no se logra sostener la unidad, un simple desdoblamiento de los comicios provinciales resolvería esta discrepancia.

'La unidad del Frente de Todos no estuvo ni estará en discusión', dijo Cristina el pasado lunes en el plenario de delegados de la CTA. Pareció más una bajada de línea para los propios que una profecía hacia adelante. El kirchnerismo sanjuanino dice cada vez con más soltura que habrá al menos dos listas para las primarias presidenciales. E intentan restarle dramatismo a un asunto dramático.

En tres semanas habrá una cumbre del massismo nacional en Buenos Aires. Será el 15 de julio y Aranda está invitado. En ese encuentro se analizará el escenario y se tomará alguna definición. Los más conservadores sostienen que el tigrense no va a colgar la gestión faltando un año y dos meses para las elecciones. Confían en que medirá mejor los tiempos. Pero, con una mano en el corazón, nadie puede predecir los acontecimientos de los próximos días.

Massa fue sumado a la comitiva presidencial que partirá rumbo a la cumbre del G7 en Alemania. Este nuevo gesto de acercamiento de parte de Alberto coincide con el de la Cumbre de las Américas. Sin embargo, se sabe que después de esos foros internacionales los problemas domésticos siguen como siempre. Al menos es lo que sucedió en ocasiones anteriores. El Frente Renovador demanda cambios en el rumbo económico y es lo que el gobierno de Fernández parece no considerar.

Por ahora, se alejó transitoriamente la ruptura. Quedó abierto el paréntesis de tres semanas hasta el 15 de julio, cuando el massismo sentará posición definitiva. Así como Máximo Kirchner capitalizó su portazo, al rechazar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, Massa podría ganar autonomía política con una acción parecida. No sucederá en lo inmediato. Pero la presión interna es altísima. Curiosamente, en San Juan un zamarrón semejante podría ser una buena noticia.


JAQUE MATE